Foro de IGARol (Warhammer Rol)

Leywhaz Arodel

Leywhaz frunció el ceño ante el claro insulto del sacerdote, y durante unos instantes dudó de la doble intención del comentario de su compañero.

- Por suerte yo tengo a mis dioses, y no resultan tan insultantes como los vuestros, "sacerdote".- espetó el elfo.- quedaos con vuestra patética alma.

Y dicho esto, ignorando cualquier posible réplica, salió tras Uk. Fuera el aire podría calmar sus ánimos. Ya estaba deseando internarse en la foresta para alejarse de aquellos repelentes humanos...

Fahn ve como sus coppañeros se van indignados con esa actitud no vamos a conseguir nada piensa el clerigo. Se gira hacia el sacerdote y alza los ojos poniendo cara de desesperación
-Si te vale mis razones podria relatartelas

Mientras Fahn intenta sonsacar algo de información, vosotros volvéis al exterior de la capilla de Thyssala. Reparáis entonces que en el suelo, bajo la enseña de piedra de la diosa, con las manos abiertas, el viejo harapiento continúa sobreviendo como buenamente puede. Va descalzo y casi desnudo, y su mugrosa túnica hiede a orín y saben los dioses a qué más. A su lado, un perro olfatea y mueve el rabito, contento. Demasiado limpio como para pertenecer al anciano. Entonces, con los ojos cerrados, murmura alguna cosa. Mal guarecido, el frío del norte sobe los adoquines le hiela los huesos y es, apenas una sucia bestia de corral para la gente que pasa.

UK-RHIZ

Los cabellos de Uk-Rhiz se mecían con el gélido viento del atardecer. La guerrera sintió aplacarse su ira, pero sólo en parte. Luego escuchó los pasos del elfo tras ella, saliendo de la capilla.

-Condenados sacerdotes... -dijo a Leywhaz- Para ellos no existe nada más allá de sus dioses y su moral. Los demás somos bichos raros de los que compadecerse por no acatar su visión de las cosas. Me dan asco... -luego escupió en el suelo sin miramientos-. Pero que se prepare nuestro amigo cuando salga: esto no ha terminado.

Reparó luego en el mendigo. Algo turbada por su desolador aspecto, extrajo algunas monedas y se las ofreció.

-Dura noche para quedarse a la intemperie, amigo. ¿No hay ningún lugar en la aldea donde cobijaros? Con esto al menos podréis comprar algo de ropa...

Fahn mira al clerigo y comienza su relato
-Sali a viajar por consejo de mi mentor, el me dijo que antes de recluirme en el bastión debia recorrer el mundopara encontrar mi camino y no siempre es bueno viajar solo y mis compañeros se mueven por el dinero-. El clerigo segun llega al final de su relato va bajando la voz hasta callar.

Leywhaz Arodel

El elfo asintió ceñudo ante las afirmaciones de Uk.

- Creo que tus gentes y las mías tienen más en común que estos cerrados de mollera con nosotros... Lo mejor será que dejemos el pueblo cuanto antes, me siento mejor cuando estoy entre los árboles que entre estos muros...

Leywhaz siguió a la guerrera para ver otra muestra más de bondad por parte de la supuesta "salvaje" que estos dioses civilizados desdeñaban. Cuando saliese Fahn, esperaba una buena explicación de su actitud o se replantearía su estadía en aquella empresa...

Las monedas se deslizan en la mano del frágil vagabundo, quien asiente en señal de agradecimiento.

-Dura noche para quedarse a la intemperie, amigo. ¿No hay ningún lugar en la aldea donde cobijaros? Con esto al menos podréis comprar algo de ropa...

El anciano esboza una mueca, como si intentara decir algo, pero pronto se transforma en espasmodicos ademanes y toses.

- No puede hablar-, dice un niño que pasa persiguiendo a unas ocas -, Cuentan que en otro tiempo fue un gran hechicero. Fue su propia magia lo que le hizo eso. Aunque yo sólo veo una sucia capa de zarrapastrosos harapos.Luego marcha a la carrera.

Balbuceando y gesticulando con sus huesudos nudillos, el viejo quiere entregar algo a como muestra de gratitúd. Sus endebles manos tiemblan de modo harto lastimoso cuando desanuda un pañuelo que lleva en su cuello y os lo confía. En principio no parece gran cosa, apenas unos pobres signos garrabateados y cubiertos de suciedad, sólo después podéis apreciar las inhumanas señales. Es un conjuro. Un conjuro tan terrible que no estáis seguro de si quisiérais llevarlo con vosotros. Entonces, Leywhaz que no se había fijado hasta ahora, observa en el color de los ojos de aquel hombre. Ahora puede ver que son amarillos, como los de alguna bestia salvaje, tan profundos que debe haber presenciado multitud de cosas mucho más emocionantes en los lejanos días de su ya casi olvidada juventud.

Acto seguido la puerta de la capilla se abre y Fahn aparece ante vosotros.

UK-RHIZ

La guerrera frunció el ceño tras escuchar al niño, y cuando el viejo les ofreció el pañuelo su semblante palideció. Todavía tenía muy arraigado el ancestral repudio de su pueblo por la magia. Dio un paso atrás e interpuso la palma de su mano, en claro gesto de rechazo:

-Te he dado el dinero sin esperar nada a cambio, anciano. ¿Y tú me ofreces un objeto embrujado? ¡Aparta eso de mi vista...!

