Acto 4: ¡Fuego!

En la ciudad de Mariemburgo se esconden muchas más cosas de las que se ven a simple vista...

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igest
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Acto 4: ¡Fuego!

Mensaje por igest »

Finalmente las palabras de Konrad no caen en saco roto... aunque eso si, todo se produce a la noche siguiente, pues el agotamiento por lo sucedido y las altas horas a las que os dejaron de vuelta de regreso en la barca, fueron suficientes para que finalmente el impetu de Konrad entrase en razón. Sin duda el viaje de regreso en la barca sirvió para que su ansia se apaciguase un poco... pero tras un descanso más reparador en el caso de unos que de otros, al caer la tarde decidistéis que era el momento de acudir al Martín Pescador a planear vuestra siguiente acción.

El ambiente en el local no distaba mucho de lo que os encontrastéis otros días. Bullicio, vino y cerveza corriendo por las gargantes, algún que otro pillo intentando ganar alguna moneda... sin duda aquel lugar era ya casi como estar en casa... de hecho, muchos de los rostros os sonaban ... aunque también hay otros de viajeros de paso, de marineros recién llegados a la ciudad... y todos enfrascados en sus actividades sin prestar mucha atención a vuestra llegada.

En ese momento, antes de que siguiera tengáis oportunidad de buscar algún sitio vacio o ver si alguno de los chicos que atienden las mesas pueden buscaron un lugar, llega Mattias Prath hasta vosotros y tira del brazo de Dieter haciéndoos un gesto para que le acompañéis. Os lleva hasta un reservado y una vez que estáis todos dentro y de asegurarse que no hay nadie atento a vosotros empieza a hablar:

Pierre sigue sin aparecer, por eso vengo yo. No tengo mucho tiempo, lo que si tiene que quedaros claro es lo que tenéis que hacer. Esta vez os tocará ir al otro lado del puente de Hoogbrug. Debéis acudir a los muelles del Elfsgemeente esta misma noche y prender fuergo a los barcos del Clan Lianllach. Calculamos que serán una veintena de veleros de velas blancas y con el escudo del clan grabado en los cascarones. Por supuesto, nadie debe saber que habéis sido vosotros... recordarlo, es vital para los intereses del Ordo.

Mathias os mira de forma apremiante, quizás si tenéis alguna pregunta que hacer os dara tiempo a formularla antes que vuelva a desaparecer, pues ya está medio levantado.

Ubicación del Elfsgemeente
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Clan Lianllach
288.jpg
288.jpg (60.6 KiB) Visto 16939 veces
Este conocimiento sobre el Clan Lianllach os lo dejo aquí pues es general y todos tenéis alcance a ello.
Conocidos como los negociadores más duros y los competidores más implacables, los Lianllach no tienen señor en la actualidad, por lo que son dirigidos por un Consejo de Maestres de las Olas tras la traición de su jefe anterior. Tienen la segunda flota más grande, después de los Ulliogtha, y comercian a gran escala con Nippón, Catai y el Nuevo Mundo. Son agresivos y prepotentes en sus negocios con Marienburgo y con los demás clanes, y son responsables en gran medida de la reputación de arrogancia que los elfos tienen en la ciudad.
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Nocturno
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Theo Lobster

Al final convencimos a Konrad de dejar las cosas para mañana. Parecía demasiado revolucinado, pero al fin y al cabo quizás es algo necesario para lo que está por hacer. No dormí demasiado bien, pero al menos alivié la fatiga de mis huesos. Volvimos de nuevo al Martín Pescador y esta vez fue Mattias Prath nuestro contacto. Tras sentarnos con una jarra de cerveza nos habló de nuestra siguiente misión:

Pierre sigue sin aparecer, por eso vengo yo. No tengo mucho tiempo, lo que si tiene que quedaros claro es lo que tenéis que hacer. Esta vez os tocará ir al otro lado del puente de Hoogbrug. Debéis acudir a los muelles del Elfsgemeente esta misma noche y prender fuergo a los barcos del Clan Lianllach. Calculamos que serán una veintena de veleros de velas blancas y con el escudo del clan grabado en los cascarones. Por supuesto, nadie debe saber que habéis sido vosotros... recordarlo, es vital para los intereses del Ordo.

