Prisión de Almas: Acto II (Nudo)

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Saratai
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Re: Prisión de Almas: Acto II

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21 de Destilario (Brauezeit) de 2527. Averheim.

Por primera vez en la corta reunión, Reiner Volk prestó su opinión ante la ineficacia negociadora del Gran Maestre. Sus palabras y argumentos fueron más que lógicos e interesantes, sin embargo, no contó con la información y habilidad del hombre enfrente suya. El capitán Giorgio no habia nacido ayer, y conocia a la perfección la situación de la provincia. Si aun no se habia decidido por ningún bando era simplemente porque estaba esperando a tener seguro quien seria el ganador.

Giorgio de la Soura

-Son ciertas varias de las cosas que dice, este... signiore Volk. Pero hay otras en las que erra completamente. Me consta, y me alegra también, que el pueblo de Averheim está a favor de Leitdorf. Y por supuesto, soy consciente de la masa popular que apoyaria la toma de la ciudad.


El tileano volvió a llamar a la mujer, para que le trajera otra cerveza y un poco de comer, pues ya iba teniendo hambre. Ofrecio asi mismo algun tentempie para los presentes, de los cuales Jahel declinó y Manuel aceptó gustoso.

-Mas hay un pero, por supuesto. Usted, Volk, y usted también, maese Manuel, tienen la mirada de avezados guerreros. Reconozco a simple vista a quien ha visto más de una batalla, y de quien ha visto morir a amigos y compañeros. Son, por tanto, expertos militares. Y como expertos militares les digo ¿de verdad consideran que un grupo de civiles y granjeros armados con cuchillos de cocina y delantales pueden equipararse al ejercito profesional de Carroburgo que el Consejo ha contratado? Por no hablar del propio ejercito de Averland del señor Jobb Alptraum, el cual es genuinamente averlandes, y no objeto de las iras de todo el pueblo llano, habiendo en ese ejercito familiares y amigos de los ciudadanos de Averheim...

-Es por esto, buenos amigos, que creo que están en seria desventaja. Ustedes solo cuentan con los caballeros de la Orden, si me han contado toda la verdad. ¿Cuantos caballeros tenemos en nuestro bando, cincuenta, sesenta? Menos de un centenar de soldados profesionales contra unos doscientos soldados bien preparados y pagados sin falta gracias a los altos impuestos. Vuestro plan, incluso contando con los mercenarios pagados de las casas nobles simpatizantes, es debil si no contais con nosotros. Por no hablar de que, una vez tomada la capital, aun faltaran varias ciudades aliadas con los Alptraum por tomar, como Bieswang, Agbeiten o Legenfeld, por decir algunas.


La sirvienta trajo los aperitivos demandados, y volvió a alejarse. Giorgio la tenia bien educada, pues no remoloneaba, y hacia ruido en la cocina para dejar claro que no estaba escuchando la conversación.

-Signiores, mi petición es justa. No aceptaré menos de doscientas coronas de oro como pago inicial. Tal vez, y solo tal vez reduzca el segundo pago de trescientas coronas a doscientas cincuenta, pero solo si recibo algun titulo o reconocimiento por mi labor para con la provincia. Lo que por ningun concepto voy a hacer es recibir cien coronas, y que sus generales me encarguen la tarea más peligrosa para mermar mis fuerzas, olvidando el pago después. Siento ser asi de desconfiado, pero ya son muchos años en el negocio. A no ser...

Fue entonces cuando el zorro tileano tuvo una brillante idea, tras meditar las palabras de Volk:

''En cuanto al resto del pago para vuestros hombres, como os he dicho, las casas nobles han robado al pueblo. Es justo que parte de su riqueza vaya a parar a las arcas de los que están a favor del legítimo gobierno, ¿no?''

-Tal vez reduzca la cuota a pagar, si recibo una especie de... como decirlo... permiso para repartir las riquezas de las casas nobles aliadas con los Alptraum. Si ustedes me dejan permiso para hacer cuanto me plazca en nombre de la Casa Leitdorf, yo les reduciré la suma inicial a cien coronas, y el pago final a doscientos. Trescientas coronas y un permisillo es una cantidad irrisoria por tomar el mando de dos ciudades, más siendo estas Averheim y Merfeld, ¿no les parece?


La cara de Jahel se convirtió en un poema. El obrero no tenia ni la más minima duda de lo que iba a suceder si aquellos hombres tomaban un permiso oficial para impartir orden y justicia. Sin embargo, Manuel Vod no pareció muy ofendido por la propuesta. Si aquellos matarifes a sueldo le ayudaban a hacerse con la ciudad, no importaban mucho los medios... ¿o si?
kurgan
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Re: Prisión de Almas: Acto II

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Reiner Volk

El lansquenete escuchó al tileano, intendo ordenar sus pensamientos mientras masticaba la asquerosa comida tileana-que estaba buena, pero era cuestión de principios rechazar el estilo extranjero. Una rápida mirada a Vod le convenció de que el hombretón estaba ansioso por zanjar la cuestión cuanto antes, y que diría que sí a todo al mercenario.

-Habéis evitado la cuestión de cuántos hombres disponéis-dijo, tozudo-. Si bien es justo que intentéis evitar que nos aprovechemos de vos, no es menos justo que nosotros sólo pagaremos por aquello de lo que tengamos constancia. En otras palabras, si no confiáis en nuestra palabra de que os pagaremos, nos vemos obligados a tampoco fiarnos de vuestros doscientos hombres.
Cruzó los dedos de ambas manos.

-Acerca de nuestras posibilidades de tomar la ciudad, os diré que estáis muy bien informado acerca de cuántos hombres tienen los Alptraum en Averheim, pero que sabéis menos acerca de nuestras fuerzas y tácticas. ¿Quién os dice que no tenemos algún as en la manga?

Volk sonrió. Ahora venía la parte crucial de la negociación, si el tileano mordería o no el anzuelo.

-Pero sí, os necesitamos. U os necesitamos para asegurarnos nuestras posibilidades. Así que habrá que llegar a un acuerdo de algún modo-alzó las manos-. Ciento cincuenta monedas de oro antes de nada, después de examinar vuestras fuerzas, no me parece un pago excesivo. Hay un hombre delegado de Markus Leitdorf que podrá tratar con vos este tema, y puede que consigáis sacarle un poco más, hasta llegar a las doscientas que pedís. Soy soldado, no financiero. Sí, y que después os paguen trescientas.

Volk dudaba de que el representante del aspirante a Conde tuviese tanto dinero en efectivo.

-Después de todo, sólo os podemos ofrecer cien monedas de oro y saquear las casas de las familias nobles que nos han ofendido, no la autoridad para hacer lo que os plazca en toda la ciudad. Sólo podríais tomar lo que tengan en su casa los Alptraum, los Fahen, los Brigundherf, los Tullirderf y los Messner, las familias traidorás más señaladas y con puestos en el Consejo. Podríamos garantizaros la inmunidad si robáis sus propiedades o los secuestráis, pero el resto de los habitantes de Averheim son buenos súbditos de Leitdorf y no se permitirán violencias contra ellos.
Saratai
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Re: Prisión de Almas: Acto II

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21 de Destilario (Brauezeit) de 2527. Averheim.

Giorgio de la Soura


El tileano habia encontrado en el tuerto militar un hombre que no tragaria con todas las exigencias, no asi como el gran maestre, más preocupado en que el mercenario aceptara que en como pagarle después

-Muy bien, Volk. Le vuelvo a repetir que mis hombres en la ciudad son doscientos- contestó algo cansado el tileano -, y muy orgullosos por cierto, no sin mérito de serlo. ¿Quieren verlos formar, con armaduras y ballestas, banderas y tambores, por el centro urbano? Pues cuando cobremos la cantidad inicial no tardaremos en hacerlo, pero no antes. Movilizarlos a todos de sus casas, arriesgarnos a que la guardia nos ataque cuando nos vea en un punto determinado o hacerles perder el tiempo no es algo que voy a hacer. En cuanto a lo de atacar inocentes, nada más lejos de la realidad. Lo que yo queria era consituir una brigada de seguridad y vigilancia, suponia que necesitarian hombres disciplinados y fuertes (y no salvajes sin entrenamiento) cuando esto termine, para mantener el control y la seguridad sobre la ciudad.

El tileano se levantó de la mesa, dando por terminada la reunión. Acababa de darse cuenta que Volk, ni el maestre, eran los encargados de negociar directamente el precio a pagar, y eso le hacia perder el interes en la conversación. Al fin y al cabo los Arcas Rojas iban a tener trabajo seguro, fuera con Alexander Feuerbach, con Markus Leitdorf o con Jobb Alptraum, y al estar todos los bandos interesados en sus servicios, tenian un gran poder negociador.

