Mannricht III: ¡Revolución!

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Y.O.P.
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Y.O.P. »

Cässim

Cässim, obviamente puso cara de poker, como si aquello no fuera con él.

Y ya la tenemos liada -pensó el Cascarilla-. ¿Por qué diablos me habré mezclado en esto?.

- ¡Yo-yo no soy el que vi-viene a por vosotros a-abuelo!- protestó a continuación cuando vió que aquel desconocido se le echaba encima.

FDI: bueno, puesss, como en ningún momento dije que soltara mi hacha presumo que la tendré aferrada en la mano buena aún. Gasto un punto de suerte para ganar 2D10 a la iniativa y equilibrar un poco las cosas. Acto seguido y si cuela, lo primero que haré mientras Miller se toma su tiempo apuntándome con su media acción, será utilizar mi media acción para prender fuego a las matas ^^. Lo siguiente será utilizar la media acción que me queda para adoptar una postura defensiva, para que cuando me lance su presa se encuentre con un penalizador de -20 al ataque. Si de todas maneras me pilla (cosa que es bastante probable) utilizaré fuerza para escapar en el siguiente turno, (tirando hacia a mí con los dientes si hace falta)
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Saratai »

22 de Destilario (Brauzeit) de 2527. Bosques de Loningbruck.

Mientras los miembros del grupo hablaban y se pegaban más unos a otros, temerosos de lo que pudiera salir de entre los árboles, el viento continuó soplando fuerte, moviendo las hojas secas que el otoño habia cazado. Miller aceptó el arma de Alan, y se preparó junto a él para acabar con lo que saliera de entre la espesura, sacando su lazo y preparandose para lanzarlo, moviendolo encima de su cabeza en movimientos circulares. Alan habló en voz baja a Miller, intentando no incordiar al resto. El rubicundo caballero no sentia especial aprecio por el demente stirlandés, pero le seguia considerando el más apto para luchar en aquellas circustancias.

Alan Friedsgoth

-Creo que esa cosa no es enteramente una bestia... Habia almacenado pieles en su cueva, y es evidente que solo se ha movido cuando el ruido provocado por el viento tapaba sus movimientos. Y si eso fuera poco, sabe que somos más que él y que le matariamos si nos atacara...


Wolfrin, ¿eres realmente tú lo que se ha convertido en esa cosa? ¿Fue por mi culpa, no fui un buen sargento para ti?

-No debemos separarnos bajo ningún concepto, si lo hacemos esa cosa nos cazara uno a uno. No debimos meternos aqui, no sabemos nada del bosque.


No.. Fue culpa tuya... No me diste oportunidad de hacer de ti un buen profesional y fuiste derecho al infierno... Fue todo culpa tuya... Que te jodan Wolfrin, en cuanto salgas te partiré la cabeza, y todas las que te hayan crecido en estos años.

Mientras tanto, Mannrich le preguntó a Cässim si podria crear un fuego para atacar al engendro o que ahuyentaria a aquella bestia corrupta, y les permitiria actuar con mayor eficacia. Sin embargo, el paleto de Loningbruck entendió mal las palabras del campesino creyendo que lo mejor era crear un incendio donde abrasar al horrendo monstruo, y sacó el yesquero haciendo saltar chispas al suelo repleto de hojarasca seca.

El stirlandés y Alan miraron a Cässim atonitos mientras iba prendiendo fuego a las matas, lo que provocó que Miller lanzara su lazo hacia donde el paleto se encontraba quemando. Sin embargo, aunque Miller lanzó con increible destreza su cuerda a los brazos de Cässim, ya era muy tarde y unas pocas decenas de chispas habian volado lejos, en dirección al centro del bosque. Aquello, combinado con la falta de lluvias los últimos dias, la estación en la que se encontraban y el viento que animaba las llamas, no tardaria en crearse un infierno del que dificilmente ninguno podria escapar.

Miller no habia perdido su habilidad con las armas de captura, y Cässim quedó completamente atrapado ente aquel fortisimo lazo, incapaz de moverse y tirado en el suelo. El caos habia estallado por completo, y en el tiempo que Cässim intentó liberarse sin éxito, unas llamas brotaron de las copas de varios arboles de hoja caduca, iluminando la escena aun más que la fuerza de las dos lunas en el cielo. Aquellos brotes de fuego pusieron nerviosos a los caballos, o al menos eso pensaron todos, y estando Cässim atrapado en el lazo y Rudi sin manos ni fuerza para controlarlos, tanto mulas como caballos salieron huyendo en distintas direcciónes, moviendose asustados entre las zonas del bosque en las que el fuego no habia brotado aun. El pobre halfling cayó al suelo ante la estampida de los caballos, y quedó postrado frente a Cässim, que a pesar de su portentosa fuerza no podia liberarse de aquella presa de cuerda.

Pero la situación podia empeorar, a pesar de que aquel grupo podia matarse entre si sin necesidad de ninguna ayuda. Mientras los gritos y espabientos se sucedian, al mismo tiempo que los caballos huian de la zona, que Cässim quedaba atrapado por la cuerda y Rudi tirado en el suelo, que el fuego se propagaba y que el miedo hacia hogar en los corazones de los viajeros, la peor de las pesadillas de Adelfbert se hizo realidad.

