Reinhard Russ I: ¡Esclavos!

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Saratai
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Reinhard Russ I: ¡Esclavos!

Mensaje por Saratai »

Los esclavistas salieron de la habitación muy deprisa. Eran cuatro, y parecian bien musculosos y fuertes. No habia rastro de mutaciones en ellos, y dos de los cuatro hasta parecian ciudadanos imperiales, extrañamente vestidos eso si.

Vestian con ropas moradas y estaban armados con cadenas y varas de hierro negro. Al salir de la mansión en mitad del campo dónde se encontraba la habitación en la que os habiais despertado se colocaron retorcidos yelmos con formas de animales salvajes, de un color tan oscuro como sus cadenas y varas. Entre ellos os fueron llevando a base de golpes y esporádicos latigazos fuera de la mansión, lugar dónde ahora que saliais, podiais comprobar como lentamente se iban reuniendo más y más mutantes, unos quince aproximadamente.

Estaban prepando algún movimiento, pero eso ya no lo sabriais nunca. Ahora os encaminabais por los pastizales de algun lugar de Averheim. El sol brillaba con fuerza justo en mitad del cielo, y la ausencia de patrulleros hacia que los esclavistas se movieran por ellos con total impunidad. La incertidumbre del lugar al que os dirigis es cada vez más intensa, y el tintineo de las cadenas sólo acrecenta más y más el miedo que sentis.
Última edición por Saratai el 04 Mar 2009, 10:50, editado 4 veces en total.
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El_Bardo
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Mensaje por El_Bardo »

Eimur Wolck

Mis pies ardían estaban rojos de las piedrecitas qué en vez en cuando se me clavaban, apenas sentía algunos huesos, ¿ será lo qué nos metió Jaff en la boca?, parecía una especie de arena, mal sabor de boca por cierto.

Los harapos se me rompían por los latigazos y varas de hierro negro qué nos solían propinar si nos parabamos o hibamos lentos.

La espalda me escocía quizás dicha "Maestría" de los señores esclavistas me hallan echo sangre en la espalda, pero notaba algo...

Había visto demasiada muerte en pocos minutos, sentía dolor, vergüenza y venganza por ciertos modos. Intento comunicarme con mis camaradas qué han decidido acompañarme en esta " esclavitud":

- Gra-cias c-ama-radas por acompa-ñarme juraré p-or Si-gm-ar qué si s-alimos de es-tá reunire-mos a la Mi-licia y intentar-emos reun-ir tro-pas "of-icial-es" del ejér-cito de ave-rheim y matar-emos a t-oda es-a esco-ria.- intenso toser pero la herida en la nariz la tengo demasiada grave y me cuesta respirar y hablar. Vuelvo a callar...

FDI: Los guiones es la respiración entrecortada ya qué supuestamente tengo la nariz jodida y me cuesta hablar ^^ xd.
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Eldril
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Reinhard Russ

mientras me lamento por lo acontecido...intento vislumbrar todo lo que me ocurrira a partir de ahora...realmente me deberian haber matado

no puede ser... no puede SER!!! han acabado completamente con mi vidaaaa pienso entre sollozos... y han muerto todos... todos... espero que mor los ampare, y que sigmar me perdone

Levanto la mirada para fijarme en la situación... ya nada me impresiona... nada puede ir peor...

Intento localizarme dentro de Averheim, en una zona cercana a las cuevas y Monheim, hay alguna mansion cerca? ¿Hacia donde nos dirigimos?

FDI: Realizo una tirada de Orientación con tal de situarme
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Mensaje por Saratai »

El minero luchaba por orientarse en mitad de un camino que no le era del todo desconocido. Por la posición del sol debia ser mediodia, y por los caminos que estabais tomando, la hora y la distancia de Monheim... Seguramente os encontrais en algun lugar entre Sorghof y Ruhgsdorf. Llegados a cierto tramo de un camino, uno de los hombres, armado con una vara y un yelmo cerrado que simulaba la cabeza de un jabali, se acerca a vosotros con unos pequeños sacos que os coloca en la cabeza, tapandoos la cara e impidiendo toda visión. Parece que no tenian interés en que conocierais el lugar al que ibaiais a acceder.