-Me comentan ustedes que no son los responsables de la paga, en ese caso creo que mi acuerdo con vuestras mercedes ha terminado por el momento. El cobro de la cantidad pactada me satisface en parte, pero si mi grupo no opta a mantener trabajo cuando el conflicto termine, necesitaremos más dinero en la entrada inicial. He de detallar algunas cosas con su financiero antes de seguir más lejos, entiendan mi posición, por favor. Diganme, ¿donde y cuando podria entrevistarme con él? Una vez pagado la primera soldada, seria un placer para mi comenzar a colaborar con ustedes.

El tileano sonrió, muy carismatico y amigable. Entre sus dulces formas y gestos, se encontraban palabras duras y serias. El Gran Maestre era un hombre impulsivo, que lucharia por honor y por gloria, pero Giorgio solo lo haria unica y exclusivamente por el oro. Y pocas cosas hay más logicas y frias que la plata.

Manuel miró a Reiner, como buscando una explicación de por que no podian finiquitar el pacto, pero tuvo que callar. Para ser francos, Manuel Vod ni siquiera sabia donde se habian llevado a cabo las reuniones anteriores, y su simple cerebro se percató de que si habia de ser el lider de aquello, debia conocer todos los detalles. El viejo Gran Maestre tomó nota para interrogar a Jahel y a Reiner cuando aquello terminase.


FDI: El tileano no negociará más con gente que no tiene dinero. La única manera de hacerle cambiar de opinión es con palabras certeras y gran persuasión, o con un cofre cargado de coronas de oro.
kurgan
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Re: Prisión de Almas: Acto II

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Reiner Volk

Ante las palabras del tileano, el mercenario se limitó a quedar callado, en un primer momento. En verdad estaban haciéndolo todo improvisadamente, y del revés. ¿Qué sabía Volk de gran política y estrategia, de finanzas? ¿Quin era él para comprometer los recursos de su señor el aspirante a Conde? Lo único que podía hacr era pasarle la pelota al diplomático de Leitdorf... Bueno, y primero conseguir localizarlo.

Volk se rascó la nuca.

-Es comprensible y justo lo que pedís. He de consultar con él para acordar una reunión con vos, y para ello necesitaré un par de horas. Volveré, en pesrona o por un mensajero. Si el caso es el segundo, sabréis que viene de mi parte porque, digamos... Os dirá "Stern".

El talento para las intrigas de Volk estaba agotándose. Se sentía cansado, frustrado y con la sensación de que el golpe era improisado y sus compañeros poco de fiar. Demasiadas cosas pendían de un hilo, y sólo tenía una posada como centro de mando... Tenía que reunirse con sus hombres, cuando antes.

-Y si el que viene es el que maneja el dinero, se identificará como tal.

Dicho esto, se despidió del tileano, dándole la mano con ademán confuso. Cuando quedaron fuera del alcance de los tileanos, Volk se encaminó hacia la Ytinga Inn, sin una palabra para Vod y haciéndole un gesto a Jahel. Dio dos pasos, seguro de que el maestre le gritaría, y preparado para responderle cuatro cosas...
Saratai
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Re: Prisión de Almas: Acto II

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21 de Destilario (Brauezeit) de 2527. Averheim.

Los hombres de Leitdorf se despidieron de Giorgio, tras preparar un nuevo encuentro. Al salir de la zona de control de los Arcas Rojas, se encaminaron rapidamente a la Ytinga Inn. Una vez en Jorkstown, territorio seguro, Volk llamó a Jahel, dejando apartado al Gran Maestre Manuel. Éste, que ya empezaba a estar harto de no controlar la situación, paró en seco, y se dirigió a Reiner Volk con gesto autoritario.

Manuel Vod

-Ha negociado correctamente antes con aquellos tileanos, coronel. Pero no puedo dejar de notar un leve gesto de insumisión para conmigo. Para bien o para mal, desde que me he dejado ver con usted en la casa de aquel mercenario, mi destino esta sellado para con esta causa, y ya no hay marcha atrás. Asi que más vale que....

-Callate de una puta vez, no nos ayudas nada con tu estúpido empeño en acaparar notoriedad-
espetó de pronto Jahel, para sorpresa de Manuel y de Vod. El obrero habia aguantado bastante en la reunión, y aunque por prudencia habia cerrado el pico, ahora no estaba dispuesto a seguir tragando.

Jahel Pechocabra

-Manuel, aprecio de verdad tu interés en que las cosas salgan bien, y te aseguro que Markus Leitdorf te compensará y que alcanzarás más fama y más gloria para tu Orden, pero solo somos tres hombres. Me importa una mierda que me llamen coronel, cabo chusquero o mequetrefe con tornillos, pero lo que no puedo tolerar es que algo tan importante como acabar con los cabrones que me hacen sangrar a mi y a mis camaradas cada dia se vaya al garete por las tonterias de un viejo con ansias de poder.


El Gran Maestre calló por primera vez, entre tenso e indeciso ante las palabras que escoger. No esperaba que el obrero saliera por aquel camino, y ahora se encontraba perdido. Tras unos segundos, eligió la disculpa, al darse cuenta de su error.

Manuel Vod

-Está bien, lo siento caballeros. Todo esto me ha alterado más de la cuenta, no he podido evitarlo. Ahora lo principal es asegurarnos que el tema de los mercenarios-
Manuel habia cambiado el tono, pero seguia actuando como el jefe. Y asi seguiria mientras tuviera la cabeza sobre los hombros -acaba en buen puerto, que reciben su paga y ni se les pasa por la cabeza la traición. Me gustaria conocer al resto de hombres que colaboran en este plan, y volver al cuartel con una táctica en la cabeza.

Justo cuando parecia que las cosas habian vuelto a la calma, el viejo volvió a contestar.

-Y Jahel. Si vuelves a hablarme con esa falta de respeto, olvidate de tus dientes.
kurgan
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Re: Prisión de Almas: Acto II

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Reiner Volk

El maestre, provocado por la pulla de Volk, abrió su bocaza para decir sus tonterías. El lansquenete se volvió con las respuestas en la boca, respuestas que había meditado en el camino que mediaba entre la sede de los tileanos y el barrio amigo que les servía de refugio. Pensaba explicarle que "mando conjunto de las fuerzas" implicaba que Vod no era superior a nadie, sino que se le daba papel preeminente de acuerdo con su antigüedad. Que no había aportado nada en la reunión con los mercenarios, había expuesto todas las claves de la revolución desde el principio (al menos, todas aquellas que sabía) y que no había apoyado a Volk cuando lo necesitó.

Quizás en un lugar apartado, fuera de la mirada de sus seguidores y de extraños y aliados, Vod fuese más razonable. Sin embargo, las palabras de Jahel le cortaron la respuesta y lo dejaron sin aliento, por lo osado y preciso.

El lansquenete se frotó la cuenca del ojo por debajo del parche, cosa que sólo hacía en momentos de gran confusión. Instintivamente se situó entre el caballero y el revolucionario, como un chiquillo de la calle se interpone entre dos de sus amigos que se han insultado y van a empezar a golpearse.

Sin embargo, las respuestas de Vod fueron casi tan sorprendentes. Cuando acabaron de hablar, Volk tosió para aliviar la tensión. Media calle los miraba. Niños descalzos y matronas que barrían los portales observaban curiosos un espectáculo tan desacostumbrado. El lansquenete les pidió continuar y habló, reconciliador. Se le pasó por la cabeza que hubiera sido mejor que fuese él mismo quien restaurase su propia autoridad, pero en fin.

-La cosa corre prisa, eso es cierto. Vod, deberíais acompañaros a una posada que nos sirve de cuartel general. No poder contar con los tileanos nos deja sin un importante apoyo, y probablemente los Alptraum andarán oliéndose algo raro con vuestra Orden. Os pido ... Os ruego que reconsideréis mi propuesta. Con esos bastardos repugnantes no hay que tener consideraciones de honor, sería como retar a un duelo a un goblin. Y corremos el riesgo de que sitúen a su guarnición a las mismas puertas de vuestro schloss en cuanto les llegue el rumor de que habéis estado en el cuartel de los Arcas Rojas.

En la Ytinga Inn, y ante los representantes de los revolucionarios, Volk expondría su plan, que constaba de varios puntos básicos:

1 ) La operación debía llevarse a cabo cuanto antes, a ser posible, esa misma noche. Para parlamentar con los tileanos, lo mejor sería no hacerles partícipes del momento en el que empezaría todo (pues podrían traicionarlos fácilmente), sino atacar mientras se les hacía creer que el golpe se demoraría un par de días más. O contratarlos, decirles que se los llamaría a tal señal y convocarlos antes de lo que pensasen. Eso ayudaría a descolocarlos y sacarles tiempo para cambiarse de bando.