De entre un grupo de árboles, tapada a medias la horrible forma, y a unos cuarenta metros del grupo, una silueta hizo acto de presencia. Del tamaño y morfologia de un caballo, su dermis palpitaba insana bajo una capa brillante y quitinosa, cubierta de trozos de tela, malla y pelo. Sus patas eran negras y fuertes, cubiertas por la misma piel chorretosa y maloliente, contando un total de seis. En su torso y cuello, dos poderosas pinzas, mayores que el craneo de un equino, chocaban entre si nerviosas y rápidas, amedrentando al que las miraba, y de su cola, en lugar de una mata de pelo crecia una horrenda y emponzoñada cola de alacrán, de más de metro y medio de longitud, chasqueando un espolón piloso y azabache recubierto de una apestosa espuma verde.

Y aquello no era lo peor, pues de entre la cabeza del monstruo equino, bocas y ojos humanos crecian aullantes, que al ver a los hombres alli reunidos entre las por ahora leves llamas, comenzaron a llorar y suplicar en un idioma ininteligible. La sola presencia de aquel ser, que quedó parado a distancia prudencial entre los árboles, esperando la respuesta de aquellos hombres, era aterradora. A cada expiración del engendro equino, duro y negro vapor salia con fuerza ahuyentando cualquier animal presente.

Adelfbert pudo ver por fin con claridad al ser que le habia atormentado con ruidos y apariciones desde que entraron al bosque le habia atormentado. ¡No estaba loco! Pero habria sido mejor que lo estuviera, pues aquella bestia de pesadilla causaba un miedo primigenio en quien la admiraba, miedo a lo incomprendido y miedo a lo que podia llegar a ocurrirle a los que se adentraban en los caminos oscuros.

Aun asi, el viejo barbudo no quedó paralizado por el miedo ni mucho menos. Habia esperado aquel momento toda esa semana, preparandose dia y noche desde que recibiera la noticia en la capital. Preparado su escudo y presta su maza, sólo cuarenta metros de tierra seca y árboles le separaban del asesino de su mejor amigo. Desde la muerte de Hans, aquel momento habia estado presente en su cabeza constantemente, y por fin, habia llegado la hora.

A su lado, Mannricht quedó boquiabierto: Jamás en su vida habia visto una monstruosidad tal en toda su existencia. Habia oido mucho hablar de mutantes y engendros, pero aquella era la primera vez que veia uno con sus propios ojos, y una corriente de nauseas le punzó las entrañas. Sin embargo, aquel campesino de Streissen habia vivido muchos peligros y aventuras, habia sobrevivido a piratas, bandidos, asesinos, contrabandistas y toda clase de rufianes, pero nunca a algo como eso. Y dentro de el, una ligera emoción de aventurero, de quien se enfrenta a un reto como nunca antes, afloró en él, recomponiendolo y sobreponiendose al miedo.

Fue Alan el que, sin comprender que demonios estaba pasando, quedó petrificado. Vió las caras aullantes, que clababan su grito en su cerebro, vió la quitinosa y rebosante de veneno cola de aquel monstruo, y las hinchadas narices del caballo negro que se presentaba firme entre aquella masa de musculo y carne mutada y quitinosa, vacios los ojos de piedad o comprensión, más alla de los seres vivos, pero inferior al mismo tiempo. El caballero no pudo hacer otra cosa que mirar al monstruo, castañeando los dientes, sin poder siquiera mover un músculo.

En cambio, el stirlandés tomó plena consciencia de su ser, y no dejó amedrentarse ni una décima de segundo por aquel monstruo. En su peligroso modo de vida, el contemplaba seres asi casi mensualmente, y habia poco que no hubiera visto ya. De hecho, no seria el primer engendro del aethyr que Miller aniquilaba, y no parecio intimidarle en absoluto.

Rudiger, que acaba de caer, vió aun tirado en el suelo como aquel monstruo se acercaba silencioso entre los árboles, algo impropio de este mundo. El halfling en su vida habia visto nada igual, y su mente dió vueltas confusas intentando comprender como la naturaleza podia dar lugar a una aberración tal. El pequeño mediano deseó estar lejos de alli, y haciendose un ovillo, quedó aletargado en el suelo, rezando a Esmeralda para que aquello terminase pronto, mientras las ascuas caian cerca de él.

Por último, Cässim intentaba quitarse aquellas cuerdas de encima, sin éxito alguno. Aquello no tenia sentido ¿por que le habia hecho eso aquel tarado? Pero fue en el más grande de sus intentos por liberarse que aquella bestia del averno apareció tenebrosa como la misma muerte, repleta de rostros atrapados dentro de su piel, entre los robles que aun no habian comenzado a expandirse entre el fuego naciente. El carbonero se imaginó a si mismo atrapado entre la piel, su rostro dolorido en entre placas de aceitosa piel mutada, al verse incapaz de soltarse y obtener la fijación de que el monstruo iria a por él. Mal momento para estar atrapado por un lazo de presa.

El grupo de Mannricht se adentraba en una de las situaciones más peligrosas de su existencia, y solo los dioses sabrian quien podria volver con vida del bosque de Loningbruck. Algo era seguro, aquella experiencia marcaria de por vida a todos los integrantes.



FDI: Ay dios, la habeis liado pardisima. Habeis mezclado ácido clorhidrico con sulfato de potasiorl y vamos, que la habeis jodido a base de bien.

Cässim ganó la iniciativa con mucho, y pudo llevar a cabo su acción sin problemas. Desafortunadamente para él, Miller acertó a pesar de todo con un 29, y le metió en el lazo del amor, dejandole atrapado al fallar el una agilidad de 68, y para colmo, la primera tirada de Fuerza para liberarse falló con un 89.

