Una máscara antigas

El emperador solo te pide que obedezcas

Moderador: Saratai

Saratai
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Una máscara antigas

Mensaje por Saratai »

El olor era tan delicado, tan hermoso y reconfortante...

Una fina combinación de derivados gasóleos y liquidos inflamables, cuidadosamente mezclados antes de ser confinados en la pequeña pieza de metal que, sujeta firmemente por dos armazones de aluminio que la mantenian unida a la estructura del cañón, emitia un aroma propio del más caro de los perfumes. Era algo mágico y maravilloso, digno de toda la consideración y respeto que su propietario pudiera darle. Algo que por supuesto, éste cumplia a la perfección, con total exactitud, después de cada uso.

Accionando el tercer gatillo del rifle, el ser accionó el intrincado mecanismo, y el espiritu de la llama se hizo presente ante su rostro, permitiendo prender el fino papel enrollado que con la comisura del labio el ser mantenia preparado para inhalar su relajante contenido. El ser, un humano de la variante X345 se podria considerar por derecho propio habitante de Sadef M12, tercera luna de un pequeño planeta del Segmentus Obscurus. Pequeño planeta peligrosamente cercano a lo que la gran mayoria del Imperio de la Humanidad gusta de llamar Ojo del Terror, pequeño planeta horriblemente incosciente de su propia situación.

El humano, una vez terminado de quemar el contenido del papel que en la boca llevaba y tranquilizado ahora tras la intensa emoción a la que habia sido sometido minutos antes, comenzó a recapacitar acerca de su situación. A su alrededor, en un interminable laberinto de hierros y metal, perteneciente al sector Vharena II de la capital de Sadef, se encontraban 3 cádaveres. No seria un detalle muy importante, pues muerte, asesinato y violación eran el pan de cada dia en una colmena de humanos demasiado ignorantes de lo que acaecia de un sector a otro. El problema era que esos cadaveres eran producto de aquel humano, más concretamente de las balas que habian sido disparadas desde su arma. Disparadas precisamente por él, aunque este hecho le era totalmente irrelevante en ese momento. Lo que si era relevante esque los cadaveres, horas antes de su transformación en piensos agricolas, eran tres esclavos propiedad de Xactium, asociación no documentada por el govierno, y de metas principalmente lucrativas. Y una cosa era matar, pero robarle a la Xactium era un negocio muy distinto. Y poco rentable para el desafortunado que lo hubiera llevado a cabo.

Xactium ejercia un férreo control en el segundo sector de la capital. Pero no estaba libre de competencia. Poluer, organización con similares fines a los de Xactium, se oponia abiertamente a ésta, ofreciendo ayuda a cualquier enemigo de Xactium. Sus batalles mercantiles no eran infrecuentes, batallas que daban trabajo a desempleados, comida a mendigos, y detalles carmesies en cada portón del subnivel. Consciente de tal importante detalle, el humano tenia claro cual era su siguiente parada. Tras largas esperas y conversaciones con distintos miembros de la intrincada jerarquia de Poluer, un interesante pacto le fué ofrecido. Seria llevado al séptimo nivel de la colmena, Vharena VII, de manera gratuita y con todo servicio pagado. A cambio sólo deberia trabajar repartiendo ciertos contenedores en una importante reunión de ricos emprendedores. Sólo un loco lo despreciaria, pues no eran pocos los rumores que circulaban acerca del séptimo nivel, lugar donde la opulencia y el esplendor no tenian igual en toda la superficie lunar.



Tres meses han pasado desde aquel acontecimiento. Ahora Vharena VII esta cerrada al paso, y dura cuarentena prohibe toda entrada o salida. Una horrible epidemia a afectado brutalmente tanto a ricos como enfermos, dotando de dolor y sufrimiento a todos por igual. Ciertas pistas hacen indicar que no ha sido un simple virus descontrolado, sino un mal creado a consciencia. Y el Adeptus Arbitres ha decidido que es momento de tomar cartas en el asunto.
Saratai
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Saratai »

15, 20, 22.

Dedos repiqueteaban en el escritorio, impacientes.

29, 46, 78.

La silla crujia mientras el adepto esperaba la finalización del impreso.

81, 97, 99... y 100%. Sin tiempo que perder, el enclenque humano retiró la documentación de envio. Los arbitres se preparaban para enviar nuevos reclutas a la colmena de Sadef M12. Habia que preparar el formulario, que el cadete Perio Denalis firmó, seguro de si mismo. Él seria el primero, pero no último, en ser enviado a Vharen. Arquitectos del planeta base, formados antes del terrible conflicto, habian diseñado con tremenda perfección cinco colmenas, una en cada luna del mundo Naratheet, para mayor gloria del emperador. Cinco lunas, que albergaban la población más obediente del sector, gracias a un sistema economico más que interesante, basado en el progreso entre niveles. A más recursos económicos, un habitante de estas colmenas pasaba desde los sectores más bajos a los más altos, sin saber jamás nada acerca de la situacion real de los demás sectores, solo que su objetivo en la vida era llegar a los más altos, objetivos que eran introducidos por un llamativo pero férreo sistema educativo que duraba hasta los 21 años de edad. En cada capital habian 9 sectores para la población y un último para el gobierno y los señores propietarios. Estos niveles iban desde el numero uno, el más bajo y ruin, hasta el noveno, donde los más pudientes se atrincheraban. En Vharen, la capital de la tercera luna, son llamados Vharena I, II, III, etc. mientras que en las otras lunas, Tugar I12, Kirm J12, Lobs V12, Oblixis C56 y Wsang 472-PL disponian de otras nomenclaturas.