Tras unas dos horas de camino, ya agotados por las heridas, el frio y el cansancio que sufris, sin poder andar adecuadamente por culpa de las cadenas, llegais a un lugar oculto por sombra, comenzando a descender por alguna pendiente. No veis el lugar, pero podeis imaginar que estais entrando a algun subterraneo, pues el frio esta disminuyendo y el sol ya no calienta vuestras espaldas.

El conocimiento de Reinhard acerca de minas y subterraneos le decia que se encontraba en algun lugar sin mucha actividad, pues el ambiente estaba muy envejecido y era complicado respirar. De vez en cuando, los hombres hablaban en una lengua extraña, llena de sonidos guturales y desconocida para todos vosotros.

Una vez en aquel lugar, y tras media hora de camino, el mismo hombre del yelmo de jabali os quitó las mordazas y las vendas de los ojos. Y de no ser por la antorcha que portaba el hombre de piel oscura (él único desprovisto de yelmo), no habria servido de nada que os quitaran las vendas, pues el túnel donde os habeis parado está completamente oculto al sol, y la oscuridad es absoluta. A penas se pueden ver unos pasos por delante gracias a la luz que emite el fulgoroso fuego de la antorcha. En ese momento, uno de los escalvistas, éste con un casco cubierto que simulaba el rostro de un orcoide, comienza a hablar en perfecto Reikspiel:

Gottfried Harrikherr

-Escuchad escoria. Vamos a liberaros de las cadenas momentaneamente. Os encontrais en un laberinto de túneles, de los cuales escapar es imposible sin la guia de un experto en ellos, que conozca los caminos y las grutas. Si escapais os encontraremos y el castigo será brutal, y si no os encontramos morireis de inanición y cosas peores. Si nos encontramos algún ''problema inesperado'', confio en que sereis lo suficientemente inteligentes en ayudarnos, pues sin nosotros estais muertos.


Tras la pequeña advertencia, comienza a quitaros las cadenas y candados y a atarselas en brazos, cuello y espalda, dándole un aspecto amenazador. Una vez sin aparejos, os da una cantimplora medio vacia para que calmeis un poco la sed. En lugar de agua lleva una cerveza muy aguada y de mala calidad, pero tampoco estais para quejaros. También os da algunas tiras de carne pasada. Para vuestra sorpresa, ellos comen la misma comida que vosotros, sin hacer ninguna diferencia entre esclavos y esclavistas.

Mientras comeis, el de las cadenas y el yelmo de orco, que ahora lleva levantado mostrando un rostro muy blanco y de pelo castaño, os vuelve hablar.

-Me podeis llamar Gottfried. Si teneis alguna pregunta hacedla, pero tratadme siempre con respeto y de usted. Si os pasais un pelo de listos os enseñare educación, y eso no os gustará nada, os lo aseguro.
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El_Bardo
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Mensaje por El_Bardo »

Eimur Wolck


Cuando por fín nos sueltan las armodazas y las cadenas nos advertien el Señor Gottfried de qué escaparnos y rebelarnos no será buena idea ni la primera ni tampoco la segunda.

Los pies los tengo hinchados, rojizos y con " miles y pequeñas" chinchetas clavadas, apenas hay luz gracias a unas pocas antorchas, el frío recorre mi cuerpo suduroso y delgado, apenas no dan de comer y cerveza de mala calidad aún así es mejor qué ratas cocinadas al fuego lento con meada de goblin.

Me voy quitando las chinchetas de mis pies y cuando ya estaban todas quitadas suspiro de alivio, apenas he bebido cerveza y la utilizo para limpiarme las plantas de mis pies.

Me acurruco en una esquina de lo qué parecía qué fuera un recinto cómo si fuera una mina en plena expansión de excavación.

Maldita sea nunca había qué tenido qué aceptar la idea del Maese Thorden joder y sobre todo quedarme con Gertrude y Valentino, no hagas juramentos para luego no cumpliros eso es lo qué me decía siempre mi padre adoptivo Maese Thorden. Ahora sufro las consecuencias de esta mierda de esclavitud, quizás podría convencer al Señor Gottfried de ser supervisor y conocer el lugar más a fondo ya veremos, mejor me pondré a dormir.