Después los caballos se largaron de alli (los más inteligentes por cierto) mientras las llamas ya han comenzado a brotar en distintos puntos. Rudi no consiguió tomarlos, fallando fuerza con un 39, y cayó al suelo. Aun hay tiempo de huir del bosque antes de que el incendio se agrave, pues hay caballos en distintos puntos cercanos, la mayoria a unos treinta-cuarenta metros, todos lejos del horrible engendro.

Despues, en las tiradas de miedo ante el asqueroso engendro mutante, Adelfbert pasa como nadie con un 09, Mannricht con un 27, mas ajustado, y Miller con un 61, gracias al talento audaz. Alan falla con un 62, Rudi con un 33 y Cässim con un 92 (rallandose la cabeza un montón, y creyendo que el engendro iba a ir a por el por culpa del maldito lazo).

Los que podeis actuar teneis varias opciones principales, entre ir a por el engendro (lo que tardareis dos turnos) o ir a por los caballos y tranquilizarlos con una tirada de Carisma Animal, de lo contrario no se dejaran montar. Recordar que no todos los presentes tienen caballos, hay seis hombres, dos mulas y tres caballos, asi que...

Hay tambien una tercera opción, que es ayudar a Cässim, pero no se si alguien querra hacerlo. Luego ya os queda correr como locos, hablar tranquilamente o sacar el juego de té. Las opciones son infinitas, pero sea como sea algo me dice que los PD van a volar como palomas en carretera.
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Y.O.P.
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Mensaje por Y.O.P. »

Cässim

- ¡Mu-muchachos!, ¿que ha-hacéis?, ¡que-que ya está tol pescado ve-vendió!. Que mirad que e-esto se arregla solo, ¡solo!-. El Cascarilla siseaba como una serpiente mientras trataba de liberarse del abrazo de las cuerdas.
-Si-si se que-quema la guardia de-del engendro ese, tendra que adyegarse a los pueblos po-por cojones, y ahi sus los clavaréis. A-apiolarlo y listos, será co-cosa fácil-.El carbonero se revolvía maldiciendo en silencio-. De-del halfling envenenao me-mejor os hablo a luego, que-que a-aquí sacas la-las cosas de contexto y claro, to-todo suena mal

Es que el Miller ese, eso de la envidia, se lo tendría que mirar...

- ¡ Que-que alguien me saque de aquí! ,¡que a-alguien va-vaya por los caballos co-cojones!.

FDI: Bueno pues me intentaré liberar yo mismo de mientras, si fallo gastaré otro punto de suerte (qué remedio).
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Nirkhuz
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Nirkhuz »

Adelfbert

Adelfbert estaba junto a sus compañeros, aterrorizado, demasiado como para enterarse del barullo que pasaba ahi atras. Al parecer, Mannricht dijo algo, Cässim empezó a hacer nosequé, y se lió la de Sigmar en la tierra. De repente, vió que había fuego expandiedose por todos los lados, caballos corriendo, halflings voladores y al carbonero caer al suelo. Todo fué como una supersoción de imagenes rápida, aunque Adelfbert no sabía que significaba eso. Entre el fuego, el viento y las peleas, Adelfbert perdió la concentración. Solo un latido de corazón. Pero entonces, se giró y lo vio. No estaba loco, pero el escudero hubiera deseado estar loco. O ciego.

Lo que vió Adelfbert fué terrible. Parecía una de esas escenas narradas en los libros de caballerías bretonianos, o en las fantasiosas sagas que ese tal Felix Jaeger contaba en sus libros, que tanto gustaban a Hans. Un caballero delante de un ser horrible, que la imaginación se negaba a representar. En un bosque oscuro. Y encima, en llamas. Todo era un caos y un horror. Pero Adelfbert no se sintió temeroso. Vió sorpresa, pero no miedo, en la cara de Mannricht. Vió determinación fría en los ojos del stirlandés. No consiguió encontrar a Cässim o a Rudi en el caos. Pero vió un terrible miedo en los ojos de Alan. Alan, su compañero de armas, sientiendo miedo. Adelfbert estaba ardiendo de furia. ¿Habría sido esto lo que habría sentido Hans en su ultima lucha? ¿La determinación que sentía el escudero, o el miedo del caballero? No era momento de pensar en ello. Ahora solo tenía que pensar en sobrevivir. No. En matar a esa...cosa. Entre su tormeta de emociones, no se había fijado en su horrible aspecto del mutante ser. Parecia un caballo, con la piel de un insecto, con unas pinzas que no eran para nada naturales, y con seis, sí, seis patas. En un leve movimiento vió que tenia una extraña cola con maligno aspecto en su parte trasera. Y estaba todo recubierto de trozos de malla y pelo. Era una pesadilla...sí, una pesadilla...pero no la de Adelfbert.

Adelfbert gritó. Gritó como nunca creyó que pudiera hacerlo. Con una voz tronante, su rugio de desafio no era natural.

¡CON SANGRE EN VIDA, CON PUTAS EN LA MUERTE! ¡ULRIC, ULRIC, OBSERVAME! Se giró hacia sus compañeros, aunque se centró en Alan. No dijo nada. Solo miró. Y, sin mediar más palabra que la ya dicha, se preparó para cargar contra el monstruo. No iba a huir. No, no señor. Ahí se decidiria todo. Con o sin la ayuda de sus compañeros.