Por fin iba a sacar de paseo a mi amiga Greta, mi preciada ballesta. Mientras Matthias se levantaba me di cuenta de que se olvidaba de algo... O tal vez no.

Matthias ¿Tenemos financiación para esta noche? Si queremos hacer algo grande necesitaremos un buen barril de brea... Los haremos arder...

Por un momento iba a decir "los haremos arder por Sigmar" pero esa expresión, aunque un reflejo de mi niñez, ya no era correcta. En cualquier caso espero a que me responda antes de planear el asalto al Elfsgemeente, que conozco bien tras trabajar de barquero en los alrededores.
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Konrad Reder

Descansar le había venido bien al cansado cuerpo y la confusa mente de Konrad. Pese a que tuvo extraños sueños donde melodiosas voces susurraban secretos en lenguas desconocidas, Konrad se despertó con energía renovada y la mente despejada. Aún tenía muchas dudas y preguntas, pero sabía que solo había un modo de responderlas, y tenía claro el camino.

Esa noche en el Martín Pescador konrad ni si quiera se fijó en si Roseanne deambulaba por la taberna, pidió un vaso de vino y esperó junto a sus compañeros la llegada de Matthias. Escuchó atento su misión y no pudo evitar pensar con placer en hacer arder los barcos de esos relamidos prepotentes del Clan Lianllach. Miraban a todos por encima del hombro, y Konrad detesta que lo minusvaloren.

Observó como Theo preguntaba a Matthias, y antes de que éste pudiera contestar el mismo añadió otra pregunta en voz baja:

No debemos preocuparnos por los daños colaterales, ¿verdad?
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Amigo Theo, - Matthias esboza una sonrisa pícara mientras se dirige al barquero - ¿acaso tienes ya algo en la cabeza? - baja un poco el tono voz - no dudéis en preguntar por algo así a este lado del puente y se os concederá, pero ¿como pretendes llegar hasta el Elfsgeemente con ese barril? No creo que los Maniquies os dejen pasar así como así cargando un barril de brea. Por no decir, que quizás tengáis que vaciar los bolsillos más de la cuenta para cruzar el puente con una carga como esa sin que nadie os moleste

Dicho esto se gira hacia Konrad, que le lanza su pregunta casi sin tiempo a terminar sus palabras:

- No debemos preocuparnos por los daños colaterales, ¿verdad?

- Como ya os he dicho, de lo único que debéis preocuparos es de que no haya implicaciones para el Ordo. Si alguno se va de la lengua, tener por seguro, que no habrá lugar donde pueda esconderse y evitar la ira del Ordo. La discrección debe ser vuestra principal prioridad, y si por un casual alguien logra descubriros, no dudéis en cortar lenguas si hace falta

===================================================================
Conocimiento que tenéis sin lugar a dudas:
Los Maniquíes" es como se conocen popularmente a la guardia del Barrio Élfico. La palabra es una deformación de la palabrá élfica Manniocs-quinsh, que significa "Guardianes de la Paz". Cualquier acción contra los elfos en su barrio estaría bajo su jurisdicción por lo que solo responderíais ante su ley y el Exarca. Y por no meter mucha presión, decir que asesinatos o incendios son considerados delitos graves cuya condena suele ser la muerte por ahogamiento.
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Konrad Reder

Konrad se llevó el vaso de vino a la boca de forma un tanto teatral y dejó que el dulce líquido cayera por su garganta mientras escuchaba atento. Desde luego los elfos no se tomarían bien un ataque como este, y el castigo probablemente fuera ejemplar para disuadir futuros atentados. "Cuanto mayor es el riesgo, mayor la ganancia" pensó Konrad.