2 ) El enviado de los Leitdorf debería partir cuanto antes a hablar con el jefe de los tileanos. Estaría cansado por haber pateado casas nobles toda la noche, pero... Volk le daría la contraseña, le diría las condiciones y le explicaría el primer punto de su plan.

3 ) Probablemente, el enemigo ya estaba al tanto de que algo raro ocurría con los caballeros del Oso Negro. Si Vod volvía a negarse a realizar una añagaza, que regresase a su castillo, convocase a sus caballeros y saliese, a la primera señal, contra los edificios en los que se concentraban las mayores fuerzas Leitdorf. Lo que nos lleva al punto...

4 ) El Gremio de Ingenieros tenía una excelente oportunidad para volar cosas. Bueno, el Gremio, los universitarios o quien carajo fuera que tuviera explosivos. Detonar los barracones de la guarnición, introduciéndose en las alcantarillas, serviría para privar a los Alptraum de buenos combatientes. Volk estaba dispuesto a encabezar la misión.

5 ) Atacar y asediar, si no se podían tomar por asalto, las principales casas nobles, tarea a cargo de las masas de revolucionarios y los hombres de las otras casas nobles. Si los de dentro no se rinden, fuego, fuego a ellas.

6 ) Los edificios gubernamentales deberían ser atacados por las masas, de noche. Cincuenta hombres serían suficientes... ¿no?

7 ) Los hombres de Volk podrían tomar las principales puertas de la ciudad.

8 ) Que los Arcas Rojas apoyen la toma de las murallas de la ciudad, y destinen tiradores y guerreros con armas de asalto al asedio de las casas nobles.

9 ) Usar el engaño. Pequeños grupos de adolescentes prendiendo fuego a edificios, fuera de los principales focos del ataque, serían una excelente diversión.

10 ) Alguien debería quedarse en un punto central, coordinando la batalla. Pero, ¿quién?
Saratai
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Re: Prisión de Almas: Acto II

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21 de Destilario (Brauezeit) de 2527. Averheim.

El tuerto soldado de la casa Leitdorf medió entre Jahel y Manuel antes de que las cosas fueran a mayores. Y acertadamente explicó al Gran Maestre la situación en aquel enorme proyecto que constituia la toma de la ciudad por el bando aspirante a gobernar la provincia.

En esta ocasión, Manuel Vod comprendió por entero que ya era demasiado tarde, que si les habian visto reunirse con aquellos hombres, los que tuvieran información suficiente no tardarian en sumar dos y dos. Asido por la noticia de dirigirse al cuartel general y conocer al resto de hombres que colaboraban con la causa revolucionaria, Manuel relajó el gesto al contestar a Reiner Volk.

Manuel Vod

-Si, creo que tiene razón en ese aspecto, Herr Reiner... Consideraré la actuación a tomar y las opiniones ajenas, un escritorio no es mi campo de batalla y otros son más habiles que yo en tales lides.


Aunque pudiera parecer que el gran maestre lo habia dicho con rencor o malas intenciones, lo cierto era que aquel hombre distaba mucho de ironizar ante cualquier tema. Era cabezota, simple y algo torpe, y cuanto más literal se tomaran sus palabras mejor se le comprenderia a el. Algo que Jahel aun tenia que asimilar poco a poco.

Los tres hombres no tardaron en llegar a Jorkstown y a la Ytinga Inn. Para sopresa de Reiner, alli se encontraban Bahever y el Consejero Leitdorf, asi como varios hombres armados. No iban uniformados, pero Reiner los pudo reconocer facilmente como soldados, tanto por los gestos como por la forma de saludarle al entrar, con pose firme y recta.

Consejero Leitdorf

-Reiner, no te esperaba tan pronto aqui, veo que no has perdido el tiempo-
dijo el diplomatico al ver entrar después del tuerto veterano a Manuel Vod y a Jahel, a los cuales saludó con gran cortesia y pompa. A su lado, Bahever asistia feliz, y saludó con entusiasmo a los recien llegados. Al parecer habian buenas noticias.

-Tengo buenas noticias para todos los presentes- prosiguió el consejero, una vez que Manuel Vod se presentó como Gran Maestre de la Orden del Oso Negro, y juró su lealtad a la causa - pues el representante de la casa Hindenberg, tras una larga charla hace unas dos horas, me ha confirmado su adhesion al pacto de Alianza del Conde Elector Markus Leitdorf. Ahora, nuestro bando controla todo el Suroeste de la provincia, desde Streissen hasta Colmfärhe, e incluso Loningbruck, pasando por varias aldeas circundantes.

El posadero Otto, que también se encontraba alli, sacó unas cervezas para todos, de las que invitaba la casa, y todos los presentes brindaron contentos por tal unión. Fue entonces cuando Bahever habló para los alli reunidos.

Sindicalista Bahever

-Johann ha hecho un gran trabajo llevando a cabo la firma del pacto con la familia Hindenberg, lo que nos da mucho más poder frente a los bastardos Alptraum. Los Hindenberg se habian mantenido al margen a pesar de su rechazo a Bukter Alptraum, dado que aun no habian tenido oportunidad de entregar su auxilio a nuestra causa. Pero hace unas horas no solo han sellado la firma, sino que han colaborado con una suma de cien coronas de oro para financiarnos. Y por si esto fuera poco, esta mañana he tratado con varios soldados del cuerpo de Jaran Tropkter, amigos y familiares de nuestros hombres de la fundición, que quieren entregar sus hierros por el pueblo de Averland.

Cuando Bahever comentó este hecho, los hombres que en la taberna estaban hablando callaron, y dieron un respetuoso saludo a Manuel, Jahel y Reiner, levantado sus jarras. Lucharian por sus ideales, impulsados por el odio a su cruel capitán y por el miedo a que la situación tan triste que sufrian sus hermanos, primos y tios, todos del barrio de Jorkstown, se incrementara si los Alptraum continuaban gobernando.

Pero aquello no era todo, puesto que habian más noticias que Bahever relató con rapidez, antes de que Reiner comenzara con su explicación.

-Además, hay un hecho a destacar, Reiner. Rodrik pasó por aqui hará dos o tres horas. Él y sus hombres emboscaron a Inmaister Brigundherf cuando salia de una reunión con un par de comisarios. Iba él solo con dos guardaespaldas, y no fue ningún problema para Rodrik acabar con los guardaespaldas. He de reconocer que Herr Rodrik ha demostrado ser un hombre de campo extremadamente experimentado. (lo que Bahever queria decir era que un fugitivo cortabolsas con los años de experiencia de Rodrik era más util de lo que el mismo habia pensado en un principio) Pero uno de sus hombres acometió a Inmaister con exceso de fuerza, y no lo hemos podido capturar vivo, algo que tampoco lamento. Es una gran baja para el enemigo, y un castigo justo para quien ordenó las sangrientas limpiezas de manifestaciónes del 26. El pueblo estara feliz con la noticia.

Una vez expuestas las buenas noticias, Manuel y Reiner tomarón asiento junto al Consejero Leitdorf y Bahever. Jahel fue a hablar con Otto y a saludar al resto de hombres que se habian unido a la causa mientras tanto, dejando tiempo para que los dirigentes comieran y el tuerto expusiera su plan. Acerca del primer punto, hubo cohesión total, asi como del segundo. De hecho, una vez puesto al tanto de todo, el Consejero optó por dirigirse de inmediato a hablar con Giorgio, lo que Bahever creyó oportuno. Tomando al muchacho Balbian y a uno de los soldados recien llegados como guardaespaldas, que habian estado esperando en la barra, el Consejero salió de la taberna quedando con ellos aquella misma noche. Estaba cansado, pero su devoción por la causa Leitdorf superaba la ausencia de horas de sueño.

Cuando solo quedaron Bahever, Manuel y Reiner, las decisiones se tomaron más rápidamente. El tercer punto fue claro, negandose Manuel a cualquier clase de subterfugio. Tanto asi, que optó por dirigirse a su cuartel cuando la reunión acabara, sin oponorse en exceso a recibir órdenes. Bahever habia causado en él una gran impresión, y su noto habia ido disminuyendo con rapidez. Aun asi, siguió exigiendo llevar el total control de la operación de toma del Palacio, y Bahever no se negó en absoluto, viendolo algo positivo.