FDI: Preparo una acción. Sobre todo para dar tiempo a mis compañeros a ver a si hacen algo. Si el bicho ese se acerca, me moveré para cubrirme en un arbol, y luego ya se verá (seguramente cargaré). Si se pone justo delante mio, o pasa por cerca, se va a llevar un mazazo.
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Van Hoffman
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Van Hoffman »

Franz Miller

La presa del stirlandés había tenido éxito, sin embargo, no había sido lo suficientemente rápido para evitar que el loco le prendiese fuego a los matorrales. Miller se sorprendió de que su presa hubiese sido tan experta. Sus habilidades no se habían oxidado, después de todo. Y en esas estaba Miller, cuando la bestia apareció. Un monstruo equino, con cola de escorpión, seis patas, pinzas y múltiples ojos y bocas.

- Que me aspen y me llamen halfling. Qué cosa más horrorosa. -fue todo lo que se le ocurrió decir al demente stirlandés. Al fin y al cabo, él había visto cosas peores. Y cuando has estado a punto de convertirte en el desayuno de un cadáver andante, ya nada te sorprende.

De todos modos, la situación era seria y peligrosa. La bestia estaba cerca, y había malgastado el lazo con el tartamudo loco, así que no podría atrapar al monstruo. Aquello era realmente molesto, así que decidió recuperarlo. Usando toda su fuerza física, Miller estiró del lazo, arrastrando a Cässim, al tiempo que se acercaba a él.

- Maldito loco. ¡Mira la que has liado! -cuando llegó junto a él, trató de deshacer el lazo con rapidez, liberando al averlandés. Ahora solo tenía que volver a prepararlo y lanzarselo al monstruo cuando estuviese al alcance.



FDI: Miller se acercará a Cässim al tiempo que tira de él, para ahorrar espacio y acercarlo al grupo. Cuando esté junto a él, le quitará el lazo. Si aún le sobra tiempo (que lo dudo), preparará el lazo para volver a lanzarlo de nuevo.
Van Hoffman, pastor de garrapatos por gloria y gracia de Igarol

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Mensaje por Jacques el arcabucero »

Mannricht

- Por los mejillones que crecen entre los dedos de Manann!

El campesino durante su vida de patrullero de caminos había visto algunas cosas raras. Algunos mutantes, bandidos, salteadores de caminos, secuestradores de niños… pero nunca algo tan grotesco. Mannricht sintió que se atragantaba, notaba como el corazón pugnaba por salir por la garganta bombeando sangre como si fuera el corazón de un buey. Luchó contra todo ello, tragó con fuerza, tenía que sobreponerse.

Mientras, inconscientemente, daba un par de pasos hacia atrás. La imagen de la bestia logró hacerlo retroceder, pero no huir, apenas tuvo un instante para mirar alrededor y evaluar la situación. Buscó a Rudi. Mannricht tenía una misión para con Rudi, y pese a llegar a salvo hasta el objetivo del viaje, todavía tenían que regresar a Streissen.
- Rudi! Rudi! Los caballos, Rudi!

El halfling hecho un ovillo no se movía, y los caballos se habían alejado. El cojo de la yesca estaba atado con un lazo, Miller tiraba de la cuerda y se acercaba al Cascarilla, Alan parecía ido, pero Adelfbert seguía a su lado. Tenía que ser suficiente. Tenía que serlo.
¿En que momento se había ido todo a la mierda?

El bramido de Adelfbert resonó como un trueno junto a la oreja del campesino.

- ¡CON SANGRE EN VIDA, CON PUTAS EN LA MUERTE! ¡ULRIC, ULRIC, OBSERVAME!
- Si Ulric, si tienes un rato, obsérvale, y si puedes, pásate por aquí. No olvides tu equipo de batalla completo! – pensó Mannricht alzando su pistola con un ojo cerrado, apuntando a la cabeza de caballo.

Su dedo acarició el gatillo apenas un instante y presionó con firmeza mientras la pólvora estallaba escupiendo la carga de plomo.

Mannricht guardará la pistola y sacará la otra pistola tan deprisa como pueda para repetir la operación. Apuntar y disparar. Usará su desenvainado rápido y puntos de suerte tantas veces como falle las tiradas y disponga de ellos.
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Y.O.P.
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Y.O.P. »

Cässim

-Mi-mirad Miller, os-os voy a decir u-una cosa, ¡menudo mo-moñas que estáis...!-, replicó el Cascarilla con énfasis, antes de verse interrumpido por el vozarrón de Adelfbert.

- ¡CON SANGRE EN VIDA, CON PUTAS EN LA MUERTE! ¡ULRIC, ULRIC, OBSERVAME!-.

-¿Lo queé? -, Cassin miró al cielo con las manos en la cabeza, mientras le desataban-. No-no me lo pu-puedo creer, que le-le ha dado la ve-venada padre a lo Fe-felix Jaeger, ¡la locura que se le-le ha metido al abuelo en la cabeza!. -El muchacho se volvió hacia Miller frunciendo el ceño-. ¡Je!,y yo e-era el que-que estaba como una ca-cabra eh, ¿mein herr? pu-pues nada. E-eso mejor que-que se lo veáis vo-vos solo, que po-poco cuesta hacer fe-felíz a un anciano.

-A lo sumo, dos o tres muertes-, pensó para sí.

