Acto 4: ¡Fuego!

En la ciudad de Mariemburgo se esconden muchas más cosas de las que se ven a simple vista...

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SrSkaven
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Konrad Reder

La brisa marina traía los molestos olores de los canales de la ciudad, pero esa noche casi resultaban agradables. Konrad se sentía bien, casi confiado. Contentar al Ordo y quemar las naves de los estirados elfos del Clan Lianllach. Si todo salía bien puede que hasta se decidiera a invitar a una cerveza a Theo y a cortejar con algo del oro de la bolsa de Matthias a Roseane.

Parece que la llovizna nos dará algo de tregua. Un golpe de suerte. Corrígeme si me equivoco Theo-Aunque por su tono está claro que no espera una réplica- pero será más conveniente que crucemos el Reik que serpentear entre el resto de canales, para alejarnos de los ojos curiosos. Deberíamos partir con premura, no sea que las palabras de nuestros amigos prendan demasiado rápido y perdamos la oportunidad de aprovechar los disturbios.

Konrad se acomodó en la barca mientras se dirgía a su compañero, frotándose las manos para alejar el frío húmedo que flotaba en la ciudad.
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Nocturno
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Theo Lobster

La barca se movía cruzando el Reik siguiendo el caótico patrón de la mezcla de la marea, la fuerza del Reik y el pequeño oleaje que llegaba hasta allí. Pero para Theo avanzar en el agua era una cuestión de agilidad, como caminar por las callejuelas del Ostmuur. El olor de la suave brisa le hizo recordar otros tiempos en los que la única preocupación era hacer el trabajo y volver a casa con la familia, pero pronto salió de su ensimismamiento...

Parece que la llovizna nos dará algo de tregua. Un golpe de suerte. Corrígeme si me equivoco Theo-Aunque por su tono está claro que no espera una réplica- pero será más conveniente que crucemos el Reik que serpentear entre el resto de canales, para alejarnos de los ojos curiosos. Deberíamos partir con premura, no sea que las palabras de nuestros amigos prendan demasiado rápido y perdamos la oportunidad de aprovechar los disturbios.

Theo sonrió y respondió a su compañero:

Has dado en el clavo Konrad. Nos moveremos siguiendo la línea del Reik hasta llegar a los bajíos del Rijker (se refería a las pequeñas islas que sembraban el centro de la desembocadura) Y después viraremos poco a poco al norte; Daremos un poco de rodeo, pero evitaremos que nos detecten esos "sucios" elfos.

Era la vía más rápida, que de día era impracticable debido a la cantidad de embarcaciones que se movían por el canal. En Mariemburgo también impera la ley del más fuerte, y son las barcas menores las que tienen que dejar paso a las barcazas y estas deben dejar pasar a los barcos; Cualquier problema en ese sentido será directamente achacado a la embarcación de menor eslora, aunque quizás unas pocas (o muchas) monedas ayuden a resolver los casos más complejos.

En cualquier caso de noche era con diferencia la ruta más rápida que dejaba cierto espacio con el Elfsgemeente, porque quizás los estirados estuvieran pendientes de los que se acercaran a sus dominios.
Poco a poco la barca va tomando el camino y nos acercamos al Vaakland. Pronto nos ocultaremos lo mejor posible e iremos disparando y moviéndonos con la barca por el canal, bien pegados a la orilla y apuntando antes de encender la punta de los virotes. Era la hora de la verdad. Era la hora del Ordo.
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Nocturno
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Theo Lobster

La barca se movía cruzando el Reik siguiendo el caótico patrón de la mezcla de la marea, la fuerza del Reik y el pequeño oleaje que llegaba hasta allí. Pero para Theo avanzar en el agua era una cuestión de agilidad, como caminar por las callejuelas del Ostmuur. El olor de la suave brisa le hizo recordar otros tiempos en los que la única preocupación era hacer el trabajo y volver a casa con la familia, pero pronto salió de su ensimismamiento...

Parece que la llovizna nos dará algo de tregua. Un golpe de suerte. Corrígeme si me equivoco Theo-Aunque por su tono está claro que no espera una réplica- pero será más conveniente que crucemos el Reik que serpentear entre el resto de canales, para alejarnos de los ojos curiosos. Deberíamos partir con premura, no sea que las palabras de nuestros amigos prendan demasiado rápido y perdamos la oportunidad de aprovechar los disturbios.