Según la información base, en el sector 7 de la capital de Sadef habian acontecido ciertos problemas, y los señores de la ciudad lo habian clausurado. Al parecer, una cepa habia hecho presencia, cepa proveniente de un virus desconocido. Ante la posibilidad de que se extendiera, y al desconocer su procedencia, se entendió que, con total seguridad, un grupo terrorista habria sido el origen de su propagación. Recelosos y cobardes, los señores de Sadef recurrieron como siempre al Adeptus Arbitres, estacionado en Wsan 472-PL, en su ciudad Ugial. El Adeptus de Ugial, cansado de las peticiones de los señores de Sadef, acostumbraban a enviar a sus jovenes promesas para este tipo de misiones, pues los más veteranos no deseaban perder su tiempo en asuntos de poco lucro o trascendencia. Perio Denalis seria uno de estos jovenes. Alto, de pelo negro y ojos marrones, estuvo listo en su celda para cuando el proctor de su división hizo acto de presencia. Fue enviado a la ciudad de Vharen sin dilación, pues habian pasado 10 meses desde la urgente petición de ayuda, tres meses desde que ésta fuera codificada y dos más desde que la documentación para presentar al agente al cargo fuera firmada por el justicar de Ugial. El pecio espacial demoraria el tiempo de llegada en otro mes, haciendo un total de 16 meses. Suficiente para que un pequeño inconveniente se hubiera convertido en algo digno de investigación.

La equipación base fue dada al agente denalis, consistente en su uniforme, placa base, armas reglamentarias y un añadido, una máscara antigas. Nunca se estaba precavido del todo, y el supervisor, un anciano Arbitres, cuyos últimos años ausentes de trabajo habian pasado factura, esperaba cualquier cosa de aquel asunto.

Supervisor Koss

-Denalis, tu misión consistirá en entrar al sector 7 de la ciudad de Vharen, tomar datos reales de la enfermedad que ataca dicho nivel, buscar su origen y recopilar la información de éste. En breve enviaré mas agentes, para ayudarte en dicha tarea. Llegarás al puerto de Vharen, en el sector 9, y desde alli un contacto de las fuerzas locales te llevará hasta tu destino. Si la situación es muy dura, regresa al puerto de Vharen. Misma orden si no es necesaria investigación ninguna y el problema no es grave. Cuida tu identificación de agente, pues es tu clave de acceso para entrar y salir del sector y existen posibilidades de que encuentres individuos con intención de usarla. Que el emperador guie tu juicio, agente Denalis.

El agente Denalis fue llevado hasta la portezuela que llevaba al exterior del majestuoso edificio, que albergaba a los Arbitres del sector. Tras horas de viaje pasando por toda la colmena, el transporte blindado salió de la ciudad, atravesando los horribles páramos de las lunas de Naratheet, inhospitos desiertos cubiertos de insectos de los cuales era mejor no tener contacto alguno. Tras una extensa espera, el agente llegó al puerto, donde el pecio comercial partiria en breve. Acomodado como pasajero de media clase, pudo apreciar la inmensidad de la nave, y lo particular de su tripulación. El viaje se hizo corto, amenizado por las historias de sus pasajeros, algunos de los cuales nunca habian pisado tierra firme en toda su existencia. Y como el supervisor habia prometido, al llegar al puerto de Vharen, ciudad matemáticamente similar a Ugial en su diseño, compuesto por tuneles de brillantes colores negros, rojizos y grises en los que millones de personas se agolpaban. Vibrantes pantallas y colores anunciaban productos a impactantes precios, y letras inundaban cada rincón, desconcertando al recién llegado con un ataque de sobreinformación prácticamente inútil.

El contacto de Denalis llevó a éste a los transportes, compuestos de railes verticales por los cuales largos trenes de color marfil llevaban a la apretada población de un lugar a otro. A medida que el tren bajaba de un sector a otro, pasando siempre por aduanas en las cuales solo los miembros de seguridad y viajeros con el permiso governamental podian permanecer en el transporte, Denalis comprobó los drásticos cambios de un nivel a otro, tanto en la ropa de los habitantes, como en sus rostros y maneras. Al llegar a la entrada del nivel 7, sólo una pequeña puerta se abrio. El agente local le pidió al arbitres que se colocará su máscara, y que saliera por la puertecilla de emergencia.

Al parecer, nadie saldria con él. El agente local, que durante todo el camino se habia limitado a explicar su desconocimiento acerca de la situación real del sector en cuestión, se apartó con miedo de la puerta, dejando a Denalis solo ante el abismo. Nada más salir, la puerta volvió a cerrarse con rapidez, y el tren partió sin dilación.
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Nimref »

Perio Denalis

El deber lo es todo. El honor lo es todo. El Emperador lo es todo. Debo proteger a la humanidad.

Eso fue todo lo que Denalis se repetía una y otra vez mientras observaba el informe ante sí. Era uno de los mejores (si no era el mejor) de su promoción, por eso lo habían elegido para este trabajo. No pudo hacer otra cosa que no fuera aceptarlo. Mientras que para un veterano este caso apenas fuera importante, a un cadete como él, podía lanzarlo un poco más alto. Era cierto que no es lo que más le importaba al cadete Denalis, pero nunca estaba de más una mejor soldada...
Sin pensarselo más por si el temor a una epidemia de la que no se sabía nada le hacía echarse atrás, firmó el formulario sin más miramientos. El caso era suyo.
Mientras firmaba, meneó un poco la cabeza. Algo en todo aquello no le gustaba. Que alguien pudiera hacer semejante debacle en un nivel 7 requería gran habilidad de la célula terrorista en cuestión, puesto que burlar la seguridad de uno de los niveles más improtantes de una colmena era algo al alcance de muy poca gente.
Cuando firmó, se serenó por dentro, y pensó que ya estaba hecho, ahora solo había que resolverlo
Suerte, Perio...

Denalis observó su equipación unos instantes, viendo las armas, su perfecto funcionamiento... y se detuvo en la máscara antigas

Pero que coño...