Me intento acomodar en la pared y cierro los ojos por varios minutos...
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Eldril
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Reinhard Russ

Me mantego distante de mis compañeros... Y mi familia, mis amigos... mi hermano!! todo se apaga... ya no queda esperanza... Sigmar me ha abandonado...

estoy desalmando... ojos muertos no ven futuro... ahora solo me queda muerte... y llevarme con ella a todos los que pueda!

me trago el orgullo y intento decir entre sollozos...

- Perdone Gottfried... que haran con nosotros? Cual es nuestra finalidad aqui?
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Mensaje por Saratai »

Gottfried Harrikherr

La mirada del esclavista permaneció fija unos segundos en el patrullero Dieter, el cual no provaba bocado ni de las tiras de carne ni de la sucia bebida. Tras un silencio incómodo, Reinhard formuló la ansiada pregunta: ¿Cual iba a ser el fin de los esclavos? El hombre habló sin reparos, consciente de que no era necesario mentirle a unos prisioneros.

-Habeis tenido mala suerte, deberiais haberos quedado con los mutantes. Aquel tipo de alli -. dice señalando a su compañero de piel casi negra - no es imperial, como ya os habreis percatado. Es kurgan. Los kurgan son un tipo de humanos, como nosotros, de más allá de las montañas del Este. Como veis, no son los gigantes de los cuentos, como se cree en nuestro Imperio. Solo son humanos, algo mas fuertes eso si, pero humanos al fin y al cabo. Llevo viajando con él y con el resto de mis compañeros más de siete años, siempre los mismos desde aquel dia.

El esclavista calló un momento, parecia recordar cosas de un tiempo muy lejano.

-Siento hacer lo que hago, pues yo mismo fui un esclavo de las bestias a las que vais a servir, y se las pesadillas que vais a sufrir. Pero no me queda mas remedio que hacer esto, pues es lo unico que se hacer. Mirad, yo era un campesino normal y corriente, vivia con mi familia en una granja y para mi la vida no tenia ningun misterio. Salia a pasear por los pastos hasta muy tarde, cuando el sol hacia horas que se habia marchitado. Una de esas noches, como de costumbre, sali a dar un paseo con mi perro, no tendria más de trece años. Y entonces llegaron aquellas cosas. Llegaron en cuestión de segundos, no eran muchos, pero suficientes como para llevarnos al perro y a mi con suma facilidad. Yo pensaba que no existian, que eran solo los desvarios de un loco, y ése fue mi error. Escuchad esclavos, las cosas llamadas skaven SI existen.


-Durante incontables años servi a esos monstruos. No se exactamente cuanto tiempo paso, pues en su subterranea civilización no llega la luz del sol. Pudieron haber sido dias, meses o años, no lo se. Pero a mi se me hizo eterno, como varias vidas. Veia a muchos humanos, y a gente de otras razas también. Veia como morian a cada segundo, y mi mente estuvo a punto de romperse. Los castigos corporales eran brutales, y cada dia era una tortura. Pero con el tiempo, aprendi a saber como pensaban aquellas criaturas, hasta a entender algunas partes de su chillón lenguaje.

De pronto, los compañeros de Gottfried se levantaron, habia que ponerse en marcha de nuevo. Harrikher continuó hablando mientras andabais por unos túneles poco espaciosos, callando sus intervenciones cuando pasabais por lugares con eco.

-Durante aquel cautiverio conoci al kurgan. No nos ha dirijido la palabra jamás, pero siempre nos acompaña, pues no sabe volver a su tierra. Se que tiene creencias prohibidas, pero gracias a su fuerza hemos salido indemnes de varios problemas, y le toleramos. Los otros dos son tambien dos imperiales, uno es un reiklandés, el otro viene de Wissenland.

