Aviso: Leer lo siguiente destripará la aventura, así que si no te interesa saber que sucede en la aventura Esclavos del destino del suplemento Hijos de la rata cordnuda, no sigas leyendo! Avisado quedas...
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Al norte de Praag, en la tierra conocida como Kislev por sus habitantes humanos, en el subsuelo, tiene su hogar el Clan Moulder de los Skavens, en una ciudad llamada Pozo Infernal donde 115000 skavens corretean arriba y abajo conspirando en su anhelo de conquistar el mundo exterior.
Es aquí, donde en un apartado lugar, entre las paredes de un recinto prohibido para los skavens de más bajo rango, se encuentra Tichit, un maestro moldeador del clan y Quontol, un vidente gris. Al parecer, ambos se encuentran discutiendo sobre el informe de la última misión
- Maestro Quontol, parecía una misión fácil -rutinaria – dice Tichit con gesto contrariado – quien iba a pensar-suponer que no iban a recuperar a esos esclavos?
- Todo esto es muy raro-extraño Tichit. Ese aprendiz de Vidente gris parecía un skaven capaz – válido, pero la historia con la que regresó…
- Toda la partida de caza perdida maestro Quontol. Yo necesitaba de esos especimenes para los nuevos métodos de implantes de brazos…
- Según cuenta se encontraron con gran resistencia, y el grupo que le acompañó eran unos completos inútiles – patanes, incluso habla de conspiración en su contra! – el vidente gris anda de arriba abajo frotándose las manos a la espalda. No levanta el hocico del suelo, piensa en la historia que le explicó esta mañana Solrec.
Al parecer, el grupo inicial formado por:
Grey seer Solrec (aprendiz de vidente gris)
Exe Crable (Skaven negro)
Jalhei (Señor de las bestias) al mando de dos ratas gigantes.
Tres guerreros de clan cuyos nombres no vienen a cuento (uno para cada pj)
Y el carcelero Skritch (en modo automático)
Se pusieron en marcha sin hacer muchas preguntas ni precisar de equipo alguno a la captura de un grupo fugado de los corrales de esclavos. Al parecer, este grupo había logrado llegar hasta el motor de vías de disformidad y allí montaron para abandonar a toda velocidad Pozo infernal.
El grupo de skavens al mando del vidente Solrec, viajó a través de la maraña de estructuras apiladas y semiderruídas construidas con madera, excrementos y barro que forman la grandiosa Pozo infernal y que se mantiene en una constante penumbra rota solo en ocasiones por lámparas que brillan con un desagradable tono verde enfermizo, y llegaron hasta el motor de vías de disformidad. En su caseta de guarda, el vigilante Friyht les informó de que los esclavos lograron colarse en el motor de vías de disformidad y de allí, según algunos testigos, saltaron a medio camino desapareciendo por viejos túneles en desuso, en un ramal alternativo lejos de las vías principales.
El motor de vías de disformidad es un aparato diseñado por los brujos del clan Skyre. Se trata de un tren que corre sobre un sistema de raíles de hierro con un enorme motor de disformidad. Es experimental, pero aun y así es el medio de transporte más rápido del Imperio subterráneo, mientras funciona, claro. Estos motores tienden a sobre calentarse y experimentas problemas constantes de presión. En ocasiones explotan aniquilando a quienes estuviesen cerca y provocando derrumbes en el túnel por donde estuviera viajando. El tren emite un destello verdoso y fluctuante, originado por el enorme fragmento de piedra de disformidad que se encuentra asegurado por un armazón de hierro erizado de engranajes y válvulas. A su lado, dando una fuerte sensación de seguridad, se encuentra un operador vestido con un grueso peto de cuero repleto de cierres y hebillas, que le cubre casi por completo. Lleva largos guantes hasta los codos y una mascara con respirador del que se oye constantemente su respiración asmática y lentes redondos y sobresalientes al modo de los insectos. Cuando la partida de caza estuvo lista a bordo, el manipulante puso en marcha el transporte y partieron a toda velocidad de Pozo infernal.