Nada más levantar la mirada lo comprendió todo. El supervisor Koss. Realmente tuvo suerte, o eso pensó Perio, de que Koss se encargara de elegir su equipo. Si había algo que valorara de ese agente (que desde luego lo había) era su capacidad previsora. Si había alguna forma de burlar al virus, sería aquella.
Escuchó antentamente todo lo que Koss le dijo, memorizando cada uno de sus consejos (cosa que ya sabía por mero aprendizaje) para su posterior utilización.

Que el Emperador te guarde -dijo Denalis como respuesta a lo que Koss le dijo. Le dieron ganas de abrazarlo, tal vez fuera el último arbitres que viera, pero no lo hizo, no se lo habrían permitido.

Cogió su equipación y se dispuso a marcharse. Sería un viaje largo...

Denalis se despertó cuando el transporte llegó a Vharena. Salió de la nave observando todo cuanto había a su alrededor, posiblemente el nivel más rico en el que llegaría a estar. Su contacto lo llevó por los transportes, y todas sus preguntas fueron inútiles, no sabía nada...

No puedo creer lo mal informado que esta todo el mundo...

Al llegar a su destino, se bajo del tren, observando a su alrededor. Iba a despedirse del contacto, pero antes de que lo hiciera, el tren había marchado.
Denalis apenas podía respirar, pero se dijo a sí mismo que es el precio que había que pagar por una mayor seguridad, aunque no quiso pensar en que pasaría si tenía que correr y se fatigaba, respirar mal más el añadido que suponía que con una máscara se respirara mal, era poco menos que una tortura.
Observó a su alrededor, deteniéndose unos instantes en aquella gente, propia de los niveles superiores

O han traido a toda esta gente para repoblar el nivel... o es que de toda la gente que ha muerto, estos han visto sus ingresos aumentados...

Denalis rio pensando en su cruel chiste. Realmente esa gente tenía que estar sufriendo. Posiblemente esas máscaras no les sirvieran de nada si el virus se transmitía por el contacto de la piel...

¡Joder! ¡A mi tampoco!

Denalis pensó que estaría en serios problemas si el virus no se transmitia por la respiración, o si la máscara no podía limpiar el aire que llevaba la enfermedad. Memorizó para sí mismo que el virus podía ser de contacto de piel en lugar de por respiración. Eso complicaba las cosas.

Lo mejor será que buscara información antes de que el resto de agentes del arbitres llegara. Cuanto más trabajo hiciera, mejor. Se acercó a una de las personas que vio, la más amigable que creyó encontrar y le dijo

Saludos, ciudadano... ¿Podría responderme a unas cuántas preguntas? Sólo serán unos momentos -dijo Perio mientras se disponía a sacar la placa identificatoría mientras su tono de voz se veía distorsionado por la máscara

Solo espero que no le intimide demasiado...
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Saratai »

La voz rugia en mitad del púlpito, iracunda y terrible delante de la muchedumbre. Un escualido dedo señalaba acusador a los presentes alli concurridos, en un destartalado edificio que habia servido de almacén de comida antes del advenimiento.

El advenimiento de la ira del Emperador.

-¿Creeis que estáis libres de pecado, blasfemas criaturas? ¿Creeis, pues, que vuestros achaques y toses son causa de una enfermedad extraña, que no tiene nada que ver con vuestras tradiciones?

El padre Tulius, viejo y estropeado, cubierto el rostro por arrugas causadas por una rabia eterna que se habia apoderado de él desde su más tierna infancia, era el mayor representante del Imperio en Vharena VII. En aquel sector, alejado de la mano del Emperador, Tulius soñaba con ostentar un poder absoluto tras la cobarde huida de las autoridades ante el peligro de la plaga que afectaba, usando miedo y debilidad hayado en los corazones de la población para azuzarlos a sus propios propósitos.

-Bastardos enfermos... Vuestros males se deben a la corrupción de vuestro corazón. Deberias arrpentiros todos ante una hoguera, por vuestro materialismo, por acaparar objetos solo para satisfacer vuestro ego. Vuestros cuerpos antaño ricos ahora palidecen por la pobreza de vuestras almas, pero es más fácil culpar a los demás de vuestros fallos, ¿verdad? Ni yo mismo estoy libre de pecado, pues no fui lo suficientemente rigido como para acabar con vuestras faltas.

Mujeres y hombres agachaban la cabeza, arrepentidos de corazón, mientras el sacerdote continuaba con su ilustrativa charla, para educar los espiritus de su rebaño.

-Pero hay luz. Si, a pesar de las continuas ofensas que le haceis a Él, en su maravillosa bondad Él ha decidido perdonaros, otorgandonos esta bendición.- Tulius se remangó, enseñando pústulas en un estado aletargado ante su público.- El Santo Emperador nos ha dado su bendición, que no maldición, para escoger entre buenos y malos. Los malvados morirán, sucumbirán ante su ira, y los bondadosos tendrán una segunda oportunidad para redimirse y enmendar sus errores. Él nos librará de los débiles que nos llevarian al mal. Pero si queremos que su plan funcione, si queremos agradecerle lo que hace por nosotros, tenemos que despojarnos de nuestros bienes, viviendo solo con lo que necesitemos. La humildad de habito conllevará la grandeza de espiritu. Nuestros bienes deben de ir para quien los merezcan más que nosotros, para los que luchen por el emperador.

-Que el emperador nos de fuerzas, e inteligencia para emplearlas sabiamente.

Tras el discurso, la muchedumbre comenzó a ponerse en fila, haciendo la pertinente donación. Asustados, confiaban a aquel hombre el diezmo de su oro, pues ahora que habian perdido la seguridad, dependian de otros que se la proporcionarán. En la punta de la fila, un hombre de tez morena y profundos ojos verdes recogia las donaciones a la causa en mitad del estropeado edificio de ennegrecido color. Distintos tatuajes cubrian la piel del joven hombre de ojos verdes, recorriendo su extremadamente delgado cuerpo. Cuando toda la gente habia terminado de entregar su parte, la muchedumbre se disolvió, quedando solos Tulius y el joven.