-Cómo os contaba, conseguimos salir de alli por pura suerte, cuando un clan de hombres rata atacaron al que nos mantenia prisioneros. Conseguimos salir a unas grutas que habiamos estado cabando, y llegar a la superficie fue pura suerte, tras varios dias sin comer ni beber. Pero nuestra pesadilla no acabó ahi. Tras escapar de aquel horror, estabamos medio muertos, pero vivos. Y aprovechandose de nuestra situación, unos esclavistas humanos nos vendieros y nos obligaron a luchar. Pero nosotros habiamos soportado dolores muy superiores, y ganar aquellas peleas fue sencillo para nosotros. Entre los cuatro ganamos tanto que nos concedieron la libertad, pero no nos servia de nada. El reiklandés habia perdido la lengua con los skaven y el de Wissenland estaba completamente loco. El kurgan tampoco era la viva imagen de la adaptación, y yo no tenia más familia que ellos. Cómo en la sociedad nunca podriamos vivir, volvimos al lugar dónde nos habian apresado, aqui, en Averland. Sabiamos que los skaven siempre buscaban humanos para atrapar, asi que les trajimos unos cuantos, y como ya conociamos sus trucos e idiomas, estabamos a salvo de las trapas que nos pusieron. La primera vez me supo mal, pero necesitabamos subsistir de alguna manera, y la moneda que usan los skaven tiene un gran valor en la subsociedad humana. Esa moneda es la piedra verde, la piedra bruja. Desde entonces, cada cierto tiempo les traemos humanos fuertes, ellos nos dan la piedra bruja, y nosotros la vendemos al mejor postor, que son generalmente los mutantes de esta mañana, aunque hay tres compradores más en esta ciudad. Se podria decir que yo soy el comerciante del grupo que trata con los imperiales, el wissenlandés es quien conoce el idioma de los skaven y trata con ellos, el kurgan nos guia en los tuneles y al del Reik es que le tenemos cariño, pero no sabe hacer nada.


Los minutos se convirtieron en horas, y aquellos tuneles parecian infinitos. A veces bajabais y otras veces subiais, y solo Reinhard podria averiguar que os encontrabais a unos cien metros bajo el suelo, aproximadamente. Ahora podiais apreciar más los rasgos de cada esclavista. El mudo era el del casco que simulaba un jabalí, y el de Wissenland, un tipo corpulento, llevaba un yelmo que recordaba ligeramente una calavera. El kurgan no llevaba yelmo, parecia que le axfisiaba. Tras pasar por unas zonas con mucho eco, Gottfried continuó hablando.

-Os he contado esto para que no perdais la esperanza, pues aunque pase el tiempo y veais como todos vuestros compañeros caen, al final tendreis una oportunidad de escapar de los hombres rata. Sed fuertes, y no os dejeis matar, pues puede que vosotros podais salir de alli y tengais mas suerte de la que tuve yo, que me vi condenado a comerciar con vidas, de lo que no siento muy orgulloso. Ahora vamos a acercarnos un lugar dónde hay un tipo que compra piedra bruja. Se que lo que os he dicho no es muy alentador, pero lo mismo que quiero que salgais bien de ésta, tampoco quiero que me jodais el negocio. Si haceis alguna cosa rara, os cortaré la cabeza.

Llegais a una entrada en mitad de las alcantarillas, que van llenas de aguas fecales, con una entrada sucia y roida. Pequeñas ratas corretean por vuestro alrededor, haciendo que recordeis el aterrador relato de hace unas horas. A vuestras espaldas hay tres caminos, y los esclavistas están ocupados hablando y discutiendo entre ellos acerca de que precio ofrecer a los de detrás de la puerta. De pronto, Dieter se acerca a vosotros.

Dieter Gayer

-No me convence lo de morir esclavizado por unos monstruos que no se si existen o no. Reconozco que ese cabrón me ha metido el miedo en el cuerpo. ¿Huimos por aqui atrás? No tenemos las cadenas, y puede que tengamos alguna posibilidad mientras hablan entre ellos
Última edición por Saratai el 22 Ene 2009, 13:35, editado 1 vez en total.
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El_Bardo
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Mensaje por El_Bardo »

Eimur Wolck

Este tío no me convence aún así espero qué lo qué parecía arena ha surtido efecto ya qué apenas noto algún hueso en mis brazos es cómo si no tuviera...