Cuando estaba a punto de indicarle a Leywhaz que no aceptase el pañuelo, Uk-Rhiz vio a Fahn salir de la capilla. La joven perdió entonces todo el interés por el vagabundo y se dirigió al clérigo con los puños cerrados en torno a la cintura:

-Tú y yo tenemos un asunto pendiente-dijo con frialdad-. Puede que tus palabras ahí dentro no expresaran tus pensamientos, pero queda lo que decimos, no lo que pensamos. Exijo una disculpa sincera, de lo contrario defenderé mi honor por otros medios...

OFF: no sé si he usado bien mi instinto en mi contra, a lo mejor le tenía que haber dado un hachazo al vagabundo. XD

Leywhaz Arodel

Leywhaz quedó absorto mirando los ojos del anciano hechicero. Pensó en cuantas aventuras pudo haber vivido en tiempos mejores, quería preguntarle, pero era obvio que no obtendría respuesta de su boca hechizada. Cuando Uk se dio la vuelta y echó a andar al ver a Fahn salir del templo, Leywhaz hizo de tripas corazón y aceptó el pañuelo del anciano asintiendo a modo de dar las gracias. Rápidamente se lo guardó entre sus pertenencias, esperando que nadie hubiese reparado en ello. La curiosidad le podía, era algo natural en el. Se prometió estudiarlo con más detenimiento durante el camino, por supuesto, a espaldas de sus compañeros. Su pueblo apreciaba el valor de la magia, no podía dejar que los prejuicios de los no iniciados interfiriesen en su búsqueda de conocimiento...
Alcanzó casi al momento a al grupo y se quedó callado al lado de Uk, consideraba que ya había dicho todo, lo que el hubiese dicho.

Fahn salia con la intención de disculparse por sus palabras, pero al salir la reacción de la barbara le quito la idea de la cabeza
-He dicho lo que creia necesario para conseguir información y eso es lo que he conseguido el clerigo aguanta la fria mirada sin perturbarse

UK-RHIZ

Rhiz, la hija de Ukkor, sostuvo la mirada de Fahn sin pestañear durante algunos segundos. No pudo evitar admirar la resolución del joven, y la sinceridad reflejada en sus ojos. Y tal vez algo más, todo un misterio para ella...

Tienes agallas -dijo rompiendo el tenso silencio con una sonrisa, y relajando su postura corporal-. Pocos hombres son capaces de aguantar así la mirada escrutadora de una Hija de las Nieves. Y leo la sinceridad en tu rostro. Por mi parte queda olvidado el asunto. Pero no repitas esa estratagema conmigo ni juegues con el honor de mi pueblo...

El tiempo apremia, por lo que una vez resueltas todas vuestras diferencias, decidís que es hora de salir de la ciudad. De otro modo, tal vez se os haría demasiado tarde y la noche caería sobre vosotros una vez dentro de las tierras salvajes, y no podéis imaginar situación más atemorizante que esa. Más aún con los precedentes de un ataque sobre el pobre grupo de artistas itinerantes.

Una vez fuera del villorrio, apenas a unas pocas leguas de marcha, el camino hacia el torreón parece ser realmente muy malo y la hierba crece alta, ya que ninguna patrulla se ha molestado en cuidar las veredas. De hecho, los portazgueros ya os advirtieron acerca de esto a vuestra partida. Las carreteras a este lado de la ensenada suelen organizarse a menudo a nivel local, entre las granjas, los pueblos y las diferentes tierras de labranza, y por desgracia, aunque el paisaje es muy bello, esta parte de la comarca parece encontrarse absolutamente desolada. En varios puntos del camino se levantan antiguas construcciones cinceladas de misteriosos grabados, un recuerdo de los primeros reyes que habitaron el páramo. Pese al interés de Arodel, procuráis evitar esos lugares en la medida de lo posible, pues vuestra temerosa guerrera afirma que están encantados.

La tarde trascurre en estos menesteres, mientras los majestuosos robles que dan comienzo a una zona particularmente boscosa brillan con un color dorado bajo la luz del crepúsculo. El frondoso paisaje se extiende sobre los abruptos barrancos cuando los últimos rayos solares comienzan a dibujar largas sombras tras el grupo. Bajo el cielo rojizo del atardecer, el tiempo es aún agradable, y los insectos nocturnos salen ahora a celebrarlo con frenesí, más me temo que no llegaréis a tiempo a vuestro destino, pues el camino se divide ahora a izquierda y derecha, sin el más mínimo atisbo de cual sendero es el que debéis tomar.

Hacia la izquierda, descendiendo sobre el curso de un riachuelo que retumba salvaje y remoto, el camino continúa descendiendo abruptamente a la vera de los guijarros de su orilla.

Hacia la derecha, serpenteando hasta unas afloraciones rocosas, una senda aparentemente practicable se extiende profunda y estrecha; tan sombreada de bosques que hacen que no pueda apreciarse un franco final.

Fahn se relaja un poco tras las palabras de la barbara
-De aqui en adelante podriais ddejar que me encargue yo de la diplomacia y dejad que mis actos hablen sobre mi mas que mis palabras

UK-RHIZ

La hija de Ukkor, que jamás toleraría que la llamasen Dulk-Rhiz por su odiado padrastro, asintió mientras contemplaba las dos rutas.

-Estoy de acuerdo, eres al que mejor se le da tratar con extraños de nosotros tres. Yo me ocuparé de orientaros en la lucha si me lo permitís. No se me da mal desenvolverme en la naturaleza, pero no puedo competir en en eso con un hijo-del-bosque. Leywhaz, ¿por dónde crees que debemos ir, según lo que sabemos?

Off: fuera de la ciudad va siempre con el hacha en la mano y atenta a todo lo que la rodea