FDI: ¿me han soltado yaaaa?, es que quiero actuar :P
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Saratai »

22 de Destilario (Brauzeit) de 2527. Bosques de Loningbruck.

El fuego comenzó a arreciar alimentado por la ventisca, llenando la zona donde Rudi habia caido al suelo con llamas crecientes. Ahora, una linea de fuego separaba al mediano del resto del grupo, que luchaba audaz contra el monstruoso engendro.

Mientras tanto, Miller rescató a Cässim de su presa, trayendo a la zona donde Alan habia quedado parado y Mannricht apuntaba a aquella cosa negruzca y apestosa. El único que se lanzó a por el ser fue Adelfbert, insulfladas energias por el mismisimo Ulric, que observo a su fiel lanzarse sin miedo a por un ser que lo duplicaba en tamaño y peligrosidad.

Mannrich apartó su casaca a un lado, y apuntó cuidadosamente a aquella repugnante bestia del infierno. Sin embargo, pronto se percató de que cuarenta metros era mucha distancia para un monstruo que se encontraba entre robles y árboles, y se percató de que sus siguientes disparos deberian de ser desde una distancia de unos diez metros si queria asgurarse un buen ángulo de tiro. Aun asi, apretó el gatillo esperando tener suerte... y los dioses se la concedieron. Una cosa podia asegurarse de Mannricht, y es que habia nacido con toque de fortuna. La bala cruzó a toda velocidad entre matojos y ramas, hasta dar de llena en una de las caras aullantes del monstruo, que reventó en un charco de alquitrán pegajoso, saliendo por los aires trozos de piel quitinosa y negro fluido. Éste se encabritó, lanzando un grito desconcertantemente humano, y colocandose a dos patas, bufó con furia y se impulsó a la carga, perdiendo por unos instantes su modus operandis por uno más salvaje, propio de una bestia herida.

Y en su carga, evitando siempre el fuego, atacó a Adelfbert con todas las fuerzas que pudo, parandose a un escaso metro del barbudo escudero que se preparaba para el enfrentamiento de su vida, retorciendose y propinando un fuerte coletazo con la pesada maza que conformaba su envenenando aguijón. Desgraciadamente para el valiente guerrero, el golpe tomó una endemoniada velocidad, y ni siquiera tuvo tiempo de interponer el escudo entre el y la aceitosa cola, que descargó todo su peso en el pecho del futuro caballero del Oso Negro (si es que salia con vida de aquella acometida).

Tal fue la fuerza del golpe, que el barbudo averlandés salió despedido diez metros por el suelo, cayendo en el suelo y sin posibilidad de responder a la bestia herida. Por suerte para él, el aguijón no se habia clavado, y el veneno no habia penetrado en su torrente sanguineo. De haberlo hecho, a buen seguro aquel bosque se habria convertido en su tumba.

Alan Friedsgoth

El caballero, sobrepuesto al miedo, recobró el sentido al ver a Cässim desatado a su lado, y tomó consciencia de que si no hacia algo, su gente moriria alli mismo. Vió a Rudi apunto de quemarse, y a Adelfbert lanzado por los aires, a buen seguro con alguna costilla rota. Colocó su escudo en posición defensiva y se preparó para ir a rescatar a Rudi, que seguia absorto entre el fuego, mientras aconsejaba al resto.

-¡Adelfbert, por el amor de los dioses, sal de ahi rápido y vuelve al grupo! ¡Si sigues luchando tu solo con esa cosa, te matará aplastandote contra el suelo, tiene mucha fuerza!


Tras los gritos, corrió hacia donde estaba Rudiger. Si el no le ayudaba, nadie lo haria, y aquel mediano iba a morir si no lo sacaban de aquel circulo. Mientras tanto, la mula de Cässim comenzó a correr lejos del circulo, perdiendose de la vista del resto.

-Mannricht, Miller, acercaros y atacarle a distancia, yo voy a intentar salvar al mediano.

El campesino habia conseguido herir a aquel monstruo con un eficaz tiro, pero se percató de dos detalles. El primero era que la piel de aquel ser era dura, pero que dentro su carne era gelatinosa. Aquello significaba dos cosas, la primera que los golpes débiles no tendrian efecto sobre él, la segunda que los golpes que atravesaran su piel lo matarian con facilidad. A su lado, Miller terminó de despertar a Cässim, que se encontraba atontado pero por fin habia recobrado el control de si mismo. Ahora el monstruo se encontraba a menos de veinte metros de Miller, Mannricht y Cässim, aterrador sobre cuatro de sus seis patas, y moviendo con rapidez la pesada y mortal cola. Su carga habia sido brutal, y habia herido con fuerza al barbudo, que con esfuerzo se recolocó frente a el, a apenas diez metros de distancia.

Al tiempo, el fuego cayó sobre Rudi, prendiendo fuego en su ropa. Alan deberia darse prisa y moverlo, pues el parecia no reaccionar ante nada, y tirado como un peso muerto se quemaria hasta morir. Más le valia al grupo acabar rápido con aquel monstruo y salir de alli antes de que el fuego arreciara, o no seriviria de nada su trabajo, pues moririan calcinados con el engendro cazado.

La situación alcanzaba el punto crítico, pues el monstruo habia perdido el control bajo el disparo del pistolero, y ahora se encontraba en un estado de furia asesina. Acercarse a él era más que peligroso, asi como respirar el negro humo que se desprendia por doquier. Aquello se habia convertido en una caza en el mismo infierno.