Theo sonrió y respondió a su compañero:

Has dado en el clavo Konrad. Nos moveremos siguiendo la línea del Reik hasta llegar a los bajíos del Rijker (se refería a las pequeñas islas que sembraban el centro de la desembocadura) Y después viraremos poco a poco al norte; Daremos un poco de rodeo, pero evitaremos que nos detecten esos "sucios" elfos.

Era la vía más rápida, que de día era impracticable debido a la cantidad de embarcaciones que se movían por el canal. En Mariemburgo también impera la ley del más fuerte, y son las barcas menores las que tienen que dejar paso a las barcazas y estas deben dejar pasar a los barcos; Cualquier problema en ese sentido será directamente achacado a la embarcación de menor eslora, aunque quizás unas pocas (o muchas) monedas ayuden a resolver los casos más complejos.

En cualquier caso de noche era con diferencia la ruta más rápida que dejaba cierto espacio con el Elfsgemeente, porque quizás los estirados estuvieran pendientes de los que se acercaran a sus dominios.
Poco a poco la barca va tomando el camino y nos acercamos al Vaakland. Pronto nos ocultaremos lo mejor posible e iremos disparando y moviéndonos con la barca por el canal, bien pegados a la orilla y apuntando antes de encender la punta de los virotes. Era la hora de la verdad. Era la hora del Ordo.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

Mensaje por igest »

Si bien Theo ha logrado manejar con bastante soltura la barca, manteniéndoos a flote con la carga del barril y vuestro propio peso... las corrientes del rio han hecho que para evitar acabar hundiéndoos en el rio o arrastrados hacia la desembocadura (lo cual en un cascarón tan endeble no es ni mucho menos recomendable), Theo haya tenido que acercarse más de lo que esperaba a la orilla del barrio élfico. Desde esa distancia, podéis ver las siluetas estilizadas de los edificios élficos... aparentemente más frágiles, pero sabéis que es solo en apariencia. Las altas paredes de las zonas más protegidas o los pináculos de algunos de sus edificios podrían aguantar la embestida de un grupo de trolls... y sin embargo parecen todos tan delicados... tan finamente decorados....

Konrad, ocupado en evitar que las salpicaduras ojasen los virotes o que el barril de brea se derramase, permanecía al margen de todo lo demás. Theo, se afanaba en evitar un mal mayor, y también acercarse demasiado a la orilla de esos orejas picudas.. pero vio moverse en lo alto de uno de los edificios... parecía un guardia élfico. No podía estar seguro de si les había visto o no, pero estaba allí.... quizás la oscuridad y la distancia bastarían para evitar ser detectados... ahora que estaban tan cerca ... un giro un poco más adelante y verían los primeros veleros, más allá el Vlakland.

¿Que hacer? Quizás el guardia haya detectado su presencia.... o quizás aún sigan sin ser descubiertos... ¿es momento de cambiar el plan previsto o se sigue adelante? Y vuestros compañeros ¿que es de ellos?
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

Mensaje por SrSkaven »

Konrad Reder

El suntuoso barrio élfico se perfilaba gracias a luz que arrojaba Mannslieb. El pensamiento de que un fuego descontrolado, quizás iniciado en sus naves, acabase reduciendo a cenizas todo el barrio perfiló una sonrisa en el sombrío rostro de Konrad. La mezcla de emoción y miedo hizo que el vello del cirujano se erizara. Ajeno a los posibles ojos que oteaban desde el Elfsgemeente, Konrad solo podía pensar en las futuras recompensas por parte del Ordo.

Bien Theo, ya estamos cerca de nuestro objetivo. Deberíamos buscar una buena posición desde la que disparar y esperar a que empiecen los disturbios. Siempre que nuestros compañeros no hayan metido la pata...En ese caso dependeremos de nuestros brazos y tu pericia para no...