Más adelante se habló de los ingenieros. Beatrix estaba trabajando en el tema justo en ese momento, al igual que Poptkim con los revolucionarios y jovenes alborotadores. Bahever se comprometió a hacerles llegar los planes para que se llevaran a cabo aquella misma noche, o por la madrugada si el tiempo no era suficiente. La idea de distraer con fuego usando a jovenes impetuosos fue de especial agrado para Bahever y Manuel, que escogerion el Distrito Sur como el más idoneo para tales acciones de demolición y desviación de defensas.

Bahever comentó a Volk que sus hombres se encontraban en un bajo cercano, a la espera de órdenes. Podrian estar listos aquella madrugada para la toma de las Puertas, pero eso era cosa de Reiner. Y de coordinar a las masas en la Plenzerplazt, el sindicalista se mostró más que preparado para ello, comentando que destinaria a treinta hombres contra el Palacio de Justicia y a otros veinte contra el cuartel de la guardia, apoyados por Rodrik.

Manuel Vod, antes de despedirse de Bahever y de Reiner, comentó que él tardaria un poco más en organizar a ochenta de sus caballeros, pero que a la siguiente mañana seria capaz de atacar cualquier punto de la ciudad, y defenderlo a fuego sin ceder un palmo de terreno. Bahever estrechó su mano con sincero agradecimiento, y llenó la cabeza del viejo con promesas de gran responsabilidad en la Averheim del mañana. Reiner pudo ver las habilidades persuasivas del sindicalista con suma claridad cuando el viejo maestre gruñón salió con una sonrisa de la taberna.

Ahora solo quedaban en la taberna Bahever y Reiner. Bahever ultimó con el militar unos detalles, acerca del lugar donde se montaria el mando central de la operación. Seria en la misma Plenzerplazt, y en su defecto en la misma Ytinga Inn donde ahora mismo se encontraban hablando. El flujo de información de toda la operación debia ser excelente, y cada dirigente deberia tomar a dos o tres hombres como mensajeros entre su posición y el centro de operaciones. Bahever coordinaria todo el asalto, y comentó exaltado como el 22 de Destilario seria recordado por toda la historia.

La historia tal vez lo olvidaria pero no Oliver Saford, no en todo lo que le restaria de vida.


FDI: Fiu, menudo tochopost. Al principio has pasado una tirada de Sabiduria Imperial con un 12, por lo que conoces al detalle toda la información de la casa Hindenberg, asi como de la del difunto Brigundherf. Desde sus colores hasta las posesiones que tienen, te haces una idea bastante clara del panorama general con el que tiene que lidiar el bando Leitdorf, que juntando todos sus aliados y casas nobles, cuenta con casi un tercio de la provincia en control.
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Re: Prisión de Almas: Acto II

Mensaje por kurgan »

Reiner Volk

Cansado de parlamentar, Volk dio las últimas indicaciones y consejos a Bahever. Primero, era de vital importancia planificar los tiempos y escalonar las operaciones. Antes de nada, concentrar a las fuerzas en lugares próximos a donde fueran a operar, y esconderlas bien. Luego, las explosiones, que deberían producirse por la noche, poco antes del amanecer. Los incendios y provocaciones empezarían justo después, para dar tiempo a los hombres a dirigirse, cada uno, a donde tuviera que ir, y tapar sus movimientos.

Le recomendó también que colocase a pequeños grupos de cinco o diez hombres, bajo el mando conjunto de Rodrik, en la zona de las mansiones nobles, cortando eventuales rutas de escape para los nobles. Cuantos más miembros del Consejo fueran atrapados o murieran, mayor éxito de la operación.

Por experiencia propia, y sabiendo que Bahever nunca había comandado una batalla, le habló del desorden y la confusión, de unidades empujadas unas contra otras por desconocimiento y miedo, del ánimo que se adueña de las formaciones de hombres y las hace huir en ocasiones, y en otras les quita todo temor y los empuja a luchar de forma suicida. Le habló de la Soldatenlück, la suerte del soldado. Y sintió camaradería con aquel hombre, olvidada Beatrix por la proximidad de la batalla.

-Y, por último, mi caso. ¿Sabéis quién conoce la disposición de las fuerzas en la puerta-¿o son varias las que debo tomar?-, cuántos hombres hay y cuándo hacen el relevo de la guardia?

Volk sonrió malévolamente.

-Pues algo se me ha ocurrido. Si pudiésemos conseguir un uniforme de oficial de la guardia, o aún mejor, un oficial traidor, aprovechando las detonaciones de los cuarteles y los incendios, podríamos hacer salir a la guarnición de la puerta con la excusa de que tienen que ir a reforzar tales puntos, para emboscarla en una calle cercana. O, entrar con algunos hombres allí con la intención de reforzarla, hacernos pasar por guardias o miembros de las tropas de alguna casa del Consejo. Una vez dentro, tomaríamos el fortín de la puerta. ¿Porque la puerta tiene fortín, no?

Una vez resueltas sus dudas, el mercenario salió con paso firme de la posada, hacia donde sus hombres se hospedaban. Faltaban muchos detalles que ultimar: asegurarse de que su moral fuese firme, sus armas estuviesen preparadas, dar órdenes y preparar el combate próximo, alimentarlos y descansarlos bien para la matanza.

Él mismo necesitaba un buen escudo, pues en un combate siempre viene bien llevarlo a la espalda por si el enemigo cuenta con arqueros o la suerte es adversa y cuenta más aguantar que matar. También había que rezar a Ulric, rezar para que las balas de los mosquetes no lo encontraran y el enemigo tuviera mano temblorosa y pulso débil; rezar para resistir al pánico de la pelea.

Y sin embargo, era feliz. Reiner Volk olfateaba la carnicería en el aire, como un lobo. Una fiera alegría, mezclada con miedo, le saltaba en el pecho: se avecinaba una batalla, y puede que su muerte. Pero Volk sabía que había nacido para ello, y que no había mayor alegría que saltar al combate, con las piernas temblando, la voz cascada, cruzar aceros con el enemigo y derrotarlo.

Otros hombres quieren mujeres, algunos desean el oro, muchos desean una vida tranquila sabiendo que nadie le prenderá fuego a su techo y que su mujer e hijos no serán esclavizados o asesinados. Volk disfrutaba de las mujeres y ansiaba el oro; pero en el fondo de su corazón, amaba el combate. La sensación que lo acompaña, y el descanso al fin, se le antojaban superiores a cualquier otra emoción. Y sin él, poco a poco se hundiría en el tedio.
Saratai
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Re: Prisión de Almas: Acto II

Mensaje por Saratai »

21 de Destilario (Brauezeit) de 2527. Averheim.

Sindicalista Bahever

-Por los uniformes no te preocupes, tenemos veinte de ellos, aunque no tenemos de oficial. Aunque no creo que sea dificil encontrar a algún sargento por las calles una vez empiece el asalto y las detonaciones. Si necesitas los uniformes te los puedo dar mañana por la mañana o esta madrugada, pero piensa que a mis hombres les costara reconocer a los tuyos si van uniformados. Piensa en ello.


El sindicalista acompañó a Reiner a la puerta de la taberna previendo que se marcharia de inmediato, no sin antes informarle de las Puertas.

-Hay cuatro Puertas en la ciudad, Norte, Sur, Este y Oeste, cada una en una parte distinta. Las guarniciones suelen ser de diez hombres y algún suboficial, y están bien preparados, no solo regisrando cargas sino encerrando a traficantes. Y todas tienen un pequeño fortin, si, pero no es muy grande y no creo que tengas problemas en tomarlas si consigues engañarlos.

Tras esto, uno de los obreros llevó a Reiner al sótano donde sus hombres se reunian. Veinte de ellos estaban en perfectas condiciones, tomando unas empanandas y descansando, mientras que otros tantos se encontraban en camas, cuidando las heridas. Alli, el tuerto militar deberia arengarlos y explicarles el plan, de lo cual dependia su buena actuación a la siguiente mañana.


FDI: Otra tirada de Sabidura Popular y de Cotilleo, ambas pasadas. Conoces todos los detalles de en que barrio esta cada puerta, y de sus efectivos : Sur (Distrito Sur), Este (Jorkstown), Norte (Barrio Viejo), Oeste (Zona Comercial).
kurgan
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Re: Prisión de Almas: Acto II

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Reiner Volk

-Con una daga al cuello, kamerraden-dijo Reiner Volk a cuarenta hombres apiñados en el estrecho espacio del sótano-, así es como estamos.