Durante este recorrido nada ocurrió, salvo varias horas después de la partida, en que el motor de disformidad, cuando se encontraba a máxima velocidad cruzando los túneles cavados en roca, aumentó en intensidad en cuanto a la fluctuación de su brillo y su zumbido. El manipulante volvió sus ojos acristalados hacia la piedra de disformidad y seguidamente consultó el panel de control. El vehículo comenzó a traquetear, da respingos, zumbar y entonces el manipulante abrió el panel y comenzó a golpear en sus entrañas con una herramienta de tosco aspecto. Poco después, el manipulante arrancó algo del interior del panel, lo arrojó por encima del hombro y volvió a golpear la maquinaria. Al rato la maquinaria pareció reestablecerse y recuperar la normalidad. Esta escena fue vivida por la patrulla de caza bien quietecitos a sus asientos, agarrados tan fuerte como podían, los ojos clavados en el manipulante y plegarias a la Rata Cornuda.
Varias horas después finalmente el transporte se detuvo en un lugar fuera de todas las paradas previstas. En un lugar amplio donde aparecía al frente un agujero skaven con aspecto de abandono. Sin duda, fuera de todas las vías principales del entramado subterráneo. El grupo se internó por el viajando hacia el sureste, usando a las ratas gigantes que comandaba Jalhei como rastreadores. Estos túneles, típicos skaven, están diseñados para la altura media de esta raza, 1,20 poco más o menos. Lo que supuso un problema para Exe Crable que con su 1,88 tuvo que andarlo de punta a punta casi a rastras. Lo que influyó notablemente en su carácter. No tardaron en encontrar el rastro y horas después, llegaron a una bifurcación donde las ratas gigantes indicaban claramente que debían seguir hacia la izquierda. Sin embargo, el grupo vio a la derecha una luz, como el foco del casco de un minero, así que el vidente ordenó que fueran a investigar, hacia la derecha. Y mira que las ratas indicaban a la izquierda! Pues no.
- Id – id, investigad-investigad! – gritó el vidente gris con curiosidad enfermiza en sus ojos.
Lo que no contaba es que esos zopencos que tenía como subordinados fueran derechitos hacia esa luz, que era el cebo de un gusano linterna de cerca de seis metros de largo que no tuvo problemas en atrapar al guerrero de clan que se acercó voluntariamente, empujado por el skaven negro que se arrastraba detrás suyo ocupando todo el túnel con su masa corporal. El combate fue bastante bien y no tardaron en terminar con el gusano.
De allí, regresaron de nuevo al ramal izquierdo y lo tomaron hasta que horas después de marcha aparecía una corriente subterránea que caminaba paralela al túnel skaven, en una zona donde incluso el skaven negro podía incorporarse. Cuando lo hizo, sus vértebras protestaron sonoramente. Esta corriente de agua tenía en el techo de la cavidad por donde discurría, un agujero por donde vieron caer un cubo atado a una cuerda, que tras llenarse de agua, era recogido de nuevo. Un pozo! No tardaron en descubrir que las cosas humanas estaba ahí fuera, las oyeron hablar, vieron sus manos coger el cubo y después dejarlo en el borde de nuevo. El cuanto al túnel skaven, terminaba bruscamente unos metros después en una zona colapsada. El vidente llegó a la conclusión de que el derrumbe era reciente, y Jalhei incluso detectó que había sido provocado.
Solo quedaba una posibilidad, salir del pozo.
Lo de investigar hacia donde llevaba la corriente subterránea se descartó cuando un valiente guerrero de clan, siguiendo las ordenes del vidente, trató de cruzar buceando la corriente subterránea, pero tras siete tiradas falladas de nadar, los pulmones secos como la mojama y los ojos saliéndose de sus órbitas, logró salir al fin a flote informando que no había salida siguiendo la corriente.
El skaven decidió invocar una pequeña rata de cloaca. Y así lo hizo. Amasó los vientos de la magia de disformidad, y una neblina verde apareció entre sus dedos mientras recitaba unos versos prohibidos con los ojos en blanco. Cuando terminó, apareció una rata de cloaca que erguida sobre sus patas traseras estiraba los bigotes tratando de adivinar como demonios había ido a parar ahí.
El vidente gris le dio las instrucciones, eran claras…
- Sube al pozo, tira el cubo, deprisa-deprisa!
La rata le miraba fijamente, atenta, la cola oscilando a derecha e izquierda.
- Sube al pozo, tira el cubo, deprisa-deprisa! – repitió el vidente.
La rata entornaba los ojos y olisqueaba. Parecía que entendía cuando decía el vidente.