FDI: Adelfbert, has fallado una parada con el escudo, recibiendo un golpe de 11 de daño, que te quita cinco heridas y te lanza lejos de él. Por fortuna, no recibes daño por la caia, al ser un bosque repleto de hojas por el suelo. Hay que atacar al monstruo antes que el, pues tiene la capacidad golpear y mandar por los aires a su objetivo.

Mannricht, lo tuyo no tiene nombre. Tenias que sacar menos de 15 y me sacas un 05. En fin, que le haces diez de daño al ser, que se convierten unicamente en 3 heridas. Mientras tanto, Cässim puede recuperar su control, y actuará el próximo turno.

Rudiger ha recibido cinco heridas por el fuego, pero su ropa aun no ha prendido. Más vale que haya movimiento si no quereis acabar fritos. Por cierto, ahora solo hay cuatro monturas a la vista.

Daos prisa, el tiempo corre en vuestra contra!
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Nirkhuz
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Nirkhuz »

Adelfbert

El escudero vió como ese monstruo se acercaba a él. Pero no sintió miedo. Se lanzó hacia él, y vió como un trozo de una de las caras volaba, llenandolo todo de asquerosa sangre de varios colores. Mannricht era un gran tirador, sin duda. Pero la distracción del disparo, de la sangre, y de la furia asesina del monstruo no le dejaron ver como se acercaba de rapido. Fué a interponer su escudo, pero la extraña cola del ser le golpeo de manera eficaz y veloz. El escudero sintió un gran dolor en el pecho, pero lo más importante, ya no estaba en el suelo. Adelfbert voló y se estampó contra el suelo, encima de unas hojas secas. Ulric le queria, estaba seguro. El aguijon solo le habia golpeado, no atravesado. Y además, cayo sobre blando. Ulric tenia formas muy raras de demostrar su aprecio. Pero lo demostraba. Si no, ya estaria muerto. Ahora Adlefbert estaba desorientado, pero la voz de Alan le avisó.

-¡Adelfbert, por el amor de los dioses, sal de ahi rápido y vuelve al grupo! ¡Si sigues luchando tu solo con esa cosa, te matará aplastandote contra el suelo, tiene mucha fuerza!

Un consejo muy util. Adelfbert se levantó, pero vió que estaba a medio camino entre el mosntruo y sus compañeros. ¿Podría acercarse a sus amigos, o no le daría tiempo? Dioses, dioses. Y encima empezaba a hacer mucho calor, ¿no?

FDI: No es que me gaste un turno en no hacer nada, solo que no se si es mi turno o no y me apetecia escribir un poco. Solo queria describir un poco lo que le pasa al escudero.
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Van Hoffman
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Van Hoffman »

Franz Miller

- Ya esta, maldito loco. Ahora corre a salvar al mediano -dijo Miller mientras desataba el lazo de los brazos de Cässim.

Una vez volvía a tener el lazo listo, Miller miró alrededor, analizando la situación. Alan corría para rescatar al mediano de las llamas, tarea inútil a ojos del stirlandés. Al otro lado, frente a él, Mannricht y el anciano barbudo se preparaban para hacer frente a la bestia. Miller tuvo tiempo de ver caer al escudero, pero no vio el golpe que había recibido.

Oyendo las indicaciones de Alan, Miller se aproximó al monstruo, dando un ligero rodeo con la intención de flanquearlo mientras se ocupaba de Mannricht y el viejo. Una vez tuvo a la bestia al alcance del lazo, se detuvo tras un roble. Miller hizo girar el lazo por encima de su cabeza, cada vez más rápido, mientras apuntaba y buscaba un buen lanzamiento. El stirlandés no tenía prisa, y prefería que sus otros dos compañeros llamasen la atención del monstruo para pillarlo desprevenido.



FDI: Basicamente, me muevo hasta ponerme al alcance y luego me quedo apuntando, para en el proximo turno, arrojar el lazo. Si fuera posible, hago tiradas de Esconderse y Movimiento silencioso para que el monstruo no se percate de mi flanqueo. Si no es posible, pues a rezar.
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Jacques el arcabucero
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Jacques el arcabucero »

Mannricht

-Mannricht, Miller, acercaros y atacarle a distancia, yo voy a intentar salvar al mediano.

Mannricht había seguido con la mirada el vuelo del barbado Adelfbert, la bestia le había propinado un topetazo brutal! A continuación, como una bestia herida, el engendro del Caos se revolvió y encabritó, ahora sería más peligroso, pero quizá también mas impreciso – esperaba Mannricht que fuera así, al menos – seguidamente oyó los gritos del sargento, que para el campesino, sonaban a órdenes. Alan estaba entre las muy pocas personas a las que Mannricht seguiría a ciegas a donde quiera que fuera.
Se volvió y vio además del fuego, las monturas alejarse, a Miller lazo en mano y al cojo del demonio que había provocado un incendio que podía acabar siendo más peligroso que la bestia en si. Y vio a Rudi. El pequeño halfling estaba en el suelo, inmóvil y las llamas jugueteaban con el.
- Rudi!

Le encomendaron protegerlo.
Iba a hacerlo.

