Los Rogue Traders se labran su fortuna viajando por los fríos espacios que quedan entre la luz de las estrellas. Para hacer esto, requieren de la asistencia de los Navegantes mutantes, especializados y tocados que utilizan su tercer ojo para guiar los navíos a través del hostil Mar de las Almas que es el Immaterium. Su habilidad es ver a través de la Disformidad, guiando naves gigantes a través del universo por el Imperio. Estás prácticas son a menudo demasiado terroríficas para que la mayoría puedan ni siquiera comprenderlas, y mucho menos para que alguien no se vuelva simplemente loco. Pero la voluntad del Emperador debe cumplirse, y los Navegantes solos pueden hacer que se produzca.
Estos hombres y mujeres, aunque capaces de ver y descifrar directamente la Disformidad, no pueden simplemente dirigir una nave a lo largo de una línea a un destino. Necesitan mapas. Los viajes pueden tomar meses, años, décadas o incluso siglos con los mejores Navegantes guiando una nave y saliendo con éxito de la Disformidad. Pero sus mapas no señalan rutas y destinos con distancias lineales o lugares destacados. Esas cosas no tienen cabida en la Disformidad.
La Disformidad no es como una autopista, a la que se pueda acceder fácilmente desde una vía de acceso. Hay que imaginarla más como un arroyo. Entonces puedes imaginar, a un Navegante guiando la nave a través de la actual energía de la Disformidad, luchando con tormentas y corrientes submarinas, y guiando la nave a través de reinos de muerte que se arremolinan con el despertar de los dioses del Caos. Los Navegantes no pueden seguir las señales familiares, un Navegante debe sentir los planetas dentro de la Disformidad y saber que una tormenta está cerca, que han pasado una estrella, y que la nave está cerca de su destino. Por tanto el mapa necesita ser emocional y turbulento, cambiante e incierto.
La dirección artística comenzó con esa idea fundamental: el mapa personal de un Navegante.
Esta no es una representación pintada; es un mapa viviente, algo que un Navegante pintaría y repintaría docenas de veces si no cientas durante un viaje, sintiendo los enlaces emocionales entre los cuerpos celestiales.
El mapa de un Navegante de la Expansión Koronus
Fijaros en el color vibrante dentro del mapa. Los Planetas no son masas circulares sino masas de energía de Disformidad: agujeros en el tejido del Immaterium. A través del agujero, uno puede ver el color del papel sobre el que el Navegante está pintando. A diferencia de los mapas del primer artículo, estos planetas no son presencias en la oscuridad sino ausencias en la Disformidad. Si inspeccionas el mapa más de cerca, podrás ver la pintura del Navegante moviéndose en torno a estas omisiones, de la misma forma que el flujo y reflujo de la Disformidad en torno a ellas.
Un Navegante no verá los campos de asteroides o grandes tormentas. El o ella verá las perturbaciones de la Disformidad que se arremolinan alrededor del peligro, como una sección de rápidos en un río. Algo que mueve la corriente en un frenesí de agitación bajo el Navegante, a través de la práctica, conocerá la diferencia entre las perturbaciones benignas que se surgen en torno a un campo de asteroides y las grietas por donde los Demonios del Caos pueden hacerse presentes en la realidad, e incluso a través de un Campo Gellar. Durante su entrenamiento en los caminos de la Disformidad, los Navegantes llegan a entender las corrientes emocionales que fluyen a través de los entornos y los organismos por igual. Cuando algo se esconde bajo la superficie, simplemente lo saben.
Gracias, Mike. La próxima semana, podréis navegar a vuestra tienda habitual; Los Primeros Navegantes llegarán pronto!
Puedes leer el texto original (en ingles) aquí.