-Raltus, ha sido un buen dia. Con cada donación estamos más cerca de mejorar este mundo. Toma, esta es tu parte de la colecta.


Tulius entrego a su colaborador Gaius Raltus cuatro tronos imperiales, lo cual no llegaba al 1% de la colecta, pero bastaria para pasar un buen rato. Despidiendose Tulius del joven hasta el proximo encuentro, Raltus se dirigió a su casa, cercana a las vias del tren. Por el paseo desde la zona de almacenes del sector hasta las vias del transoporte vertical, el joven observaba como el tono de las luces que iluminaban el sector iban palideciendo dia a dia, a medida que se agotaba el suministro de energia y nadie lo reparaba. Fue justo al llegar a las vias, cuando Raltus encontró el hombre más extraño que hubiera visto en su vida. Con una compleja máscara de gas, uniforme azabache y diversas armas colgadas, el protegido individuo parecia algo perdido en aquel lugar, lo que daba a entender que no era de por alli. Con paso militar, se acercó al joven, espetando en una metálica voz distorsionada por la máscara:

-Saludos, ciudadano... ¿Podría responderme a unas cuántas preguntas? Sólo serán unos momentos
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Van Hoffman »

Gaius Raltus

A pesar de todo, Gaius Raltus no podía ser más feliz. A pesar de la plaga que asolaba la colmena, de la escasez de alimentos y de la falta de energía. A pesar de todo eso, Gaius era feliz. Él, en su inmenso poder, había premiado al joven hijo de obreros por su devoción y lealtad. Le habían enviado a Vharena VII para asistir al famoso padre Tulius, un hombre pío y de gran oratoria. Los discursos del padre embriagaban a Gaius, que solo podía escucharlos casi embobado. Y es que el padre Tulius no podía tener más razón. Desde siempre, Gaius había seguido a rajatabla los votos de pobreza, castidad y humildad, y por aquella razón, ahora había sido bendecido por Él, salvado de la enfermedad, como el padre Tulius.

De camino a su pequeño y espartano habitáculo, Gaius contemplaba los cuatro tronos como si fuesen una fortuna, y se distraía pensando a qué lo donaría. Siguió caminando, fijándose en la pésima iluminación que poco a poco iba apagándose, pero sin prestarle atención. Gaius estaba seguro de que había sido tocado por Él, y estaba en aquellos momentos extremadamente feliz. Fue por esa razón, por la que se acercó al extraño que se encontraba de pie, mirando en todas direcciones.

Un alma descarriada que debe ser guiada. Doy gracias por esta oportunidad.

Gaius elevó una silenciosa plegaria al Emperador y se dirigió hacia el hombre con paso seguro y amistoso. Una vez a su altura, el individuo no dudó en preguntarle, casi sin dejar tiempo a Gaius de reaccionar.

Él me envía para solventar tus dudas, hermano -Gaius lo saludó con el símbolo del Áquila, e imitando el tono y las maneras del padre Tuluis, continuó- ¿Quieres confesar tus pecados en busca de Su perdón? ¿Donar tus bienes pecaminosos a quienes los merecen más que tú? Él nos ha dado su bendición para salvar a los buenos de espíritu y de corazón y para castigar a los malvados y pecadores.
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Nimref »

Perio Denalis

Cuando aquel hombre contesto a Denalis, éste no pudo sino sorprenderse

Pero de donde coño ha salido este hombre...

Pensó muy bien en lo que debía decir a continuación, no quería faltarle al respeto ni mucho menos, y tenía que conseguir información fuese como fuese...

En otra ocasión, fiel servidor del Dios Emperador...-a pesar de que por la máscara no se podían percibir los gestos de Denalis, éste levantó una ceja, pensando en "las chorradas que estoy diciendo por conseguir información...", aún así, no debía sino continuar con su trabajo- Maese clérigo, o eso creo por sus palabras y discúlpeme si erré con mi intuición, lo que realmente necesito es información sobre los hechos acaecidos en Varena VII durante los últimos meses... Como comprenderá, el Arbitres y el Administratum no se pueden quedar de brazos cruzados antes semejantes hechos, y cualquier información que pudiera facilitarme agilizaría el proceso, y, por tanto, ayudaría a todos los fieles seguidores de nuestro señor...

Espero que con esta parafernalia en mis vocablos pueda conseguir sonsacarle algo de información...

La situación le parecía a Denalis algo absurda, pero esperaba conseguir lo que buscaba
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Van Hoffman »

Gaius Raltus

La respuesta del hombre sorprendió al joven Gaius. Sin embargo, comprendió la necesidad del individuo y trató de contestar sinceramente.

No, no errais, sin embargo aún no tengo el honor de ser sacerdote; solo soy un humilde novicio... De todos modos, dudo que esteis interesado en mi posición, así que intentaré responderos. Si os referis a la enfermedad que asola el sector, hace ya casi cinco años que empezó a brotar. El populacho cree que es por culpa de los ciudadanos de niveles inferiores que llegaron al nivel VII para vivir, pero el padre Tulius cree que es una bendición del Emperador, y yo estoy de acuerdo. Los hombres buenos se salvarán y los malvados serán castigados. Y ahora que habla del Arbitres... Da la casualidad de que hace ya un par de años llegaron investigadores a las cercanías del Palacio de Conferencias para investigar, pero al poco tiempo desertaron. Ignoro el porqué, pero tampoco me preocupa mucho. Yo tengo la conciencia limpia y mi alma está asegurada. Me temo que eso es todo lo que se al respecto...
Última edición por Van Hoffman el 19 Sep 2009, 18:54, editado 1 vez en total.
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Nimref »

Perio Denalis

Ya estaba otra vez el sacerdote con sus monsargas y sus monologos bien organizados, cual obra shakespereana. Mucha gente sabia que Denalis no era el arbitres mas devoto. Unos pocos, sabian que no era el ciudadano imperial mas devoto. Tan solo una pequeña parte de su conciencia sabia que no era devoto.