-Dime Theo, tú conoces estas aguas mejor que el resto. ¿Serías capaz de guiarnos en barca hasta sus naves? Así sería más sencillo transportar un barril de brea. Aunque eso reduciría las posibilidades de una hipotética huida... De todas maneras tendríamos que pensar en alguna maniobra para distraer a los maniquíes a cargo del puerto.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Amigo Theo, - Matthias esboza una sonrisa pícara mientras se dirige al barquero - ¿acaso tienes ya algo en la cabeza? No dudéis en preguntar por algo así a este lado del puente y se os concederá, pero ¿como pretendes llegar hasta el Elfsgeemente con ese barril? No creo que los Maniquies os dejen pasar así como así cargando un barril de brea. Por no decir, que quizás tengáis que vaciar los bolsillos más de la cuenta para cruzar el puente con una carga como esa sin que nadie os moleste

- No debemos preocuparnos por los daños colaterales, ¿verdad?

- Como ya os he dicho, de lo único que debéis preocuparos es de que no haya implicaciones para el Ordo. Si alguno se va de la lengua, tener por seguro, que no habrá lugar donde pueda esconderse y evitar la ira del Ordo. La discrección debe ser vuestra principal prioridad, y si por un casual alguien logra descubriros, no dudéis en cortar lenguas si hace falta

-Dime Theo, tú conoces estas aguas mejor que el resto. ¿Serías capaz de guiarnos en barca hasta sus naves? Así sería más sencillo transportar un barril de brea. Aunque eso reduciría las posibilidades de una hipotética huida... De todas maneras tendríamos que pensar en alguna maniobra para distraer a los maniquíes a cargo del puerto.

Podríamos embrear sus naves desde el agua, seguro que sí, pero los ojos de los elfos nos verán tarde o temprano... Debemos ser discretos.
Creo que la mejor opción es aprovechar el terreno y aprovecharnos de los canales para atacar el Elfsgeemente. Con una ballesta y un barril de brea podemos embadurnar la punta de los virotes, prenderles fuego y disparar varias veces antes de que nadie pueda detenernos o siquiera atraparnos. Nos movemos de sitio y hacemos lo mismo desde otro lado si vemos que no causamos demasiado terror. Los orejas picudas no pueden controlar todos los muelles alrededor del suyo, así que aprovechemos eso en nuestro favor... Eso sí, necesitamos unos barriles de brea de los que no se pueda detectar su procedencia y los colocaremos en las zonas de disparo que elegiremos previamente... Convenientemente separadas. ¿Cómo ves esa bolsa Matthias? ¿Tendrás unas monedas de oro para un buen plan?


Escondí la cara en la jarra de cerveza para apurarla y no ver la reacción de mis compañeros. ¿Qué les parecería la idea? No estaba seguro de no estar metiendo la pata, pero es lo mejor que se me había ocurrido... Y por supuesto unas monedas de oro para el bolsillo no vendrían mal.

Me hice un plano mental de la zona en la cabeza y había un par de sitios en el Noordmuur y uno en el Guilderveld donde la planta alta de los almacenes sería una buena atalaya improvisada. Tal vez el Ordo conocía otros sitios interesantes desde los que se podía hacer blanco.

¿Cómo lo vez Matthias? ¿Conoces alguna persona a la que queremos emplumar el muerto?
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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- ¿Cómo lo vez Matthias? ¿Conoces alguna persona a la que queremos emplumar el muerto?

De nuevo una sonrisa pícara en el rostro de Mattias al escuchar las palabras del barquero.

¿Acasó tengo yo cara de tener que mancharme las manos en todo esto? Si necesitáis un oco de Brea mañana mismo la tendréis... pero del resto os tendréis que encargar vosotros. Por supuesto aquí os dejo esto por si lo necesitáis.

Mientras dice eso Matthias saca una bolsa, que parece suficientemente cargada de monedas como para cumplir todos los planes que se os puedan pasar por la cabeza, o para pasar unos cuantos días en algún fumadero de opio o burdel de la ciudad emborachándose y disfrutando de la compañía de unas guapas mujeres....