Asiento al camarada Dieter y le respondo afirmavente:

- Yo vo-y contigo cam-arada la-rguém-onos de aquí.

FDI: La conversación se lo comento en voz baja a Dieter y Reinhard.
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Eldril
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Reinhard Russ

Debido a la explicación de lo que nos sucedera por parte de Gottfried, mi mente empieza a no ver esperanza en ninguna parte:
ahora ya... no me queda más destino que este. Ser esclavo de mutantes ratas!! que más puedo hacer? No... no podre vivir con normalidad, nadie me aceptará... ni mi familia... ni mis amigos... ni nadie. Me perseguiran... Y todo por culpa de ese malditor Jaff!!

De repente, con la propuesta de Dieter, vuelvo a mi, y me doy cuenta que aún no se ha acabado todo...

si logramos huir... juro hacerle pagar a Jaff el destrozo de mi vida... se arrepentirá

-(silenciosamente) Chicos... sera complicado..pero debereis seguirme. Yo tengo conocimientos de mineria, y se de los peligros que pueden haber a la vuelta de la esquina.

Intento vislumbrar cuál de los tres caminos es mejor. Alguna corriente de aire? Estado del camino? desnivel? si esta construido o es en roca viva... información varia.

Y en cuanto tenga decidido el camino de la huida...

-(silenciosamente) Seguidme!!

Y sin hacer ruido, me dirigire apresuradamente hacia la única opción de libertad!
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Mensaje por Saratai »

Eran tres los caminos que habian a vuestras espaldas, uno por el que habiais llegado, otro por el que el tunel continuaba, y una tercera salida, a la derecha. Era imposible saber cuál era mejor, pues el aire era el mismo. Pero el minero logró atisbar un tono más limpio en el ligero viento que pasaba por el camino de la derecha. Sin pensarlo dos veces, los tres esclavos salieron corriendo por el lugar que Reinhard indicaba con sus ¿dedos? Eimur pudo observar como las manos y los pies de Reinhard eran extrañamente grandes, con afiladas protuberancias en lugar de uñas.

Sin pensar en esto dos veces, los tres compañeros corrieron por la abertura del tunel. Pero lo que no imaginaban es que los esclavistas fueran a reaccionar tan rápido. El que tenia el yelmo de calavera, al percatarse de los susurros, habia dejado preparada su arma, sin avisar a sus compañeros. Cuando los prisioneros huyeron él hizo un rápido movimiento de mano, lanzando unas cadenas hacia ellos, con la mala fortuna que impactaron en Dieter, haciendole tropezar y caer al suelo. Los esclavistas se lanzaron a por él, y mientras Eimur y Reinhard seguian corriendo, a pesar de sus heridas y de su falta de alimento, Gottfried les gritaba desde lejos:

Gottfried Harrikherr

-Idiotas, vais a morir si vais por ese sitio. Si no volveis matamos a vuestro compañero, sin vosotros no nos sirve para nada.



FDI: Podeis dar media vuelta y volver con los esclavistas o abandonar a Dieter y seguir vuestra huida por los laberinticos tuneles. Vosotros decidis.
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El_Bardo
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Mensaje por El_Bardo »

Eimur Wolck

- Rein-hard yo te si-guo compa-ñero, tú suspuesta-ment-e eres el exp-erto en min-as así qué adela-nte qué mat-en al Dieter no me conven-cía cómo compañ-ero. Vamónos...

Si las cosas se ponen feas espero qué la arena de Jaff haga algún efecto en mi cuerpo ya qué al camarada Reinhard le ha echo el efecto esperado...
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Reinhard Russ

Miro con cara de odio a Eimur. cómo que no te convencia como compañero!! Ha sufrido nuestra misma suerte, y no nos ha abandonado... No quiero ser como Revkha o como Wolfrin! Por su culpa estamos como estamos!

Grito lleno de rabia!!-Dieter, sé fuerte!! Nuestras vidas no seran en vano, te lo prometo! Avisaremos a los averheineses!! Y lo solucionaremos!! Que Sigmar te ayude!

soy como ellos.... estoy abandonando a un compañero a su suerte... a su muerte... y no haré nada para salvarlo... Juro que pondré mi vida, si es necessario en solucionar todo este entramadoo!!