Con las manos tras la espalda, dio un par de cortos pasos antes de continuar. Había llegado hacía poco, conducido por un paisano de Jorkstown, descendiendo con pasos cautelosos por una escalera bajo las casas pobres y abarrotadas del barrio. Apenas tenía qué comer, esta gente, iba vestida con harapos y se hacinaba en viviendas insalubres, y aún así, habían compartido hogar y alimento con los soldados de Volk. Había que devolverles el favor.

-Hemos llegado aquí para pedir cobijo y curar nuestras heridas, y lo hemos obtenido. Estas gentes no nos lo han negado. Se han quitado la comida de la boca para dárnosla. Son vuestros hermanos, sólo que viven entre murallas en vez de en la aldea. La causa de Leitdorf, que todos fuisteis a defender en sus campos, por la que murieron vuestros camaradas, pasa por el momento final. Toda la noche, esta mañana, hemos reunido aliados y preguntado en las mansiones de los nobles. Quién se viene con nosotros, quién no abandona al falso consejo Leitdorf.

-Y, soldados, con nosotros están los caballeros del Oso Negro, los valientes patriotas de la ciudad, los del Gremio de Ingenieros. Hemos intentando comprar a los tileanos del Arca Roja; está por ver si se unirán a nosotros. Y, por último, estais vosotros. Vamos a tomar Averheim con las primeras luces del alba, en el día de mañana.


Volk los miró a la cara. Recorrió sus rostros, intentando encontrar vislumbre de miedo, sobrecogimiento o esperanza.

-Os cogerá por sorpresa, pero a los bastardos de los Alptraum también. Nos hemos arrastrado bajo sus defensas, estamos dentro, y ahora hay que combatir. El que controle Averheim controlará Averland. No hay otra. Hay que matar venciendo, o morir derrotados. No hay otra posibilidad. Si os derrotan, bien podéis ir olvidándoos de regresar a casa. Irán a vuestras aldeas y os ahorcarán. Prenderán fuego a vuestros chozos. Maltratarán a vuestros mayores, violarán a vuestras mujeres. Sé que lo harán, porque he visto hacerlo.

La cara de Volk decía "lo he hecho".

-¿Alguien tiene alguna pregunta? ¿Alguien duda del tema? Puede ser que uno de cada veinte consiga salvarse y regresar a su casa, pero algún vecino os delatará como revolucionarios, algún enemigo cobarde que se ha quedado en su casa mientras vosotros salíais a pelear y ansía vuestras tierras y vuestra mujer. No, esta noche habéis de pelear. Quizás no hayáis perdido el miedo a la batalla, en los Campos. Pensad en vuestras familias si hoy flaqueáis. Pelead por vuestras familias, por Averland, por vuestra patria, por la gente que os ha zcogido en Averheim y que lo perderá todo si la revolución fracasa.

-Otros tienen otras tareas. A nosotros nos ha tocado tomar las puertas de la ciudad y retenerlas. Es tarea dura, y no fácil. No os mentiré, hay otros que tienen menesteres menos peligrosos. Pero yo confío en vosotros porque sabéis lo que os jugáis. El plan será el siguiente: cada una de las puertas está guarnecida por una decena de hombres, bien armados. Si no son estúpidos, estarán bien encerrados en las fortificaciones que protegen el portón. Nuestros aliados nos suministrarán uniformes de la guardia de Averheim, de forma que podremos hacernos pasar por sus compañeros y los haremos salir o entraremos en el fortín con engaños. Ello es peligroso, también, porque podrían tomarnos por enemigos nuestros propios compañeros. Si nos atacan mientras vamos de una puerta a otra, quiero que todos gritéis "Por Leitdorf" a un tiempo, y si es posible, evitéis devolver los golpes. No quiero que ninguno de vosotros muera estúpidamente matándose con camaradas.


-Atacaremos en primer lugar la Puerta Sur, más tarde nos dirigiremos a la Oeste, y acabaremos por la Norte. La Puerta de Jorkstown puede quedar para el final: para entonces, si hemos ganado, su guarnición no tendrá más remedio que rendirse, y si salen en medio de una batalla en este barrio, la gente de la calle nos hará el trabajo.

-Llevaremos los uniformes en sacos. Pediré capas a los obreros, de forma que podamos ocultarnos mientras circulamos entre una puerta y otra sin que nos tiendan emboscadas, pero no es seguro que encuentre veinte.
Saratai
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Re: Prisión de Almas: Acto II

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21 de Destilario (Brauezeit) de 2527. Averheim.

Aquella tarde, un destartalado sótano de Jorkstown habia dejado durante unos instantes de ser un salón de trastos para convertirse en la casa de las dudas, miedos, esperanzas, rabias y futuro de veinte sanos jovenes de Streissen. Alli, apiñados durante minutos que se convirtieron en horas, presenciaron admirados el discurso de quien los llevaria a la gloria o a la muerte el dia siguiente frente a las Puertas de la ciudad. Reiner Volk, un veterano de las guerras contra Archaón, era el responsable de toda aquella operación.

Reiner, partidario de Markus Leitdorf como Conde Elector, tendria mucho que ganar si este hombre llegaba al poder. Contaba entre sus soldados de mayor confianza, el titulo de capitán de algun batallón de la provincia no se le quedaria corto si todo salia bien, y más dificil aun, si Volk continuaba con vida al acabar la operación. Hijo de pobres y analfabetos campesinos, Reiner podia llegar a ser el hombre más importante de toda la familia Volk, y de momento aquella presión no parecia cortarle el aliento.

Sus hombres, o mejor dicho, su regimiento de chavales imberbes, le hicieron todo tipo de preguntas, a cada cual más ridicula: ¿Mataremos a Oliver Saford? ¿Nos darán tierras si ganamos? ¿Podrá venir mi familia a la ciudad?

Sin embargo, antes de que Reiner tuviera tiempo de contestar a toda esta maraña de preguntas, la puerta del sótano se abrio de golpe. Los campesinos tomaron sus garrotes, por si alguien habia delatado su posición y los soldados habian ido a buscarles, pero todos se relajaron al ver al joven Balbian Boleslav, honda al hombro, entrar como una exalación.

Balbian Boleslav

-¡Señor Reiner, Señor Reiner!-
exclamó casi sin aliento- ¡He venido lo más rápido posible! Tengo una noticia buena y otra mala, de parte del Consejero. La buena es que los Arcas Rojas han accedido rápidamente a ayudarnos, y ya han empezado a movilizar sus tropas. Estarán esperando en el barrio de la Mataperras, cerca del cuartel del Oso Negro por si este es atacado.

Los granjeros estallaron en vitores, contentos por contar con un aliado como aquellos expertos ballesteros, pero todo se torció cuando Balbian dio la mala noticia.

-Pero ha ocurrido algo terrible. Cuando venia para acá, he pasado por la Plenzerplazt, y no he podido creer lo que he visto alli, cuando me he encontrado con un amigo del Consejero, un tal Rodrik-
todos en la sala callaron, expectantes, ante la información que habia de darles, la información que cambiaria el curso de aquella guerra y que precipitaria los acontecimientos desde mañana a aquella misma tarde -Jobb Alptraum ha reunido a un montón de soldados, todos con el uniforme negro y amarillo del ejercito averlandés. Toda la calle estaba gritandole en insultandole, pero el, que iba con una armadura reluciente, ha desenfundado una espada muy extraña y que brillaba mucho. Todos se han callado, y unos sacerdotes que iban con el han empezado a cantar. Después ha dicho que Markus Leitdorf se habia revelado contra la autoridad de un gobierno legitimamente creado envenenando con la sopa de un maldito halfling a Anna Alptraum, y que eso suponia traición. Y que por tanto, Markus Leitdorf ha perdido su derecho al trono para siempre, y que el era ahora, por nombre del Emperador y al no haberse presentado otro candidato a la coronación, el legitimo Conde Elector de Averland.

Todos callaron en el sótano, pero Balbian no paró de hablar ahi.

-Entonces, Jobb ha dicho que un consejero suyo, un tal Ivo Hopked o Ivein Hopkin, le ha comunicado que algunos de sus consejeros habian sido traidores, entre ellos su familiar Bukter, nosequien Fahen y Oliver Saford. Ha dicho que los ha desterrado de la ciudad por oponerse a su coronación, y tambien que ellos tres eran los culpables de las subidas de impuestos. Mientras lo decia, ha renombrado capitán de la ciudad a un tal Jaran, un tipo muy feo. Las gentes se han dividido, unos han aclamado la noticia y otros han comenzado a gritarle mentiroso, tirarle piedras y aclamar a Markus Leitdorf. Entonces Rodrik me ha dicho que viniera corriendo a buscarte, que fueras y llevaras a tus hombres y que te dijera que el momento de la Revolución ha comenzado.