Ya sabéis lo que tenéis que hacer. El como .... es cosa vuestra.

Y tras dejar un par de monedas más para pagar la bebida de la mesa, se retira de nuevo dejándoos con vuestros pensamientos acerca de como cumplir con los nuevos designios que os ha encargado el Ordo. Hasta ahora, todo eran trabajos bastante más discretos, y que parecían entrañar menos riesgo... pero meterse de lleno con los elfos... ¿Que estarán planeando las cabezas pensantes del Ordo?
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Konrad Reder

Konrad observa como su contacto se marcha dejando sobre la mesa una bolsa llena de monedas. Cualquiera estaría tentado de cogerlas y desaparecer, pero quienes se encuentran dentro del Ordo buscan algo más allá que el simple metal... o al menos así es en el caso de Konrad. Mientras apura su bebida una siniestra sonrisa se dibuja en su rostro.

-Y si buscamos algo de ayuda... estoy seguro de que una muchedumbre de estibadores borrachos podrían ser una buena distracción... e incluso una justificación para la quema de las naves. Unas cuantas palabras elegidas con cuidado en las orejas de los líderes beodos de esa gente y estoy seguro de que tendremos un estallido de ira que hará más fácil llevar a cabo tu plan.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Theo Lobster

Theo meditó sobre las palabras de Matthias. Era la primera vez que tenía la oportunidad de planear por sí mismo, más allá de las órdenes directas; Al mismo se llenó de orgullo y se preocupó de la posibilidad de fallar... tomar decisiones implica equivocarse, y tal vez no estaba preparado para ello...

Se sacudió estos pensamientos mientras trataba de concretar el plan en su cabeza, regando su mente con buena cerveza. Cuando pensó que las piezas encajaban trató de explicárselo a sus compañeros.

Lo ideal sería atacar desde el Vlakland. Allí no tienen en estima a los elfos, por lo que podemos esperar cierta colaboración sin que pregunten... Aunque podemos dejar caer lo que queramos. Deberíamos poder acceder a las diferentes casas a cambio de pocas monedas, plantearlo por adelantado y tener clara la ruta.

Se regó un poco más con cerveza y continuó exponiendo su plan.

Desde cada uno de los sitios dispararemos flechas embreadas y ardiendo; Las llevaremos embreadas de antemano y las prenderemos con nuestras antorchas. Tres o cuatro disparos antes de movernos a otra localización, no necesariamente siguiendo una línea.

Tomó otro poco de cerveza y pensó que los elfos se adelantarían a sus movimientos.

Podemos hacer un ataque desde el extremo sur y movernos hasta el norte, enfrente de los astilleros, para atacar allí de nuevo. Después bajamos poco a poco y en cuanto nos veamos apurados tiramos las flechas (o virotes) sobrantes al canal y desaparecemos en la noche.

En su cabeza parecía un plan perfecto. Generarían problemas, desde luego, y con suerte provocarían grandes destrozos en el barrio élfico. Eso siempre que Sig... Tzeench les bendiciera.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Los pensamientos e ideas van agolpándose en vuestras cabezas al mismo tiempo que la cerveza atraviesa vuestras gargantas y vuestros sentidos se embotan ligeramente con el alcohol. La noche transcurre todo lo tranquilamente que se podría esperar en un lugar como el Martín Pescador. Gritos, algún que otro abroncamiento, alcohol... Las caras habituales del lugar, y por supuesto, siempre algun rostro nuevo... quizás algún marinero de los barcos que llegaron a la ciudad por la mañana. Los camareros siguen moviendose de un lado a otro con rapidez, llevando jarras de cerveza (algunos más aguados que otros, pero seguro que sus destinatarios ya algo perjudicados por el alcohol son incapaces de apreciarlo). La noche afuera sigue progresando ... no parece llover porque las últimas personas que han entrado lo hacen completamente secas, aunque se oye el ruido de un intenso viento... que por el olor a mar, diríais que es viento del oeste. La noche prosigue en la bulliciosa ciudad, esperando el curso de vuestras acciones.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Theo Lobster

La cabeza de Theo estaba hecha un lío mientras trataba de maquinar un plan que les permitiera conseguir el objetivo; Planes dentro de planes dentro de planes... Hasta que se dio cuenta de que debían actuar esa misma noche y entonces la claridad se abrió paso en su cerebro entre las nieblas del alcohol.