Espero no tener que soportar esta conversacion durante mucho tiempo... -penso Perio mientras el sudor hacia que la mascara se le pegara a la piel- ...creo que la enfermedad es derivada de una larga exposicion al Ministorum...

Por supuesto, estos pensamientos eran algo que Perio jamas diria en voz alta, porque sabia lo que significaba criticar abiertamente al Ministorum y sus metodos, asi como pensar que el Emperador no puede juzgar a sus fieles seguidores...

¿Niveles inferiores? Esto es un pequeño paso hacia el exito... -dijo Denalis en voz baja mientras sopesaba la idea, siguio escuchando al novicio y dijo- A proposito... ¿que sabe de esos enviados? ¿Donde esta el Palacio de Conferencias? Lamento abusar de su tiempo, pero... es por el bien de los miles de seguidores de Nuestro Señor en este lugar, usted entendera...

Acto seguido, Perio espero la respuesta del novicio o cualquier otro suceso que pudiera derivarse en exito
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Saratai »

-Asi que es eso... No se que decirte... Sigo sin fiarme de ti, seguro que intentarás atravesarme la cabeza en cuanto me de la vuelta.

-Tranquilo, no todos somos capaces de hacer actos tan violentos como tú. Por desgracia, porque nuestra existencia en este universo seria más llevadera sin tu ralea.



La estación de trenes de Vharena VII era un lugar famoso en el séptimo nivel de la ciudad. Drogas y trapicheos no eran raros en aquel deshabitado lugar. Quien quisiera tener una conversación tranquila, un momento privado o la seguridad de no ser grabado iria alli. La estación era un inmenso lugar donde solo se encontraban vias verticales. Alli, el espacio era inmenso, y se podia ver a cualquier individuo desde cientos de metros, con todo lo que aquello conllevaba. Denalis y Raltus, tan extraños como diferentes, habian hecho su encuentro en aquel distante lugar. Denalis, hombre sin fé, ausente de pureza en su alma, habia encontrado en el devoto Raltus un medio de información en aquella colmena, una pequeña luz entre toda la oscuridad que componia su desinformada placa de datos. Ahora el arbitres tendria alguna pista por la que continuar su misión. Pero que suponia eso para Raltus. ¿Porqué un buen hijo del Emperador ayudaria a un arbitres, a un hombre perteneciente a tal organización? La respuesta deberia ser clara, pues el Adeptus Arbitres combatia el mal y el crimen en niveles que las fuerzas del orden local eran incapaces, purgando de sucios y malvados colmenas y páramos, haciendo la vida más fácil para todos, siendo sus miembros intachables ejecutores de la ley. ¿O no?

No. Pese a que la disciplina llevada a cabo por el Adeptus Arbitres era férrea, no estaba libre de error. Algo extraño, casi inexistente e imperceptible en el mar de galaxias que componian el Imperio de la Humanidad, pero posible, tal como que miembros del Adeptus se descarriaran en su misión. Este infrecuente suceso habia acontecido en Sadef M12, no hacia mucho tiempo. Desconocido por muchos, sospechado por todos, era el hecho de que en Varhena residian arbitres, enviados por el propósito de solucionar problemas que, como todo problema, era bien ocultado por el gobierno de mercantes que regia Sadef. Tales arbitres habian encontrado en la desprotegida colmena de Vharena una fuente de poder inimaginable para el resto de la población, pues los pases de los arbitres los equiparaban al nivel de los más altos dirigentes de aquel satélite. En aquella luna habian arribado dos años antes de la presente conversacion una delegación de arbitres, con el motivo oficial de investigar la enfermedad que achacaba el sector. Pero ¿Por qué? Se suponia que no era tan importante, que no merecia la atención de las otras lunas de Naratheet. Pero aquellos arbitres no vinieron desde las lunas.

Daarlon Hun y Shergar Havelock eran dos de aquellos arbitres. Mientras Daarlon era bajo y de piel negra, Shergar era extremadamente alto y pálido, tanto que más de uno en la colmena podria dudar de su humanidad. En el extraradio de la estación, los dos arbitres se encontraban con otro hombre, siendo este un fornido muchacho joven, tatuada la perforada piel del cuerpo y tintado el cabello de llamativos pigmentos.