Mannricht corrió hacia su amigo Rudi, saltando por encima del circulo de fuego el cual esperaba que sirviera de muro de contención para que la bestia no se le aproximara. Llegó hasta él y quitándose su pesada casaca de capitán de barco, la tiró por encima del halfling haciéndolo rodar, zarandeándolo, tratando de extinguir las llamas antes que la cosa fuera mucho peor. Debía apagar el fuego, y no solo eso, debía sacarlo de allí.
Mientras continuaba golpeándolo con la casaca, Mannricht silbó con fuerza, tan alto como pudo, su silbido cruzó el bosque, al menos eso esperaba. Esperaba que “Negranoche” lo oyera y que obedeciera a su silbido, que venciera al miedo al fuego y que acudiera a la llamada.
- Ven bonito, ven… - musitó Mannricht, y volvió a silbar otra vez, un silbido tan largo como fue capaz de lanzar, hasta secar sus pulmones de oxigeno y tener que volver a llenarlos.

Una vez el fuego sobre Rudi estuviera más o menos controlado, y si “Negranoche” obedecía, Mannricht aupará a su amigo sobre su fiel montura y le golpeará en los cuartos traseros para que abandone el lugar, alejándose del fuego y de la Bestia que no deja de bramar. Saliendo tanto Rudi como Negranoche del peligro… Si Manann así lo deseaba.
Si “Negranoche” no acudía, Mannricht saltaría de nuevo con Rudi en brazos con el mismo objetivo, sacarlo del peligro del fuego.

Si todo esto sale bien, Mannricht se volverá hacia la Bestia, uniéndose a sus compañeros, mientras desenfunda la otra pistola, la de filigranas y modelado en forma de dragón marino dispuesto a usarla.

Evidentemente, esto sería una larga serie de acciones, pero son las que Mannricht quiere hacer. Saratai, tu decides, por supuesto, hasta donde llegamos.
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Y.O.P.
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Y.O.P. »

Cässim

A todos había intentado sacar los cuartos hasta el último momento pero viendo que al final, no había nada que hacer y capitulando que el mediano iba a quedar a salvo, venció la honradez. Y ya que concretamos, fueron tres cuartos de locura por un cuarto de honradez, tan sólo.

Nadie le había hecho caso respecto a su plan de provocar un incendio <<bienintencionado>>, muy a pesar de que era, o había sido carbonero y entendía mejor que nadie las circunstancias de tal, y ahora veía como su mula, (y tal vez su talento como patán) se escapaban para siempre en la distancia...

- ¡A-añadid a vu-vuestros cálculos, que-que me privásteis de mi-mi mula!-, el Cascarilla escupió, dirigió una funesta mirada al stirlandés y fue corriendo a socorrer al abuelo, el cual hallábase en serios apuros en su lucha contra la bestia.

Si valía para cortar leña, aquella hacha suya también valdría para rajarle el gaznate al Comegentes, así que apretado de puro miedo, corrío directamente a encontrarse con su destino:

- ¡Me-menuda comedia de mierda, mein her!r-, dijo cuando llegó hasta el escudero-. Sal-salgamos de a-aquí de una puñetera vez...

FDI: Bueno, la suerte está echada. Voy a usar un punto de suerte si todavía me queda 1 y no lo he gastado liberándome de las cuerdas para hostigar a la criatura y empujarla contra las llamas, si alguien me viera y me ayudara con un poco de suerte conseguiríamos prenderle fuego al segundo asalto, según las reglas. Las situaciones desesperadas requieren medidas igualmente desesperadas ^^.
- Un verdadero guerrero nunca teme al desafío de una batalla. Pero siempre recuerda que no puedes escapar a tu destino.
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Saratai »

22 de Destilario (Brauzeit) de 2527. Bosques de Loningbruck.

Las llamas crecian, dividiendo al grupo de cazadores y quemando vivo al pobre halfling. De pronto, Mannricht tuvo en su retina la visión de su amigo y compañero desde que saliera de Streissen, envuelto en llamas. Saltando como un gamo, y olvidando la brutal contienda contra el temible engendro, el pistolero llegó donde el mediano moria lentamente abrasado por las llamas. Con un rápido salto, traspasó sin una quemadura el muro de fuego que habia apartado al mediano del resto, y lo lanzó lejos de alli, saliendo ambos ilesos por fortuna de los dioses.

Alan viendo la situación, dio media vuelta y se lanzó hacia el engendro, mientras Cässim hacia lo mismo. Caballero y carbonero, ambos cargaron al unisono, intentando llevar al horrendo monstruo hacia una linea de fuego, donde si llegaba a caer, seria abrasado en pocos instantes.

Alan Friedsgoth

-Reconozco Cässim, que la idea es buena. Aunque nos podias haber avisado antes de prenderle fuego a todo. No me importan mucho los halflings, pero si a mi caballo le llega a pasar algo...


Antes de que pudieran ser hablando, el gargantuesco equino volivó a encabritarse, alzando su cola por encima de su malformado y palpitante torso mientras sus pinzas sonaban crueles al chocar entre si. Sin el apoyo de los disparos de Mannricht, la situación se pondria dificil para los dos valientes que se habian lanzado a por el ser.

El caballero comenzó a mover su espada rápidamente enfrente del monstruo, buscando amedrentarle para que se desplazara hacia atrás, con Cässim pegando patadas al suelo y moviendo el hacha con violencia. La linea de ascuas humeantes se encontraba a menos de siete metros, por lo que supondria un brutal esfuerzo llevarlo alli. Pero si lo conseguian, todo el trabajo estaria hecho por si solo. Mientras tanto, Miller se movió silencioso entre los árboles y robles, evitando en todo momento atraer la atención del ser. En esta ocasión si se movió como antaño, saltando de roca en roca y agachado en todo momento para que el engendro del caos no recayera en él. El stirlandés sabia que una sola acometida de aquel ser lo mandaria a reunirse con sus ancestros.