Debemos dividirnos para tratar de conseguir todos los objetivos. Yo trataré de encontrar el barril de brea, puede acompañarme quién quiera; Mientras tanto el resto debe buscar un par de orejas para incentivarlas a liarla hoy.

Theo tomó otro trago de cerveza mientras una duda asaltaba su cabeza: ¿Estaría sonando todo lo que decía tal y como creía? Tal vez habñia tomado demasiada cerveza... O demasiado poca...

Nos veremos en el Vlakland donde estoy seguro que unas monedas nos abrirán todas las puertas, y tal vez una barca para movernos en un momento determinado.

Theo se veía en la barca disparando la ballesta tras prenderle fuego a la punta embreada del virote, que realizaba un disparo tenso, apenas afectado por la gravedad, impactando limpiamente en uno de los barcos de los asquerosos elfos. Era sorprendente como unos tragos permitían visualizar el éxito de una manera tan concreta. O tal vez era una visión, ¿quién sabe?

¿Vamos a por ello?
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

Mensaje por igest »

¿Vamos por ello?

La pregunta de Theo quedó flotando en el denso aire del local... Mathias fue el primero en reaccionar, primero una sonrisa en su rostro y luego su puño estrellándose contra la áspera madera de la mesa, como antesala a sus palabras (que vista su habitual locuacidad casi parecían el mayor de los discursos que podían haberle escuchado nunca sus compañeros).

Está claro que Theo tiene razón, tenemos que movernos y hacerlo rápido... un poco de acción no vendrá mal, llevo varios días en que no hacemos más que ver las extrañas cosas que el Ordo nos va desvelando poco a poco... y empiezo a estar cansado de no tener algo más de acción. - apura la jarra de cerveza - Theo y Konrad, encargaros vosotros del barril de brea y de conseguir una barca... una vez trate con una tal ... Cora... si Cora Hedwig allí en el Vlakland, quizás si sois rápidos la encontréis aún cerrando alguno de los humedos tugurios de la zona... ella, podría ayudaros a esconderos o buscar un lugar desde donde disparar, a menos que queráis hacerlo directamente desde la barba... eso es cosa vuestra. Dieter, Jacob y yo, vamos a ver si un puñado de estibadores puede ayudarnos a distraer a esos maniquies...

El rostro de Dieter resultaba un poco perplejo, pero tras ver como Mathias se levantaba con gran ánimo, no pudo sino levantarse detrás de él... El corpulento Jacob ya había apurado su cerveza mientras Mathias hablaba y se mostraba bastante dispuesto a ejecutar el plan, de hecho, andaba ya oteando a su alrededor a ver si había posibles candidatos que participasen en su plan de distracción.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

Mensaje por SrSkaven »

Konrad Reder

Sí, no quedaba más opción que actuar con rapidez. El Ordo quería ver esos barcos en llamas antes del amanecer, y después de lo que había visto los últimos días Konrad estaba seguro de que no quería contrariar los deseos de sus superiores. Se puso en pie, apuró su vaso de un trago y tras ver salir a sus compañeros se dirigió a Theo mientras se disponía a abandonar el local:

Bien, antes de tratar con la amiga de Mathias deberíamos conseguir la brea. Y una carreta para transportarla, será más discreto que trasladar un barril a pulso en medio de la noche... ¿Alguna idea de dónde podamos conseguir brea? Ya sabes, algún sitio dónde por unas monedas extras se pierda un barril y el dueño no sepa qué ha podido ser de este.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Theo Lobster

Bien, antes de tratar con la amiga de Mathias deberíamos conseguir la brea. Y una carreta para transportarla, será más discreto que trasladar un barril a pulso en medio de la noche... ¿Alguna idea de dónde podamos conseguir brea? Ya sabes, algún sitio dónde por unas monedas extras se pierda un barril y el dueño no sepa qué ha podido ser de este.