Pero en verdad no entendía una mierda, y el vidente harto de parecer idiota, ante todos los demás que se encontraban a su lado atentos al formidable sortilegio que había hecho aparecer de la nada una piojosa rata de cloaca de un palmo de tamaño, la agarró del rabo, la puso a media altura y le arreó un pucherón que mandó a la rata por el agujero del pozo hacia arriba, rebotando contra la escurridiza pared, llegando hasta lo alto y tras perder fuerza, cayendo de nuevo justo en el cubo, que se desequilibró con el peso de la rata y fue derechito hacia abajo, donde estaba la partida de caza que finalmente, subió hasta lo alto trepando por la cuerda.
El vidente se ganaba el respeto de sus subordinados. Pero esto no fue suficiente como para acabar con éxito la misión.
Una vez arriba, descubrieron que se encontraban en medio de un pequeño poblado de cosas humanas. Era de noche, no había un alma. Tan solo luz en un par de ventanas alejadas.
La horda decidió seguir la supuesta dirección del túnel colapsado. Si iba hacia el sur, seguirían esa dirección. Entonces, la rata de cloaca apareció corriendo calle abajo chillando, perseguida por un gato, lo que supuso un escalofrío para el grupo, sobre todo, para el vidente, que hizo la señal de la Rata cornuda, pues de todos es sabido que ver un gato es señal de mal augurio.
Los Skavens corrían calle abajo, al amparo de las sombras, internándose en las tierras cultivadas, procurando no ser vistos, expandiéndose por la aldea, como una desagradable enfermedad...
Hasta que descubrieron, casi a punto de salir del pueblo, una luz proveniente de un candil. El grupo de skavens conspiró de nuevo contra el vidente escondiéndose demasiado pronto, el vidente quedó vendido, de pie, iluminado por el candil del caminante solitario que no daba crédito a sus ojos.
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MATAD, MATAD COSA HUMANA!! – ordenó el vidente señalando con su dedo coronado por una retorcida uña al sorprendido humano que pese a eso, tuvo los suficientes arrestos como para desenvainar su espada.
Esta parte no la detallaré pues fue especialmente horripilante.
Como disfrutaron mis chicos...
El sargento de la guardia se vio sepultado por una horda de ratas de pelo mojado y áspero que producían un terrible olor, que justo antes de caer abatido, calificó mentalmente como algo parecido a las aguas menores de un gato que se está muriendo mezclado con el olor de una herida supurante.
El sargento de la guardia de la ciudad murió mordido por las ratas gigantes, cosido a espadazos, abierto en canal por al atrapacosas, una formidable arma del Clan Moulder y finalmente devorado por las ratas gigantes, pobrecicas, tenían hambre.
Tras abandonar el cadaver a su suerte, continuaron camino hasta que encontraron una edificación casi a la salida de la aldea. Un molino. El grupo se dirigió hacia allí. El vidente ordenó que fueran a investigar, y Exe y un guerrero de clan (si, el mismo que hizo una demostración de buceo tiempo atrás), se adelantaron para, tras derribar la puerta (es una buena manera de saber si hay alguien dentro. Si gritan ¿Que pasa? es que hay alguien) registrar el molino y darse cuenta de que ahí no había nadie. Tan solo grano podrido, unos pantalones sucios y poco más. Quienes fueran sus propietarios ya no estaban ahí. Ni el carro ni el caballo de las cuadras.
- Todo esto debe significar algo... - susurraba el vidente. Lamentablemente no sabía que diatres significaba, así que decidieron seguir camino dejando el molino.
Justo cuando comenzaba a llover, el grupo abandonaba la aldea, mas allá de sus fronteras, mas allá del mapa de la aventura, más allá de las fronteras de la región, por la vieja carretera enana, hasta que ya de amanecida, cuando un cartel señalaba que Nuln se encontraba a 75 kilómetros, decidieron detenerse a dormir hasta la siguiente noche...
Malditos bastardos! - se lamentaba Solrec - sus compañeros habían vuelto a hacerle fracasar. Hasta donde le habían traído! Cuanto tiempo perdido! La Rata cornuda se los lleve...
Fue tras descansar durante todo el día... cuando ya de atardecida se pusieron en marcha de regreso a la aldea de Dotternbach, a través de cuyo pozo aparecieron, suponiendo que quizá no tuvieran que haber viajado tanto y que quizá en aquella aldea se encontraran los esclavos. La idea de viajar a Nuln apareció durante unos instantes, pero finalmente fue descartada.