-Si estás seguro de que no matarás ahora mismo, no seré yo quien te llame mentiroso.-
El muchacho de los anillos de hierro en la cara y el pelo de color verde y amarillo se mostraba tranquilo hablando con los dos hombres de negro, consciente del poder de los arbitres.
-Me trae sin cuidado lo que me llames, me das asco. Has degenerado tu cuerpo y tu cabeza por dinero. Y pensar que fuiste mi alumno... Tal vez fue mi falta, pero no volvera a ocurrir otra vez con ninguno de mis agentes, lo juro por mi vida.- Daarlon contestó al individuo, mirando al pálido Shergar mientras acababa su respuesta. Sin darle tiempo al otro a seguir, terminó la conversación. -Dinos donde está tu ayudante, él sabra llevarnos hasta Poluer. Según me contaste la última vez, ese tal Garp trabajó mano a mano con esos mafiosos. Nosotros nos encargaremos de hacer el trabajo, acabaremos con esos corruptos. Nosotros haremos nuestra misión, y tu ganarás dinero. Todos contentos.-
-Si, seguro...- El joven quitó la mano del bolsillo donde guardaba su pistola, seguro de haber terminado el trato. -Garp tiene una celda en el complejo Ibintus. El complejo Ibintus está en la tercera partición de este mismo nivel. La celda es la 569-OPL, aqui tienes una copia de la llave, por si el muchacho no quisiera tomarse un té con vosotros. Tiene una escopeta, y sabe usarla. Mejor que tu nuevo alumno su pistola, apostaria yo.- El tatuado entregó una tarjeta a Daarlon, la cual llevaba preparada en la manga para la ocasión. Al entregarla, Shergar pudo apreciar, atada en su muñeca, un pase de arbitre, pero su teniente no abrio la boca.
-Perfecto, ahora desaparece de mi vista, y cuida de que no nos veamos otra vez, Ylus. La próxima vez que nos veamos no será para colaborar.- Era la primera vez que Daarlon mencionaba el nombre del muchacho, el cual se fue sin despedirse. Una vez solas, el proctor se giró ante su agente, Shergar, mientras le entregaba la copia de la llave.
-Escuche atento agente Shergar, su misión será ir al complejo Ibintus y encontrar al sujeto mencionado. Una vez tomado contacto visual, conduzcalo hacia las dependencias del Estadio Central, en la quinta partición de este sector. Elija el metodo apropiado según las necesidades. Alli los miembros leales se harán cargo de él.- Daarlon concluyó con un saludo formal. No era la primera vez que le encargaba una tarea dificil a Shergar, su agente al cargo. Daarlon habia tomado la costumbre de tener siempre a un agente bajo custodia, para entrenarle personalmente y cuidar de su formación, y el gigante Shergar habia sido el elegido para tal puesto. Fue en ese preciso instante cuando un tren descendió, dejando en la estación a un inusual pasajero. El pasajero vestia de negro el uniforme de los Adeptus Arbitres, tachonado con el escudo Ugialita de Wsang 472-PL, e iba equipado con una aparatosa máscara de gas a juego con las numerosas armas reglamentarias de la organización. Con curiosidad, Daarlon y Shergar lo siguieron con la mirada desde la parte alta de la estación, observando sus perdidos pasos. Ellos no vestian de manera tan llamativa el uniforme, para pasar desaprecibidos, pero estaba claro que aquel individuo era nuevo en la luna, y no era originario de su partida de actuación. El individuo, no otro que Denalis, detuvo en su camino a una humilde figura, haciendole preguntas.

-No seria tampoco una mala idea que usted visitara a tal individuo, y chequeara su... destino. Le esperaré aqui, agente Shergar.
Daarlon sentia curiosidad hacia aquel tipo. No tenia informada la actuación de ningún arbitre por tal zona, y él era el coordinador de los arbitres leales que actuaban en el sucio sector. Mientras tanto, Raltus respondia las últimas preguntas de Denalis, el cual continuó preguntando, buscando saciar su desconocimiento.

-¿Donde esta el Palacio de Conferencias? Lamento abusar de su tiempo, pero... es por el bien de los miles de seguidores de Nuestro Señor en este lugar, usted entendera...
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Weiss
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Mensaje por Weiss »

Shergar Havelock

Shergar conocía pocos sitios más aburridos que la estación. Era una interminable esplanada, atravesada por los raíles del tren que comunicaba los niveles de la colmena. A intervalos regulares, los enormes trenes rompían la monotonía de la estación, que por lo demás tenía una animación comparable a la de un cementerio. Pocas personas aparecían diseminadas por el pavimento, casi seguro que ocupada en asuntos poco legales. En otros tiempos, aquellos tejemanejes habrían preocupado a los agentes del Adeptus Arbitres, pero la situación actual era diferente... Los agentes se conformaban con poco más que sobrevivir, e investigar los asuntos más vitales. Lo que ocupaba el tiempo de la pareja de Arbitres era uno de esos asuntos vitales...

Shergar tenía la escopeta a punto, por si tuviese que usarla en cualquier momento, y vigilaba sus alrededores con desconfianza, alerta. Desde que tenía a Daarlon de compañero, había aprendido a estar siempre alerta, había aprendido a pensar, a moverse, a hablar y a actuar como un Arbitres. Aunque era severo, rígido, poco dado a sentimentalismos y exigente hasta niveles patológicos, Shergar no podía imaginarse un mentor mejor que el veterano Daarlon Hun. Fue el Teniente el que llevó la voz cantante en la conversación, actuando Shergar como simple acompañante, aunque sin perderse ninguna de las palabras que se decían, tanto las pronunciadas por el Teniente como las pronunciadas por aquel pintoresco personaje. A simple vista, no se diferenciaba mucho de cualquier otro pandillero del sector. Al principio el individuo se mostró desconfiado, pero se tranquilizó rápidamente. Además, parecía que el Teniente ya le conocía de antes; había sido nada menos que su antiguo aprendiz.

Un Arbitres renegado... Cualquiera lo diría por las pintas...

La conversación giró alrededor de Poluer, de sus contactos... Nada diferente a lo habitual. Sin embargo, parecía que esta vez sí habían conseguido sacar algo en limpio, pues tenían una dirección. Cuando el pandillero entregó una tarjeta a Daarlon, antes de irse, Shergar pudo confirmar que aquel hombre había sido Arbitres; aún llevaba su pase de seguridad. Hun no se anduvo con rodeos, y empezó a explicarle a Shergar cuál sería el siguiente paso. Tenían una pista con la que porseguir la investigación, y esa pista les llevaba al Complejo Ibintus. Shergar debía dirigirse allí y capturar al tal Garp. Luego simplemente tendría que dejarlo en custodia de las autoridades pertinentes. No parecía mucho más complicada que otras misiones que ya había afrontado...