Era hora de la acción y a Theo le hormigueaban los pies. Se volvió hacia Konrad y sonrió, tratando de ser diplomático.

Amigo Konrad, paguemos para que el barril desaparezca, no creo que tengamos problema en dejarnos unas pocas monedas en ello

Al fin y al cabo, el Ordo era bastante generoso con los gastos; No había necesidad de añadir un robo a las cosas que podían salir mal.
Pensando en la barca decidió usar la suya. Las barcas no eran caras en Marienburgo, así que incluso podían hundirla si veían que necesitaban deshacerse de las pruebas.

Vamos a por la brea y acercaremos después la barca. Tengo una de mano y seguro que tenemos un canal cerca para no tener que andar con el barril de un lado para otro. ¿Dónde podemos comprar la brea? Vamos allá, no perdamos más tiempo; La noche es joven pero no dejemos que nos sorprenda la luna.
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Re: Acto 4: ¡Fuego!

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Mathias, Dieter y Jacob desaparecen de vuestra vista.... juraríais que Dieter dió un traspiés, ¿quizás se le subió la cerveza por beberla tan rápidamente? Bien, quizás fue solo eso, un traspiés... Esperemos que todo vaya bien con su parte, pensáis ambos.

Apuráis vuestras jarras y salís con las ideas claras. La noche os recibe, con su habitual frescor y el olor a mar... cuando la marea no agita las profundidades de los canales y la lluvia hace el resto, casi hasta podríais disfrutar de ese aroma. Por suerte para vosotros, parece que la lluvia ha cesado, aún así la humedad reinante quizás complique un poco vuestro trabajo, pues la madera o telas de los barcos estarán más húmedas de lo habitual. Al fondo de la calle que lleva hasta el Martín Pescador véis sobresalir la cabeza de Mathias en torno a un grupo de hombres, mientras véis que hace gestos exagerados con las manos... a Dieter y aJacob no se les ve.

Theo emprende la marcha,...

Vamos a por la brea y acercaremos después la barca. Tengo una de mano y seguro que tenemos un canal cerca para no tener que andar con el barril de un lado para otro. ¿Dónde podemos comprar la brea? Vamos allá, no perdamos más tiempo; La noche es joven pero no dejemos que nos sorprenda la luna.

Por suerte para vosotros Theo esta bien acostumbrado a moverse en la ciudad, y tras hablar con un par de personas os encontráis apenas una hora después con una barca a vuestra disposición y en ella el recién cargado barril de brea (Tirada de 08, nada mal ;) ). En el barril apenas se distingue el emblema de su 'anterior dueño', quizás se ¿trata del escudo de los Roelef? tan desgastado por el paso del tiempo que no sabríais decir si, efectivamente, así es...
escudo-roelef.jpg
escudo-roelef.jpg (11.86 KiB) Visto 15566 veces
También tenéis en la barca un pequeño paquete de tela, que contiene 20 virotes con los que esperáis poder cumplir vuestro cometido. Así pues, es el momento de tomar aire, y lanzarse a la acción... la barca se mece impaciente en el agua esperando que soltéis el cabo que la sujete. ¿Tomareis una ruta directa hacia el Vackland por el gran canal atravesando el Rio Reik? ¿Quizás un rodeo y atravesar los canales del Noodmur? La brisa nocturna vuelve a soplar moviendo vuestras ropas, mientras en vuestro interior los corazones arden de ganas de actuar y que el Ordo se sienta orgulloso de vosotros... o quizás del simple hecho de cumplir con la labor para poder juntar un poco más de oro y gastarlo luego.
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