Perdoname...

Continuo con la huida hacia la salida que he decidido... su destino es la ira de mi libertad!
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Los dos huidizos esclavos dejaron a su compañero en las manos de la muerte. No hubo gritos, solo se oyó el sonido de la carne al ser traspasad por el acero, el sonido de una cabeza cayendo al suelo y haciendo un ligero eco, apenas imperceptible, por los negros túneles que se abrian paso por el subsuelo.

Gottfried sonreia. Aquel recién llegado a su sociedad le habia pedido esclavos dóciles, poco propensos para huir y algo estúpidos. Y por eso le habia contado a los prisioneros esa sarta de mentiras acerca de los skaven, por eso se habian parado y le habian dado la espalda, para que estos tuvieran la oportunidad de escapar, y en caso de hacerlo matarlos, pues no servirian para su cliente. ¿Huir de los skaven? Eso era algo imposible. Daba gracias al que cambia las cosas de no haber caido nunca en sus garras. O lo de que los tuneles eran infinitos, y que su compañero wissenlandés sabia hablar con las ratas-hombre. Cretinos. El Wissenlanés era más averlandés que el difunto Leitdorf, y no hablaba por que no le daba la gana, y el tunel era un camino directo y sencillo, que hasta un niño podria memorizar.

Se habian unido a su lider cuando este sobrevivió al último ataque de Surtha, adalid de los verdaderos dioses. Ellos siempre habian adorado al poderoso Tchar, señor de todo lo que se ve y lo que no, pero jamás habian tenido oportunidad de interactuar con alguien de su pueblo elegido, y cuando aquel kurgan cayó ante los disparos de sus compañeros en la batalla del Norte de Ostland, ellos dos aprovecharon la oportunidad para capturarlo y huir con él, para aprender sus costumbres. Al volver a casa, la falta de seguridad en los caminos fueron la escusa perfecta para traer cuerpos humanos a su señor, el cual habia aprendido mucho del kurgan que sus fieles siervos habian traido de la batalla. Tras esto, el kurgan fue nombrado lider del grupo, y los hombres que mas habian tratado con él pasaron a estar a sus ordenes, pues comprendian su idioma. Con el tiempo, la secta habia aumentado en tamaño y fuerza, y pronto estaria lista para hacerse con el control de la provincia. Solo unos cuantos hombres más y todo terminado.

Pero a Gottfried le atraian más otros menesteres en ese instante. Realmente no importaba en absoluto que aquellos ineptos mutantes medio muertos salieran a la luz de la superficie, pues no sabian nada importante. Tal vez Tchar tenia un plan para ellos en su rueca del destino, pero su señor se cabrearia si esos imbéciles llegaban al submundo, porque ese era el camino que habian escogido. No podian haber ido por el otro camino, o dar media vuelta. No, tenian que ir derechitos al submundo. El esclavista agarró la cabeza del esclavo, recién muerto por su espada. Aun chorreaba sangre de manera intermitente, que le llenaba la mano de pringue. Cogió su mandibula y empezó a moverla de arriba a abajo, desvelando sus increibles habilidades como ventriluoco para tener una conversacion consigo mismo.

Cabeza inerte de Dieter

-Ohh, Gotttttfrrrieed, essssos cabrrronnness mmme hannn abannndonnaddo. ¿Poddriais llevarme annnte ellosss parrra preguntarrrles porrque nnno mmme quierreennnn?


Gottfried Harrikherr

-Claro que si, mi peludo amigo. Pero es más divertido si les damos ventaja y creen que tienen alguna esperanza ¿no crees?


Cabeza inerte de Dieter

-Ohh, Gotttttfrrrieed, quee lisssto erreesss. Porr essso te quierro tannnto.



Los compañeros de Gotfried lo miraban asustados. Estaba como una auténtica cabra, y cuando decapitaba a un esclavo solia tener a su cabeza como compañero de viaje durante un par de dias. Lo que más les irritaba era oir las voces que les ponia a las cabezas. A cada una le ponia una distinta, y creaba para ellas una personalidad definida. Hasta habia veces que el muy demente le cogia cariño a ciertas cabezas, y si las perdia se ponia histérico y hecho una furia.