Los dos agentes estaban ya a punto de separarse cuando tuvo lugar un hecho insólito. El chirrido de los raíles anunciaba la llegada del tren, como era habitual. Lo que no era ya tan habitual era el pasajero que de él salió. Un Adeptus Arbitres. Uno de reglamento además. Llevaba un uniforme impoluto, todo el equipo reglamentario. El equipo de Shergar hacía tiempo que había dejado de ser así. En vez de llevar el imponente uniforme negro de los Arbitres, Shergar llevaba ropas bastante más mundanas. Años en aquella Colmena habían acabado con los recursos de los agentes, y ahora cada uno vestía como le venía en gana. A muchos Arbitres era imposible reconocerles hasta que enseñaban la placa. En el caso de Shergar, el único elemento que había sobrevivido de su uniforme original era el abrigo, el omnipresente abrigo negro del Adeptus Arbitres. Sin embargo, estaba mucho más viejo y desgastado que el de aquel recién llegado. El resto de la indumentaria de Shergar la conformaban unas pesadas botas de trabajo, como las de los obreros de la siderurgia. Eran duras y resistentes, unas buenas sustitutas de las botas de combate del Adeptus Arbitres. Llevaba unos pantalones grises, que se había conseguido en un puesto de guardia de las FDP. Eran prácticos, con bastantes bolsos para llevar todos los trastos que los agentes solían acarrear consigo. Una casaca de las FDP cubría su torso y sus brazos, protegida por su armadura. Armadura no reglamentaria, claro, sino requisada a unos contrabandistas... Unos guantes de color gris y negro cubrían las manos de Shergar. Él estaba especialmente orgulloso de aquellos guantes. Los había conseguido a cambio de unas cuantas botellas de amaseca, y habían demostrado ser bastente útiles. Eran los habituales entre los operarios de mantnimiento de los raíles, y eran relativamente cómodos. Ofrecían bastante protección, y además aislaban a los operarios de posibles descargas eléctricas por parte de los raíles. Por encima llevaba el abrigo, que delataba su condición de Arbitres. En cuanto a sus armas, éstas no eran menos eclécticas. Sólo la escopeta era reglamentaria, mientras que el cuchillo de combate y sus nudilleras eran recuerdos de sendas redadas a guaridas de pandilleros.

Definitivamente, el aspecto de los dos agentes difería bastante...

Tanto Daarlon Hun como Shergar Havelock estaban intrigados. ¿Qué hacía aquel hombre allí? ¿Quién le había mandado?. Como Shergar esperaba, fue trabajo suyo conseguir esa información.

Como ordene, jefe. No tardaré.

Se acercó con paso decidido al misterioso agente, que ahora charlaba con otro hombre. Llegó a tiempo de escuchar las últimas palabras de la conversación.

¿Donde esta el Palacio de Conferencias? Lamento abusar de su tiempo, pero... es por el bien de los miles de seguidores de Nuestro Señor en este lugar, usted entendera...

Ahora intervendría Shergar. Esperaba que aquel individuo no se sobresaltase mucho. No todos los días se veía a un gigante de piel blanca y ojos violetas...

Yo puedo contestarle a eso, pero primero me gustaría que me respondiese usted a unas preguntas... -Shergar sacó su placa- Shergar Havelock, agente Rho 51995. Pertenezco al destacamento de Arbitres asignado al Sector, y me gustaría saber el porqué de su visita. No se nos ha informado de la llegada de refuerzos...

Esperaba que aquella conversación no se prolongase mucho, pues tenía trabajo que hacer...
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Van Hoffman »

Gaius Raltus

¿Donde esta el Palacio de Conferencias? Lamento abusar de su tiempo, pero... es por el bien de los miles de seguidores de Nuestro Señor en este lugar, usted entendera...

Pues, si no recuerdo mal, est... -Gaius no acabó la frase. Un nuevo individuo apareció e interrumpió al joven novicio.

Yo puedo contestarle a eso, pero primero me gustaría que me respondiese usted a unas preguntas... Shergar Havelock, agente Rho 51995. Pertenezco al destacamento de Arbitres asignado al Sector, y me gustaría saber el porqué de su visita. No se nos ha informado de la llegada de refuerzos...


Gaius guardó silencio mientras examinaba con la mirada al recién llegado. Un hombre muy alto, mucho más que Gaius, y tan pálido que parecia enfermizo. Era, lo que los habitantes de los niveles inferiores llamarian, un "armario". Y su vestimenta no era menos extravagante. Portaba un enorme abrigo de color negro, y a Gaius le dio la sensación de que aquel abrigo era bastante similar al del Arbitres que estaba con él. El hombre había asegurado ser un Arbitres también, pero no lo aparentaba ni de lejos. Iba vestido con los harapos típicos de los obreros de los niveles inferiores, y un vago recuerdo de los inmensos Manufactorums del sector III llegó a él, golpeandolo con fuerza. Sus padres aún debían seguir dando su vida en las fábricas...

Los pensamientos de Gaius volvieron al mundo real cuando sus ojos captaron una gran escopeta a la espalda del recién llegado. Sin duda, un extraño individuo, y seguro que peligroso...

Sin embargo, Gaius sabía cuando debía callar y escuchar, así que guardó silencio y se limitó a observar a los dos hombres, y a enterarse de cualquier cosa que dijeran...
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Nimref »

Perio Denalis

El recién llegado se plantó en medio de la conversación, enseñando su placa y callando al novicio...

Yo soy Perio Denalis... Adeptus Arbitres de Ugial, enviado aquí por el asunto de la epidemia. Si no se os informo supongo que no era necesario que os enterarais... -le miro con cara esceptica, y por si el giganton no le creia, le enseño la placa identificatoria- Respondere a sus preguntas encantado, pero antes, lleveme al Palacio de las Conferencias...

El adeptus local parecio levantar una ceja, sin entender porque el recien llegado pretendia darle ordenes

...y usted, se viene conmigo, si no es mucha molestia, eminencia... Todo sea por sus feligreses -dijo con una inclinacion de cabeza al novicio

Disculpe mi falta de cortesia, pero el tiempo apremia, señor, esto es contrareloj y de prioridad maxima... -dijo al hombreton sin poder evitar mirarle a los ojos violetas...