Konrad no termina la frase. La idea de su propia mortalidad es algo que perturba su mente. Y allí, flotando en medio de la oscuridad y ante el evidente riesgo de las represalias por parte de los elfos o del Ordo, era incapaz de verbalizarlo.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Theo Lobster

Bien Theo, ya estamos cerca de nuestro objetivo. Deberíamos buscar una buena posición desde la que disparar y esperar a que empiecen los disturbios. Siempre que nuestros compañeros no hayan metido la pata...En ese caso dependeremos de nuestros brazos y tu pericia para no...

Debemos contar con ellos Konrad, y tal vez solo tengamos una oportunidad de disparar, así que vamos a por ello

Mientras decía esto se apuró para llegar cuanto antes a una posición de disparo. Al fin y al cabo daba un poco igual que les hubieran visto, debían de ceñirse al plan y tratar de prender fuego a la resistente madera élfica. De ponto, una duda surgió en su mente: ¿Encantarían los elfos su propia madera? No era momento de tener dudas; Adelante y hacia arriba.

Vamos Konrad, prepárate para disparar si hay distancia de tiro
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

Mensaje por igest »

Vamos Konrad, prepárate para disparar si hay distancia de tiro

Las palabras de Theo vinieron acompañadas de un nuevo y brusco vaiven de la barca como consecuencia de la corriente... La barca había seguido avanzando como estaba previsto gracias a la habilidad de Theo con ella y el último giro había dejado ya a la vista los primeros veleros élficos. Pese a la oscuridad nocturna, parecen poseer una especie de brillo propio... casi podríais pensar que se trata de algún tipo de magia élfica. Pero no es el moemnto de titubear... ahora que están a tiro...

Repentinamente, la barca parece dejar de moverse tanto. Habéis salido ligeramente de la corriente principal de la desembocadura tras girar y ahora el agua está más calmada, parece que de nuevo la suerte os sonrie esta noche... o quizás no tanto... notáis unas ligeras gotas de nuevo sobre vuestra piel. No son más que gotas sueltas, pero eso hace que tengáis que daros más prisa si cabe....

Theo, prepara la llama, ... dice Konrad mientras prepara el primero de los virotes.

Theo ya ha dejado de dirigir la barca, para preparar los virotes ardientes con los que su compañero comenzará a disparar. El primero de los veleros no está a mucha distancia, veis su silueta perfectamente contorneada con unas teas que iluminan el embarcadero. Theo enciende el primero de los virotes con éxito y se lo pasa a Konrad que lo coloca con destreza en su ballesta... Sus dedos estan ligeramente frios a consecuencia de la noche, la humedad y las gotas, pero aún se sienten suficientemente seguros ... el objetivo es grande, no puede fallar a esa distancia.

Con un zumbido el primero de los virotes sale despedido hacia su objetivo, iluminando la noche mientras recorre la distancia entre la barca y el velero. Véis como logra impactar en su objetivo y con un pequeño destello, véis como el virote se clava en la madera y comienza a arder en un lateral de la embarcación. Ambos exclamáis de júbilo por ese primer impacto exitoso, pero sabedores de que el tiempo juega en vuestra contra, rápidamente conitnuáis con la labor.

Quizás demasiado confiado por el primer éxito, Theo continúa intentando encender el siguiente virote, pero quizás fuese por un simple desatino, quizás fuese que se había confiado tras el exhultante primer impacto, que ve como el siguiente de los virotes acaba por rompersele en las manos. Konrad, nervioso extiende la mano hacia su compañero en espera del siguiente virote,... mientras de solsayo lanza miradas hacia el embarcadero. La llama sigue ardiendo y de momento no ha visto movimiento...

Theo tira al agua el virote roto y lo intenta de nuevo... pero esta vez la cosa sale aún peor. Mientras intentaba prender la brea sobre el virote, un pegote ardiendo cae al suelo de la barca... Konrad se queda horrorizado mirando lo que está pasando... si la llama alcanzase el barril...
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Theo Lobster

Un pegote ardiendo salta al fondo de la barca. Theo lo observó a cámara lenta asustado de que la llama llegara al barril y explotara todo...

Explotara todo... Un momento, tal vez ahí estaba la clave.

Algún poder había iluminado la mente de Theo y de pronto el plan cuadró en su cabeza.