Y asi era. Justo en aquel instante, cuatro bandos habian sido claramente identificados en lo que se conoceria en el futuro como la guerra del halfling. Bukter Alptraum seria el lider, junto con Oliver Saford, del consejo provincial, legitimamente constituido. Alexander Feuerbach, el segundo bando, seria quien traeria muerte y sangre a los averlandeses con el pretexto de limpiar la provincia de impurezas y ganar el control del Sudeste imperial. El demente Markus Leitdorf, iracundo por el nombramiento de Altdorf, se convertiria en improvisado lider revolucionario, el tercer bando a jugar. Y por último, el Conde Elector Jobb Alptraum, las veria negras para defender su titulo ante tantos enemigos, contando a cambio con apoyos extranjeros. Por no hablar del peligro que corria-corria por Bajo-Averland, mordisqueando los subsuelos de las cosas-humanas con voracidad animal.

Solo Sigmar sabria quien seria el definitivo gobernante de Averland a finales del 2527, pero lo que si estaba claro es que l vencedor tendria que pisar cientos de cadaveres en su camino a la victoria.


FDI: Los bandos han quedado claros. Ahora, dependiendo de las acciones de cada jugador, y de otros hechos paralelos que se iran resolviendo mediante azar y bonos, se resolverán batallas, entramados politicos, alianzas entre bandos y tomas de ciudades. El meollo de la partida ha comenzado, buena suerte a todos.
kurgan
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Re: Prisión de Almas: Acto II

Mensaje por kurgan »

Reiner Volk

Las preguntas se agolpaban en la boca del veterano, pugnando unas con otras para abrirse camino. ¿Cuántos hombres acompañaban a Jobb? ¿Quién era ese Jaran? ¿Para qué quería Rodrik que Reiner se presentase con sus hombres en donde estaba ocurriendo todo aquel jaleo? Que por cierto, ¿Era muy lejos? ¿Cómo pretendía que conservase la disciplina entre sus hombres, que, viendo a aquel odiado enemigo, buscarían lanzarse a la carga?

Pero el tiempo apremiaba, e, interrogando Volk tan sólo a Balbian acerca del número de soldados que rodeaba al Alptraum, se volvió hacia sus hombres.

-¡Atentos! Nos vamos, cambian los planes. Todos, seguidme en orden y sin dar gritos, atentos a mi señal, ¡Antes de hacer nada! Ocultad los palos como mejor podáis, y si os digo que os quedéis quietos, estaréis silenciosos como ratones. Si me oís gritar Leitdorf, os lanzáis a degüello. ¿Entendido?

Pararía a la compañía a cierta distancia de los problemas, sin mezclarla con la multitud, a ser posible, e interrogaría a Rodrik acerca del resto de las preguntas.

-Balbian, guíanos. Toma esta pistola; desde que perdí el ojo, atino poco y apenas apunto. Lo que le he dicho a los demás vale para ti; como pegues un tiro sin yo decírtelo, te saco la vida. Y por cierto, el arma vale más que esta, así que guárdala y no la rompas. Métela por detrás de las calzas, echa la camisa por encima, así. Disimulo, y ahora, ¡En marcha!

Que la guerra ha empezado.
Saratai
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Re: Prisión de Almas: Acto II

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21 de Destilario (Brauezeit) de 2527. Averheim.

La sangre batió veloz entre las venas de aquella maraña de analfabetos armados.Ilusos que pensaban que armarian un nuevo mundo a base de golpe y garrote. Pero solo se iban a encontrar balas, solo iban a matar a otros ilusos, solo iban a continuar con un sentimiento de ira eterno, un sentimiento de ira que habia avivado las brasas del poder durante generaciones y que ni comenzaba en aquella ciudad ni terminaria en ella.

Los muchachos (y no tan muchachos) salieron fuera del local a las ordenes de Reiner Volk, y bajo la guia de Balbian, que escondia preocupado una pistola de la cual no sabia ni siquiera como apretar el gatillo. Reiner no dejaba de ser uno de ellos, otro campesino más, con la diferencia de haber tomado la decisión de dejar la azada y tomar la alabarda. Sus ropas eran distintas, asi como su forma de comunicarse, pero en el fondo de su corazón, todos eran una panda de hombres maltrechos, movidos por la envidia de quienes habian nacido ricos y protegidos, de quienes habian tenido la suerte de estar al poder. Esa envidia les provocaba un profundo odio hacia esos afortunados y hacia ese destino cruel y parcial, y eso odio seria el que engendrara las patadas, mordiscos y asesinatos por venir.

La banda de Reiner cruzó a toda prisa el barrio hasta llegar al Distrito donde Jobb habia comenzado su entronación como Conde Elector. Una muchedumbre enorme, cientos de personas reunidas, escuchaban o insultaban a quien habia de ser el nuevo lider de Averland. Jobb Alptraum se encontraba frente a la Torre de los Craneos, y un muro de cuarenta hombres, protegidos por duras armaduras de escamas y mallas, creaban un circulo protector que ninguno de los ciudadanos podia traspasar. Aquellos eran parte de la guardia personal del nuevo Conde Elector, el tercero de alabarderos, designados aquel mismo dia por el nuevo capitán del ejército de la capital, Jaran Tropkter. Aquellos hombres, para sorpresa de Reiner, no poseian caras desconocidas. El tercero de alabarderos era formado por los mejores hombres de infanteria ligera del ejercito averlandés que sobrevivian con valor a una batalla tras otra. Reiner habia compartido con ellos dos batallas en la campaña contra los norses, luchando codo con codo, hacia ya más de tres años. Mientras los lansquenetes de Alan, compañía de apoyo, defendia los flancos del tercero de alabarderos, estos se llenaban de gloria embistiendo las fuerzas de un señor de la guerra norse que habia tomado el puente de Tein y lo habia defendido durante dos dias consecutivos hasta que se vio forzado a salir y presentar cara en terreno abierto, donde fue humillantemente aplastado.

Jobb Alptraum

-Escuchad hijos de Averland, decid adios a las subidas de impuestos, adios a la injusticia de Oliver Safor y adiós a los malos tiempos. Vuestro señor ha llegado, y velará por vosotros hasta el dia final.


Jobb Alptraum se mostraba reluciente en una ornamentada armadura conformada por placas de acero aleado con metales khazalid y muescas de oro, con los colores de Averland en su capa, y los de su familia en el escudo, y representados en una corona con alas de cisne. Su visión era sin duda bella, aunque los obreros que le abucheaban no compartieran el gusto artistico de sus estilistas. Entonces Reiner vió a Rodrik entre la multitud, el cual, callado, observaba tranquilo el espectaculo, mientras sus hombres no se separaban de él. Rodrik no tardó en encontrarse con Reiner, pero antes de que pudieran cruzar palabra alguna, un grito ahogado retumbó en la plaza. Uno de los alabarderos habia atravesado las tripas de uno de los espectadores, viendole acercarse demasiado. Mujeres y niños gritaron, y los más ancianos se fueron del lugar a toda prisa, pues todos sabian que iba a pasar a continuación. Jobb Alptraum calló, y los coros que le seguian quedaron helados mientras la sangre del manifestante caia densa sobre el suelo sagrado de la Plenzerplazt. De golpe, una lluvia de piedras salió de las manos de cientos de hambrientos, tan afiladas como los improperios que caian sobre los soldados. El Conde Elector vió clara la situación, y mandó llamar a diez de los alabarderos para que le escoltaran fuera. Los otros treinta se encargarian de poner orden como mejor sabian.




Alabardero de Élite Kain Boff


Sigmar, que aburrimiento


El alabardero pegó un cabezazo a la anciana que se encontraba a su lado, llamando mentiroso al Sagrado Conde Jobb. Los dientes de la anciana se quebraron, y esta cayó presa de un espasmo por el dolor.

-¡Grita ahora, zorra de mierda!

A su lado, un obrero que habia visto la escena salió de golpe en su busqueda,llamandole malnacido cobarde. Esta vez el insulto era personal, y no iba al Conde. Y el afilado puñal de su mano no convertia sus palabras en meras amenazas.

-Jajajaja, ven, ven medio mierda, ven, jajajaja. Si, ¿que? ven, ven si tienes huevos ¿Me vas a untar mantequilla con ese cuchillo, pedazo de puta?

Sin embargo, el obrero no llego hasta Kain Boff. Otro alabardero le atravesó el vientre con la alabarda, regando con tripas las botas de Kain.

¡Ahhh, ahora si!