Cuando habian pasado unos minutos, Gotfried y el kurgan salieron en busca de los esclavos huidos, mientras los otros dos entraban por el portón. La caza era más divertida cuando las presas estaban lejos. Su olor aun permanecia en el suelo, era fácil oler a un mutante. Tanto el kurgan como el eran grandes rastreadores.

Cabeza inerte de Dieter

-Ohh, Gotttttfrrrieed, ccrrreo que hann iddo por ahii, ppueddo olerr a mmis ammiggos.


Gottfried Harrikherr

-Bien, con tu ayuda los encontraremos pronto.



Mientras tanto, Eimur y Reinhard corrian todo lo rápido que sus cansadas piernas le permitian. Los túneles estaban repletos de agua, como si las lluvias pasadas se hubieran filtrado en aquellos subterraneos. Tras una caminata en la que no se veia que los esclavistas les persiguieran, parecia que el peligro habia pasado y que serian por fin libres. Llegaron a una parte que se dividia en varios caminos, pero el minero siempre supo con facilidad que camino tomar. Eimur le debia muchisimo a aquel minero. Primero, gracias a él habia sobrevivido en la lucha contra los mutantes, y ahora le estaba guiando por los mejores caminos para salir de alli. La deuda para con él era infinita, pero en los ambientes de traición y deshonor en los que se estaban moviendo, dicha deuda se difuminaba como papel mojado.

Tras unas dos horas revolviendo por interminables y laberinticos túneles (pero más sencillos de tratar de lo que Gottfried le habia dicho a Reinhard) los dos fugitivos llegaron a una sala hecha en piedra, de clara manufactura enana, y que daba lugar a cuatro entradas distintas, una en cada lado de la recta sala. La primera tenia un dibujo extraño, con el simbolo de un humanoide. Otra, la segunda, tenia un tosco dibujo parecido al de una roca, una piedra circular. El dibujo de un rectángulo con lineas perpendiculares gobernaba la tercera puerta. Y la última era por la que habeis entrado. No ois nada, asi que parece que no os persiguen. Debeis tomar una decisión, y elegir alguna de las cuatro entradas.
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Eimur Wolck

Valla parece qué era más fácil escapar de los esclavistas de cómo lo cuentan en los bardos desde su punto de vista, intentaré ganarme la confianza ya perdida de Reinhard cuando salgamos de aquí, si encontramos en el exterior una cabaña "cojeremos prestados" ciertas cosas para luego venderlas y poder comprarme una protesis, la respiración me está jodiendo vivo y tras la marcha y los primeros efectos sin comer pues aún peor...

Pongo mis manos en las rodillas sudorosas y me fijo en los caminos qué habrá qué elegir.

Fijo la mirada en Reinhard y entrte cortadas respiraciones de la habituales le comento lo siguiente:

-Creo qu-e no nos s-igu-en compa-ñe-ro, perdo-náme por lo d-e Di-eter, quiz-ás tú lo hallas conoci-do pero no me caía b-ien compañ-ero, juro po-r Sig-mar qué reuniremo-s a la mil-icia y vengare-mos a Die-ter. ¿ Qué cam-ino escojemos?.- respiro varias veces hondo para calmar tanto los nervios y poder hablar luego mejor, por lo visto los muchachos de Gottfried no nos persiguen...
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Reinhard Russ

Y ahora que? que camino tomamos... bufff... el del simbolo humanoide con el dibujo extraño.. me da algo de mala espina.. pero es que los demas.. no me aportan ninguna confianza. El de la piedra puede ser que lleve a las minas...pero y si no tiene salida? ese no! Y el otro.. eso no tengo ni idea de que co*o es!

-Eimur, mejor malo conocido que bueno por conocer, no?

Nos jugamos demasiado...

- (mientas le guiño el ojo) Hay que echarle huevos!

Y empezamos a correr todo lo que nuestro estado nos permite..hacia la puerta con el simbolo humanoide y el dibujo estraño.
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