Konrad, voy a acercar el bote todo lo posible, sigue disparando alrededor y cuando estemos cerca le prendemos fuego al bote y nos vamos nadando

No solo se le prendería fuego a los barcos sino que el propio muelle o cualquier cosa inflamable ardería a varios metros a la redonda. Menos mal que no había noticias de sus colegas alborotadores...
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

Mensaje por SrSkaven »

Konrad Reder

Konrad, voy a acercar el bote todo lo posible, sigue disparando alrededor y cuando estemos cerca le prendemos fuego al bote y nos vamos nadando

Absorto en la pequeña llama que había prendido en la embarcación élfica, Konrad no se percató del pequeño accidente en la barca hasta que Theo lo comentó. ¡Qué determinación! No estaba completamente de acuerdo con el plan de Theo, a Konrad le parecía demasiado arriesgado. Pero no podían hacer otra cosa. Se encomendó a Ranald y al Ordo y cogió el siguiente virote para prenderlo y dispararlo.

Al menos las naves élficas arderían sí o sí...
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

Mensaje por igest »

Quién sabe si sería su determinación o mera locura, pero Theo parecía decidido a que aquel "pequeño percance ígneo" no afectase a su objetivo. El plan del Ordo debía cumplirse, así pues había decidido que acercarse con la barca e intentar que esta se convirtiese en un "proyectil incendiario más" era la mejor forma de actuar.

Konrad lo observó perplejo un instante, desconfiando quizás que las cosas pudiesen ir bien... Dió un rápido vistazo al oscuro agua que se agitaba alrededor de la barca y decidió hacer caso a las palabras de su compañero. Una plegaria a Ranald en su fuero interior, le acompañaba mientras preparaba el siguiente virote.

Theo por su parte se afanaba con la barca. Quizás fuese por el instante de despiste con el pequeño fuego que se había desatado en el suelo de la barca, quizás fuese que la suerte se había vuelto de su lado... de pronto un vaiven y aunque Theo intentaba acercar la barca hacia el embarcadero, parecía haberse visto atrapado en una inesperada corriente que había comenzado a alejarles y les arrastraba ahora de nuevo hacia el centro del rio...

Konrad por su parte se mantenía firme pese al pequeño descontrol y su ni la oscuridad no los bamboleos de la barca logaron despistarle. Su siguiente disparo fue más certero que el anterior... este alcanzó de pleno una de las velas, y ahora el estallido del impacto se vio seguido de una rápida propagación de las llamas por la vela. Sonrió para si mismo contento con el disparo que había logrado y apenas consciente de como la barca comenzaba realmente a alejarse...

Theo por su parte seguía intentando ganar el control de la barca que, ahora si, estaba de lleno de nuevo en la corriente. Ya se habían alejado un puñado de metros, y aun se mostaba incapaz de hacerse con el control de la situación. El fuego dentro de la barca comenzaba a crecer... ahora casi de pronto le gustaría que la lluvia regresase.

Mientras la barca se alejaba y Konrad seguía contemplando con gozo como el fuego comenzaba a propagarse en el primero de los navios sobre el que había logrado los dos impactos, vio por primera vez movimiento en el embarcadero... pudo ver como al fondo corría una figuras.. por la pinta serían un elfo. Y de momento sin rastro alguno del resto de sus compañeros.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Theo Lobster

Aprender a manejar un bote no un tema sencillo. Requiere años de experiencia saber en qué momento girar la barca, cuándo apartarse de una corriente o cómo dejarse llevar por un río. Y aún más años requiere saber que si un río se empeña en llevarte por un camino, es mejor no llevarle la contraria.

La barca estuvo cerca de volcar mientras Theo trataba de acercarla a las embarcaciones élficas. Un escalofrío recorrió su columna desde el talón del pié hasta la altura de la nuca y le hizo ver que quizás habían llegado demasiado lejos; Ya tendrían otra oportunidad de volver a la carga si esta vez no conseguían el objetivo esperado.

Nos vamos Konrad

Con estas tres palabras lo puso en guardia y guiando la barca en la corriente aprovechó para tratar de apagar el fuego salpicándole agua con la mano.