Los manifestantes estallaron en empujones al ver a su camarada morirse bajo sus pies. Cuando un muchacho joven se acercó a recoger al herido, Kain le reventó la boca con un rápido golpe de la barra de la alabarda. El arma de Kain contaba con una vara de nogal de dos metros, con refuerzos de metal y cobre, rematada en un anillo de bronce y dos hojas curvas, entre las que una pica con forma de diamante amenazaba a quien se pusiera por delante. No era el arma reglamentaria, pero Kain habia sesgado el doble de vidas que todos sus compañeros durante sus veinte años de carrera militar, y era tan respetado como el capitán Jaran en persona. Era un hombre delgado, pelo rapado por lados y nuca, y largo en el flequillo. Cinco aros en su oreja conmemoraban sabia Sigmar qué horrible y sádica azaña cometida por tal psicopata con uniforme. Ahora se encargaba de lanzar barridos contra aquellos pateticos revolucionarios armados con piedras, una tarea sencilla pero altamente gratificante. Desgraciadamente no tenia mucho reto, pero alli no habia otra cosa que estupidos campesi...

Entonces, entre la muchedumbre, Kain vió a un hombre vestido al uso de los lansquenetes. Armado con un bello zweihander, un florido sombrero y un parche clásico, aquel tipo captó la atención de Kain mientras este descargaba letales tajos sobre los enfurecidos ciudadanos. Lanzó un golpe que reventó el craneo de un muchacho no mayor a trece años, y su sangre salpicó en su boca.

Edulcorado, buena cosecha. A ver si consigo llegar a ese emplumado... ¿No será Reiner? Seguro que no se acuerda de mi, hace mucho. Violador, hijo de mala furcia. Te atreviste a llevarte a aquella niña para ti en Tein, pero ahora me lo voy a cobrar con el otro ojo. Suerte del destino haberte puesto aqui.




Rodrik intentó hablar con Reiner, pero en segundos la situación se habia vuelto caotica, con navajeros apuñalando a los alabarderos, hombres de Rodrik siguiendo a Jobb en su huida por si podian rebajarle el ego con cuatro tiros, y campesinos de Reiner esperando una señal. La visión del veterano Volk era reducida por el parche, pero entre aquella confusión vió a un hombre de los alabarderos acercandose hacia el, una cara conocida, de la batalla donde sus pulmones fueron dañados. Aquello no pintaba bien, nada bien.



FDI: Sacas un 12 en Percepción, y te percatas del alabardero Kain iendo directo hacia ti. La situación está incontrolable, y hay poco que hacer para rebajar la tensión. Habrán unas doscientas personas atacando a treinta alabarderos, mientras Jobb escapa del lugar con Jaran y diez hombres por una estrecha calle. Podria parecer que los revolucionarios tienen controlada la situación, pero los alabarderos son muy duros, lo mejor del ejercito.

Hay heridos, muertos y caidos por todas partes, pero tus hombres siguen atentos, nerviosos ante la situación. Hora de actuar.
kurgan
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Re: Prisión de Almas: Acto II

Mensaje por kurgan »

Reiner Volk

Bosques en algún lugar de Talabecland, invierno del año -247 según el calendario imperial

La luna estaba en menguante, pero aún así, Ulricht era cauteloso. Los orcos podían ver con muy poca luz. Las bestias se agolpaban en torno al río, sus cuerpos simiescos descendían de las balsas. Discutían entre ellos, se peleaban y defecaban en la corriente del río de Taal, sin sospechar que, en los matorrales se escondía su perdición. Uno de los orcos se giró hacia el bosque circundante, advertido por sus sentidos animalescos de que algo iba mal.

Ulricht no se atrevía a hacer ningún movimiento, ni a variar el enfoque de la pupila. Tras un tiempo . Tenía los ojos azules fijos en la cara de Grashank el caudillo, los cabellos rubios, casi blancos, enhiestos y fijados con grasa en puntas de guerrero, la cara pálida surcada por finos tatuajes rojos que le descendían en espiral por las mejillas. La espada que ceñía en su mano era de raro acero, y al cinto llevaba una daga de bronce. El mismo cinto abrochaba unos pantalones laxos de lana, y sus pies calzaban mocasines. Iba desnudo de la cintura para arriba, a excepción de un torque y una capa roja que lo señalaba como jefe de guerra. Lentamente, el orco se dirigió hacia los matorrales... Pero uno de sus compañeros le rugió algo en su idioma gutural, de vocales abiertas y acento brutal. El orco se giró para responderle.

Ulricht era un teutogen.

Suyos eran los bosques vírgenes entre las montañas que su pueblo había atravesado y el mar lejano, muchas jornadas al Oeste, el Gran Río que, decían los chamanes, rodeaba al mundo y cuya agua no se podía beber. Suyas eran las tierras entre las grandes llanuras del Norte, habitadas por tribus aún más salvajes que ellos, y las Tierras del Sur, donde las ciudades cuyos habitantes labraban la tierra y llegaban al Norte muy de tarde en tarde, como comerciantes (Lacci, Luccini, la Gran Remas). No, aún no eran suyas. El dios Ulric se las había dado, pero muchas bestias y monstruos las habitaban: los orcos, los hombres-criatura de los bosques, los gigantes monóculos de piel verde de los pantanos. Antes, había que exterminarlos a ellos.

Era momento de dar la señal de ataque, de lanzar sobre aquellos orcos a una treintena de guerreros para cumplir el plan de los dioses. Ulricht inició lentamente, en su mente, la letanía que era tan vieja como el mundo, que su pueblo había recitado mientras combatía a los orcos en las llanuras de ceniza del Este, hacía tantas generaciones que nadie podía recordarlo.

Ulric, Padre Lobo
dale fuerzas al guerrero
hijo de tu pueblo bienamado
no dejes que mi brazo flaquee
no dejes que ...

Averheim, año 2527 del calendario imperial, ciento quince generaciones después

...no dejes que mi espada tiemble
mi voluntad flaquee
dame la victoria"

Reiner Volk desenvainó a Erfolgreich, su zweihander, su espada a dos manos a la que amaba más que a cualquier mujer y con la que había acabado con demasiadas vidas como para poder volver a una vida normal, con un movimiento fluido. La sangre se le inflamaba en las venas, viendo cómo la sangre de otros era derramada en el suelo. El furor del combate le invadía los nervios, pugnando por lanzarse a la lucha.

-¡Leitdorf!-gritó, y los campesinos, a su alrededor, recogieron el grito. En su alma, Ulricht daba la orden de ataque para exterminar a los orcos contra el río y se arrojaba a lo más reñido del combate. ¡Ulric, Ulric, Ulric!

La prudencia aconsejaban retirarse, pues los alabarderos estaban bien armados y eran suficientes para dar buena cuenta de la turba. Pero Volk conocía a los hombres, sabía que hacerlos retirarse ahora los destrozaría moralmente, que retroceder ante un enemigo hace pensar a los hombres que la huida es aconsejable y prudente, y ellos no habían venido aquí para pensar en conservar su vida, sino para arrebatar las de otros y dar rienda suelta a su odio y a su frustración. Gritó "¡Leitdorf!" con voz potente, y con una más potente aún, bramó por encima del caos de la batalla.

-¡Alptraum! ¡Alptraum! ¡Tu madre te saluda! ¡Tu madre te saluda!

Gírate, cabrón, pensó. Detén en el caballo y dale un buen blanco a Rodrik, o a quien cojones sea que te tenga en el visor de su ballesta. Voy a matar a tus alabarderos, voy a pisotear sus cadáveres, te voy a matar a ti y a quien sea. ¡Ulric, Ulric, Ulric!

Retuvo a Balbian por el brazo y le señaló al alabardero que hacia ellos se dirigía.

-¡Tú, ven conmigo! Vamos a matarlo. Distraelo mientras puedas, cuando yo me ponga a su espalda durará nada. ¡Vamos!

Prudentemente, dejó pasar a la primera oleada de atacantes, que se estrellase contra los alabarderos. Su arma era buena para matar y perforar armaduras, pero mala para parar en un duelo. Procuraría situarse a los flancos de los alabarderos, y dejar caer su espadón sobre las partes desprotegidas, o con fuerza implacable sobre las cabezas expuestas.
Saratai
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Re: Prisión de Almas: Acto II

Mensaje por Saratai »

21 de Destilario (Brauezeit) de 2527. Averheim.

El caos del combate habia convertido la horas antes tranquila Plenzerplazt en un infierno de manifestantes armados y soldados represores. Los alabarderos golpeaban a todo cuanto se movia, ya fueran niños, mujeres o ancianos. Desafortunadamente para ellos, entre esa muchedumbre también habian mercenarios pagados por la Alianza Leitdorf y aguerridos revolucionarios que aprovecharian el momento para intentar acabar con ellos y con su lider, el Conde Elector Jobb Alptraum.