El camino de regreso duró unas cuantas horas y tras desandar todo lo andado, ya de madrugada, llegaron a la aldea en cuestión. De ahí, hacia el molino al sur de la aldea. Una vez allí, rodeados de la absoluta quietud del pueblo, el sonido de los grillos y poco más, vuelven a platearse donde demonios buscar a los malditos esclavos.
Su planteamiento era el siguiente.
Si el túnel estaba colapsado, quizá si siguieran la imaginaria dirección del túnel pero por la superficie los encontrarían... pero así llegaron a 75 kilómetros de Nuln. No puede ser. No podía ser que estuvieran tan lejos! Maldita sea.
Como esperando la inspiración de la rata cornuda, deciden quedarse en el molino y pasar el resto de la noche, para ello, montan guardias y todos duermen en la parte de arriba.
Estando uno de los guerreros de clan frente a la puerta, haciendo guardia, ya sea por voluntad de la Rata cornuda o por despiste de Sigmar, un humano llamado Percy, recién llegado a Dotternbach junto con un grupo de aventureros itinerantes, que estaba al tanto de lo ocurrido y se encontraba en medio de la inestigación de los recientes sucesos ocurridos en la aldea, caminaba decididamente (y solo, hay que ser valiente o estupido según se mire) hacia el molino.
Percy caminaba distraídamente por el camino principal de la aldea, mientras el guerrero de clan al parecer estaba distrído pensando en... a saber en qué puede pensar un skaven distraído hasta que finalmente el skaven ve venir al humano derechito hacia el molino. El guerrero skaven sale corriendo hacia arriba presto a avisar a sus compañeros.
- Aprisa, aprisa! Cosa humana viene hacia aquí! Cosa humana! Aprisa! - gritaba en chillonés, ese desagradable idioma suyo.
Mientras, el humano llega hasta la puerta del molino y tras pegar la oreja a la puerta escucha estos desagradables chillidos que al parecer ya reconoce, quizá de cuando dieron con los skavens esclavos y dieron buena cuenta de ellos, pero esto es otra historia. Así que armado de valor, Percy sale corriendo como alma que lleva el diablo en dirección al pueblo.
En la parte de arriba del molino, por la estrecha ventana, se agolpan cinco hocicos que observan al humano correr, se escapa!
El skaven negro sale en tromba escaleras abajo mientras se relame casi saboreando de nuevo el sabor de la sangre. El resto del grupo sale detrás, las ratas gigantes, el señor de las bestias azuzando a éstas, los guerreros de clan, etc.
Lamentablemente para sus intereses, el humano les saca cierta distancia, así que cuando finalmente lo atrapan tras una trepidante carrera, lo hacen ya en el centro del pueblo. Entonces una rata gigante le muerde por detrás, pero Percy no se detiene y sigue corriendo, pues al parecer, habían dispuesto una asombrosa estrategia por parte de los aventureros que vigilaban la noche desde varios edificios circundantes. Se trataba de llegar hasta allí, hasta la cobertura de sus compañeros, y mientras, aguantar cuanto pueda a esas monstruosidades que se le echan encima!
La segunda rata gigante llegó a su altura, y cuando se volvió a mirar, descubrió que entre todas las criaturas que se le echaban encima, de alrededor del 1,20 cms, destaca una mole de casi dos metros y espeso pelaje negro que le mira fijamente, con los ojos inyectados en sangre. Es entonces cuando llegan las flechas.
Esos malditos aventureros, la Rata cornuda se los lleve, descubren lo que sucede, los gritos de Percy camino abajo llaman su atención, y viendo la escena, disparan contra sus perseguidores.
El combate está servido.
Percy lucha contra las ratas gigantes, Exe krable el skaven negro le golpea con el atrapacosas, Jalhei el señor de las bestias azuza a sus criaturas y también golpea al humano que empieza a precisar de puntos de suerte y puntos de destino.
Mientras, alfred, el halfling capataz comienza a usar su honda, Lorindor, un elfo cazador prueba suerte con su arco con grandes resultados y Aluthol, el elfo forajido, aparece con la milicia local desde el norte de la aldea.