De donde coño habra salido...
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Weiss »

Shergar Havelock

Los dos personajes se percataron de la presencia de Shergar. Una presencia imponente, sin duda. El primero en reaccionar fue el que no era un Arbitres, el que tenía más bien aspecto de Clérigo. A Shergar le sonaba aquel sujeto. Debía habérselo cruzado alguna vez. Sin embargo, ninguna palabra salió de sus labios. Se limitó a lanzar a Shergar una mirada inquisitiva, como analizándole. Shergar no podía reprochárselo; su aspecto distaba mucho del que debería tener un agente del Adeptus Arbitres, y era aún más lógico teniendo en cuenta el cisma que había sufrido el cuerpo...

La gente ya no se fía de nosotros...

Como respuesta, Shergar empezó a esbozar lo que debía ser una sonrisa tranquilizadora. Sin embargo, fue interrumpido por la respuesta del Arbitres forastero. Una respuesta que eliminó de golpe todas las ganas que Shergar tenía de sonreir. La respuesta del agente había sido impertinente e inapropiada. Además, había tocado un tema con el que a Shergar no le gustaba que le tomasen el pelo.

¿Contrarreloj? ¿Ahora?

El semblante de Shergar se endureció, y la mirada que dirigió al rescién llegado estaba cargada de furia y resentimiento. Su voz, igual que sus ojos, reflejaban su estado de ánimo.

Creo que no me ha entendido bien, forastero. Yo doy las órdenes, y hablo con la autoridad del Proctor a cargo del Sector. Proctor que debía haber sido informado de su llegada, le guste o no, pues somos los que estamos al mando aquí, digan lo que digan en Ugial. Le llevaré al Palacio, si quiero, y cuando quiera, después de que me conteste a lo que yo quiera, obviamente...

Shergar se detuvo para tomar aliento. Debería haber cesado su discurso de reproche, pero ya no era capaz; el forastero había activado algún resorte que hizo fluir la frustración del agente Havelock.

Además, no solemos llevar civiles a la Fortaleza porque sí, por lo que puede dejar a este buen hombre en paz...-Shergar dirigió una mirada al Clérigo, a la vez que le señalaba- Y en cuanto a lo de que no hay tiempo que perder... Llega con dos años de retraso, ¿sabe?. Mis compañeros y yo llevamos dos putos años aquí, aguantando la plaga, muriendo por ella, y no necesitamos que un petimetre de Ugial venga a decir que ahora tienen prisa... Prioridad máxima... Sí, lo fue. HACE TRES AÑOS. Ahora nos conformamos con salvar lo que podamos... Y no va llegar un forastero a decirnos cómo debemos llevar todo esto...

Shergar se llevó una mano a la cabeza, suspirando. Era hora de tranquilizarse. Señaló al agente, y bajó su tono de voz hasta adoptar uno normal.

Explíqueme qué narices hace aquí, y sin tonterías. Luego decidiré si le digo dónde está el Palacio...

Miró hacia donde el Teniente aguardaba, esperándole. Sin duda, todo aquello le sorprendería a él más que al propio Shergar...
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Van Hoffman »

Gaius Raltar

La situación se estaba yendo de madre, y Gaius notaba que la tensión pronto podría convertirse en clara hostilidad.

- Haya paz, hermanos... -Gaius se interpuso entre ambos, extendiendo los brazos y posando sus palmas en los pechos de sendos Arbitres- Yo no soy ninguna eminencia, ni tengo feligreses -le dijo a Denalis con una sonrisa- Solo soy un simple novicio al servicio del Padre Tulius. Y respecto a usted -se volvió hacia Havelock en ese momento- Sus agentes llegaron con tres años de retraso respecto al pueblo, mi querido amigo, pues hará ya cinco años desde que brotó la plaga. Todos estamos cansados, hartos o preocupados, pero no conseguiremos nada peleando entre nosotros. El Emperador nos ha dado una oportunidad para brillar, para sobrevivir y para demostrar nuestra Fe. Comprendo que los asuntos de Arbitres son del Arbitres, pero esta bendición no debe ser rechazada. Les acompañaré, como representante del Ministorum, pues seguro que les podré ser útil de alguna manera. Demosle grácias a Él por habernos reunido y predestinado para un glorioso fin...

Gaius se separó de los dos Arbitres, y esperó a que los humos se hubiesen calmado gracias a su intervención.
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Re: Una máscara antigas

Mensaje por Nimref »

Perio Denalis

El agente no daba credito a las acusaciones que el arbitres le gritaba sin ton ni son

Disculpe, que se supone que... -pero antes de que pudiera seguir, el otro arbitres siguio increpandole y diciendo mas cosas sobre la situacion en la colmena

Denalis le miro con unos ojos cargados de reproche, a punto de contestarle, pero antes de que ocurriera, el novicio se puso entre los dos...

Yo no soy ninguna eminencia, ni tengo feligreses...

Disculpe si acaso le he faltado al respeto... -dijo con una leve inclinacion de cabeza

Cuando el novicio dejo de hablar, Denalis se dispuso a tomar la palabra.

Debera entender una cosa: yo llevo poco en el cuerpo de arbitres, incluso como cadete. Yo recibi la informacion hace poco tiempo, pero al darme cuenta de lo avanzada que esta, necesito actuar deprisa si quiero neutralizarla, ¿queda claro? No he querido faltarle al respeto, aunque me temo que lo he hecho, disculpeme... -le miro fijamente un momento, y recordo lo que le habia dicho...

"Expliqueme que narices hace aqui, y sin tonterias. Luego decidire si le digo donde esta el Palacio..."

Ya se lo he dicho: me envian para investigar la plaga e intentar hacer algo al respecto. Este hombre, vendra porque necesitamos la vision de un ciudadano, y como bien a dicho, representante del ministorum... apenas puedo decirle algo mas, ciertamente, no lo hay... ¿De acuerdo? -dijo finalmente, arqueando una ceja y ofreciendole la mano al arbitres
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