Treinta alabarderos habian formado un circulo de defensa, donde aguantarian a los más de cien enemigos entre los que contaban muchachos y ciudadanos llenos de odio y saña, que no paraban de lanzar piedras e intentar a acuchillar a aquellos hombres. Mientras tanto, otros diez alabarderos de élite protegian a Jobb Alptraum, a Jaran Tropket y a tres hombres del clero que habian acompañado al primero, por entre una de las muchas callejuelas que rodeaban la Plenzerplazt, exactamente la central de las cinco que daban al norte de la ciudad. Además de estas cinco callejuelas, otras diez salian desde la plaza en dirección a distintos puntos urbanos (siendo el punto más comunicado de la ciudad, y zona estratégica de la que el sindicalista Bahever queria apoderarse).

La muchedumbre se alzó en masa a atacar a los guardias, mientras Rodrik y cinco de sus hombres seguian al Conde Elector y a sus hombres, tras rodear la plaza y atacarles entre las callejuelas. Ya lejos del combate, Reiner no pudo ver el desenlace de aquella emboscada, pero varios disparos fueron clararamente escuchados desde la plaza, cayendo toda duda de que Rodrik estaria dando buena cuenta de aquellos bastardos perros de los Alptraum. Mientras, los alabarderos de la plaza sufrian ataques por doquier, y el tuerto militar pudo ver como tres de ellos eran absorvidos hasta la muerte por una marea de navajas y botellas rotas. Éstos no quedaron quietos, y lanzaron una terrible acometida contra la población, acabando en cuestión de segundos con decenas de indefensos ciudadanos, mermando su número como si fueran la comida de una bestia hambrienta, una bestia compuesta de uniformes, armas de asta y carne. Los cuerpos se fueron agolpando por el suelo, y varios ciudadanos huyeron del lugar, corriendo peligro el bando de asaltantes revolucionarios de disolverse si no se conseguia acabar rápidamente con más de aquellos soldados veteranos.

En ese instante, los hombres de Reiner se lanzaron a la carga como uno solo. No eran especialmente fuertes o disciplinados, pero habian visto más muerte que los hombres de capital, y conseguirian crear bajas y miedo entre el enemigo. Aquella carga seria algo que Reiner no olvidaria en mucho tiempo, pues aprovechando que los alabarderos estaban atacando la primera linea de manifestantes, los granjeros de Streissen destrozaron cabezas, partieron dientes y apuñalaron espaldas como los más salvajes asesinos, sacando fuera toda su rabia e ira. Los dioses de la sangre se regocijarian ante tal macabro espectaculo, mientras dos alabarderos más caian ante el embite, y diez más quedaban seriamente heridos.

Tras aquella matanza, el bando de manifestantes habia quedado seriamente mermados, reducidos a una escasa centena de hombres que gritaban sin parar, mientras que los alabarderos eran unos venticinco, todos ellos heridos. Uno de ellos, Kain, corrió hacia donde Reiner y Balbian se encontraban. El tuerto habia agarrado al muchacho y hurdido un plan con él para acabar con aquel soldado, algo que no pasó desapercibido para el alabardero.

Alabardero de Élite Kain Boff

-Jajajaja, no eres más que una sucia rata cobarde, lansquenete. Atacame con ayuda si quieres, te mataré a ti y a tu novio antes de que llegues a alzar la espada siquiera.-
gritó el soldado mientras se preparaba para aguantar el ataque conjunto de Balbian y Reiner.

Balbian corrió en circulos hasta llegar cerca de Kain, el cual movia por encima de su cabeza la pesada hoja de la alabarda, dispuesto a descargar primero todo su peso en el joven campesino, consciente de que no seria capaz de evitar su ataque. Balbian gritó mientras se lanzaba a por el alabardero, adelantando el pie derecho y descargando sobre el todo el peso del garrote, con miedo a usar la pistola y estropearla. Kain ni siquiera prestó atención al golpe, y lo aguantó con estoicidad, mientras el ataque descendente le daba de lleno en el casco y le abria una brecha en la frente, que hizo correr su sangre através de su ojo izquierdo. Balbian sonrió, pues habia alcanzado al enemigo y Reiner iba a golpearle por la espalda... O eso creia él. Kain estaba herido, pero no le habia quitado el ojo de encima al lansquenete, al cual esperaba con espectación.

Reiner habia desenvainado su zweihander, y ahora lo usaria para atravesar de lado a lado al cruel soldado que habia iniciado los disturbios. Éste intentó apartarse de la trayectoria del letal acero, moviendo el pie izquierdo en circulo hacia atrás, pero llevo a cabo el movimiento excesivamente tarde y recibió el golpe en el brazo. La enorme espada del tuerto comenzó atravesando la cota de mallas del alabardero, mientras este incredulo veia el espectaculo de verla salir por la axila, sin siquiera notar dolor. Su brazo salió despedido en diagonal manchando a un campesino de los que Reiner dirigia, y la alabarda que Kain habia mantenido en alto perdió un punto de apoyo, precipitandose al vacio que la separaba del craneo del soldado, y partiendo este en dos como si de un melón fresco se tratara, llenando a Reiner y Balbian de fluido craneal.

Balbian habia quedado en shock tras aquella muerte, pues jamás en su vida habia visto a nadie morir de esa manera, sin siquiera poder defenderse. Sin duda los combates eran injustos, y a veces los hombres morian sin siquiera poder atacar a sus adversarios. En este caso, Kain habia muerto por soberbio y por menospreciar a sus enemigos, un fallo que no debia cometerse jamás de los jameses.

Mientras tanto, en una calle transversal, Rodrik recibia el contraataque de Jaran y de los alabarderos que habian sobrevivido a los tiros. El mismo Conde Elector habia sufrido una grave herida, pero con las pistolas descargadas, Rodrik y sus cinco salteadores no eran rivales para casi una decena de soldados bien pertrechados, y no les quedaria mas remedio que huir y ayudar a los revolucionarios que morian en la Plenzerplazt.

Una nueva oleada de ataques se sucedió, acabando con la vida de cinco alabarderos, quedando dieciocho restantes en el centro de la plaza, heridos pero firmes, impasibles ante las múltiples oleadas. Veinte hombres desaparecieron, entre duros golpes de alabarda, gritos y huidas, creando una huida masiva de otros veinte chavales que no querian arriesgarse, heridos como estaban, a perder la vida como otros tantos. Los habian superado en número, pero no en disciplina y fuerza, y ahora esos dieciocho alabarderos defendian la plaza, en una posición elevada, de unos cincuenta ciudadanos heridos y desmotivados, que tenian que subir dos pares de peldaños para atacarles, y de los veinte granjeros lastimados que Balbian y Reiner animaban.

Fue encontes cuando, de entre la muchedumbre que huia, dos alabarderos aparecieron frente a Reiner y Balbian. Al haber quedado atrasados, y desarrollandose el combate principal en el centro de la plaza, Reiner y Balbian deberian defenderse cada uno de un alabardero, que aunque heridos, resultaban imponentemente peligrosos. Balbian decidió entonces sacar la pistola, pero erró el tiro y el alabardero se avalanzó sobre él. Mientras, el otro soldado atacó a Reiner, el cual pudo esquivar el golpe del arma por muy poco, la cual cortó las plumas de su adornado sombrero.

Aquel combate estaba iendo en contra de lo previso, habiendo ocasionado tan solo diez bajas enemigas por más de cincuenta amigas, entre huidos, heridos de gravedad y muertos. Lo que los revolucionarios no sabian era la ayuda que estaba por llegar, si es que eran capaces de aguantar lo suficiente para recibirla.



FDI: Este turno solo se puede describir con la palabra suerte. Kain falló la iniciativa, y os dió oportunidad para que le cargarais conjuntamente. Balbian consigue impactar provocandole cinco heridas, y tú, con el arma a dos manos, consigues una furia de Ulric, haciendole 24 puntos de daño, diecisiete heridas, y una mortal y violenta amputación aliñada con un extra de tejido craneal.

En el turno siguiente consigues esquivar un golpe con un 12, que podia haberte puesto en problemas, y ahora te toca lidiar en solitario con un alabardero, por suerte para ti, ligeramente herido.

Como colofón, recordarte que es mejor que describas en FDI la postura de combate que usas (ataque rápido, ataque total, finta, desarme, etc), por que si no consideraré que apuntas y atacas simplemente. Suerte y animo, que te has marcado un grandisimo post y unas tiradas mejores.
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