El vidente gris ve como esos desaprensivos de sus subordinados empiezan a encajar golpes y recibir flechazos. Malditos sean! Si siguen así van a llevar su misión al fracaso mas absoluto! Tiene que hacer algo, pero no será meterse enmedio del combate! para eso ya están sus subordinados... así que acompañado por un guerrero de clan y por Skritch, el carcelero, deciden acercarse a hurtadillas y usar la magia desde la seguridad que dan la distancia y la sombras.
El combate pronto empieza a decantarse del lado de las cosas humanas! Malditos sean! han preparado una defensa!, tenían previsto un posible ataque de noche! supusieron que quizá Percy si se iba solo al molino podría ser que volviera corriendo con problemas pegados a la espalda! Porque? PORQUÉ? - maldecía Solrec, el vidente skaven mientras empezaba a manipular los vientos de la magia concentrándose en el elfo que llegaba contra sus compañeros con la milicia.
Ellos, los skavens no planearon nada! Nunca lo habían hecho! andaban, discutían, andaban, llegaron al molino y se sentaron a esperar. lo normal! ¿Porque esas malditas cosas humanas hacen planes? NO ES JUSTO!!
Las flechas caían del cielo en un silbido de muerte, la sangre skaven manchaba la tierra, Percy se llevó una buena paliza, seguro que jamás olvidará a los skavens, pese a que la gente se niegue a creer en ellos, el los vió, miró fijamente a los ojos a un Skaven negro y éste le devolvió la mirada! fue horrible! sin embargo, la llegada de la milicia es decisiva y pronto los skavens caen a tierra. Uno tras otro mueren sin lograr acabar con una sola de esas malditas cosas humanas.
- Desgraciados! Están muriendo! - se lamenta el vidente gris que comprende que ha fracasado en su misión, así que tras crear alrededor suyo la armadura de aethyr, tras lanzar varios sortilegios contra los elfos que aúllan de dolor victima de éstos, sale corriendo en dirección al pozo con la esperanza de lanzarse de cabeza y regresar por los tuneles a su querida Pozo infernal... aahhh... hasta el nombre es lindo.
Sin embargo este hecho es detectado por varias de las cosas humanas que disparan al extraño skaven de pelaje gris que corre por la calle derechito al pozo. El combate continúa, ya han caído todos los skavens, salvo una de las insidiosas ratas gigantes que finalmente también es pasada a hierro.
El vidente gris llega entonces al pozo, y cuandoe stá dispuesto a hacer una carpa saltando de cabeza descubre que durante el día, esas malditas cosas humanas tapiaron la boca del pozo con una reja de hierro fijada con un candado! Nadie de sus subordinados le avisó de esto! - IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!! - chilla Solrec tirando de sus bigotes mientras caen flechas alrededor suyo y el elfo Aluthol aparece cual Usain Bolt arrancando hierba con sus zancadas.
Solrec corre y corre! abandona la aldea y finalmente la oscuridad de la noche se lo traga perdiéndose de vista para desespero del elfo que se lamenta de haber fallado su último disparo contra él.
El aprendiz de Vidente gris ha jurado volver a encontrarse con esas malditas cosas humanas que han hecho que su primera misión encomendada sea un absoluto fracaso, y entonces ajustará las cuentas con ellos! no será la última vez que se encuentren, por la Rata cornuda que no será así!
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La partida fue muy bien. Ninguo de los jugadores sospechó nada hasta casi el final, cuando el jugador que llevaba a percy fué llevado hasta nuestra mesa, entre sonrisas siniestras, jurl jurl jurl.
Es curioso como pese a ser una misma partida, los recuerdos de la misma serán diferéntes para los siete jugadores y dos djs (al final falló uno). El combate final fué irremediablemente lento, porque pese a ser siete jugadores, eran
13 Pjs además de la milicia local!!
La cosa fue muy divertida. Nunca había dirigido una partida de esta manera, es una buena experiencia. Tendríais que haber visto a los camaradas cuando veían que recibía y enviaba sms a las tres de la madrugada... Era el sistema de comunicación entre djs. Que si
"Jaume va solo hacia el molino" que si "
Están descansando en el bosque al sur del pueblo", etc. Muy divertido, si señor!
Gracias a todos por los consejos y comentarios. Vino para todos!!
Jacques. Sargento mayor del gremio de arcabuceros de Kislev