Ayúdame Konrad, de nada nos vale saltar por los aires si no es al lado de los barcos de los maniquíes

Rezó para que pudieran apagar el fuego, aunque no supo muy bien a quién lo estaba haciendo. Respiró hondo y trató de evitar que saltaran por los aires.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

Mensaje por SrSkaven »

Konrad Reder

El entusiasmo de Konrad por el certero disparo en las velas de la embarcación élfica le impedía notar como lentamente se alejaban de su objetivo.

Nos vamos Konrad

Ayúdame Konrad, de nada nos vale saltar por los aires si no es al lado de los barcos de los maniquíes


Las palabras de su compañero borraron cualquier signo de alegría de la cara de Konrad. Su primer impulso fue pisotear las llamas que comenzaban a expandirse por el bote. Pero era brea, no iba a ser sencillo de apagar.

Konrad agarro el barril de brea e intentó arrojarlo al agua.

¡Ayúdame Theo! No podemos dejar que el fuego lo alcance.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

Mensaje por igest »

Rápidamente la corriente atrapa a la barca alejándoos del embarcadero con las naves élficas, mientras ahora vuestra atención se centra en salvar vuestras propias vidas. El fuego ha seguido creciendo y como quiera que los dioses estén jugando con vosotros, parece que las pequeñas llamas van progresando en dirección al bote de brea... sin duda será un "cálido final" en caso que lleguen hasta este.

Konrad se ha dado cuenta rápidamente de que el barril es ahora el mayor de los peligros, así que arrojando la ballesta al interior de la barca, se afana en conseguir arrojarlo por la borda en medio del bamboleo de la barca. Por suerte, Theo ha conseguido disminuir el efecto de las llamas pisoteando con fuerza, porque el primer intento de Konrad no es suficiente para arrojar el barril por la borda.

En medio de esta dramática situación, mientras el agua os arrastra cada vez más lejos, la noche se vuelve más oscura, mientras que en el embarcadero comienza a desarrollarse una actividad frenética por evitar que el fuego se propage, algo de lo que no obstante permanecéis bastante ajenso dada la situación en la que os encontráis.

Theo se esfuerza por seguir extinguiendo el fuego, intenta coger agua con las manos y arrojarlo sobre el fuego, pero quizás por los vaivenes de la barca quizás porque el fuego ya ha adquirido una fuerza suficiente como para no extinguirse con la escasa agua que es capaz de arrojar, las llamas siguen avanzando... Konrad que ve como las primeras llamas empiezan a acariciar el barril, redobla su esfuerzo y apoyando los dos pies contra un lateral empuja el barril, que finalmente se inclina lo suficiente como para hacer que se incline y finalmente salga despedido al otro lado del borde de la barca arrojando su denso y oscuro contenido al fondo del rio... extendiéndose en una mancha más oscura aún que la noche... sin embargo, en su empeño por arrojar el barril, ha desequilibrado enormemente la barca y esta se inclina peligrosamente a ambos lados. Theo intenta controlarla, cogiendo el remo, pero la mala suerte o una mala decisión hace que este se parta quedando con un trozo de madera astillada entre sus manos.... ahora la corriente os arrastra a su merced.... el fuego sigue ardiendo, pero ya sin el riesgo de alcanzar el barril con la brea.... y en el embarcadero, empiezan a llegar cada vez más elfos.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Theo Lobster

Maldita sea

El remo se partió en sus manos quedando inservible. Miró hacia Konrad, pero este acababa de tirar el barril por la borda.

Hemos hecho lo que hemos podido --Dijo Theo-- Es hora de largarnos antes de que la corriente nos haga llegar a Albión

Y sin más palabrería y ni preocuparse del lío que se había montado en el muelle, se dejó caer por la borda y empezó a nadar hacia la orilla mientras la corriente lo arrastraba.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

Mensaje por SrSkaven »

Konrad Reder

A la deriva entre los canales, con el bote en llamas. No era así como acababa la noche en la mente de Konrad.

Hemos hecho lo que hemos podido--Dijo Theo-- Es hora de largarnos antes de que la corriente nos haga llegar a Albión

Vio como su compañero saltaba hacia las oscuras aguas. Giró la cabeza para ver como las llamas se alzaban en el embarcadero élfico y se lanzó al agua, intentado orientarse en la oscuridad y pelear contra las corrientes, la de los canales y la de infortunios. Konrad esperaba que esta última no tuviera más sorpresas preparadas.
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