Una vez en posición, volvió a sacar el lazo para temor de Cässim, y dandole vueltas calculó la distancia que le separaba de aquel ser. Sin conseguia atraparlo, los otros solo tendrian que darle un ligero empujón para mandarlo a rodar al fuego, donde se consumiria para siempre.

Sin embargo, para ello Alan, Adelfbert y Cässim tenian que obtener el don de la fortuna, pues no seria sencillo guiar a la bestia hasta su fin. Alan consiguió darle un topetazo, desplazando varios pasos atrás al ser, y dejandolo a cinco metros del fuego. El calor ya empezaba a pasar factura, y el humo que estaba presente en el combate pronto estorbaria la vista y el olfato. Pero Cässim no pudo igualar al caballero en habilidad, y con sus movimientos solo consiguió enfurecer al engendro, que resopló con salvaje impetu y descargó sus cascos delanteros sobre el pobre e ingenioso carbonero. Las poderosas patas delanteras pasaron cercanas al craneo del joven, que por muy poco se salvó de morir aplastado bajo los poderosos músculos del ser. No contento con eso, el engendro acercó su deformado craneo para morder a Cässim, y por segunda vez la patosidad del monstruo jugó en su contra, lamentandose los rostros de su torso herido con lagrimas de espesa sangre negra.

Pero cuando el ingenioso cojo creyó que todo habia terminado, justo por su espalda el monstruo le rodeó con su aguijón, clavandolo en su muslo izquierdo donde la cojera arreciaba, y traspasando la carne de la extremidad como si ésta fuera mantequilla. Alan intentó quitarselo de encima, pero el monstruo le recompensó a él con un golpe de sus pinzas, que le rajaron la pesada armadura de placas, partiendola más facilmente que un niño el papel, y haciendole gritar con el brazo derecho totalmente ensangrentado, retirandose hacia atrás. Y ni aun asi, el engendro retiró su aguijón, inoculando veneno con tranquilidad y descargando toda su ponzoña en el astuto muchacho, que no podria ver como su plan se cumplia con éxito. Con sus últimas fuerzas, Alan le propinó a Cässim una patada, separandolo bruscamente e impidiendo que el engendro lo llenara por completo de aquella sustancia amarillenta y pegajosa.

Cässim cayó cerca de allí, tirado en el suelo y completamente confuso, perdida la noción del tiempo. Si tan solo Mannricht hubiera mantenido el fuego sobre el engendro, o se hubiera unido al ataque, tal vez Cässim no habria recibido tan brutal herida. Ahora dependia de Miller y de Adelfbert matar al monstruo o empujarle hacia el fuego. Sólo eran necesarios unos pocos metros más para lo segundo, y al menos ahora ya habia descargado su veneno, aunque aquello no sirviera de consuelo a Cässim.


FDI: Mannricht, consigues sacar a Rudi de la zona, y tras pasar una tirada de agilidad con un 16 no recibes daño por el fuego. Sin embargo, Rudi tiene que gastar un PD, pues el fuego habia acabado con él antes de que tu llegaras. Ahora los dos estais bien lejos de la acción, y necesitarias un turno para llegar más cerca, y otro para cargar o disparar. Eso, a no ser que quieras que una vez que llames a Negranoche os largueis de alli, que tambien es posible.

Mientras, Cässim falla su hostigamiento con un 85, y Alan lo acierta con un 31. El monstruo se desplaza hacia el fuego, y serán necesarios dos hostigamientos más para que las llamas comiencen a rozarle, amen de otro más para mandarlo a lo más profundo de las llamas. Sin embargo, el engendro responde a Cässim, y tras fallar el ataque de su mordisco con un 92 y el de sus cascos con un 65, acierta con el aguijón de escorpión con un 21, haciendo te 17 de daño, y un critico de uno en la pierna, con lo que pierdes media acción el siguiente turno. Pierdes todas tus heridas y un PD, pues fallas la tirada de Resistencia, suponiendo muerte por envenamiento. A cambio ganas un Punto de Locura.

Alan tambien se lleva lo suyo, y come un ataque de 15 de daño, que le deja una buena herida en el brazo. Miller por su parte tendrá un +20 en su proximo ataque, tras haber apuntado al ser, y Adelfbert podrá actuar dos veces el siguiente turno, una por este turno perdido y la otra por el siguiente.

Os aviso tambien de que el siguiente turno el fuego se va a agrandar, y que dentro de dos el humo comenzará a dar problemas. ¡Animo, que ya casi lo teneis!
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Y.O.P.
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Y.O.P. »

Cässim

-Reconozco Cässim, que la idea es buena. Aunque nos podias haber avisado antes de prenderle fuego a todo. No me importan mucho los halflings, pero si a mi caballo le llega a pasar algo...

El efecto del aguijonazo fue instantáneo y fatal, y el Cascarilla cayó tirado al suelo, preguntándose si al menos Alan y los otros conseguirían vencer al monstruo. Durante algunos interminables momentos el cuerpo del muchacho continuó agitándose con intensidad mientras sentía que las fuerzas le abandonaban. Pero aquel pueblerino del demonio era tan bruto que resultó que no quería morirse así por las buenas; su voluntad era más fuerte después de todo, como pronto descubrieron sus camaradas:

- ¿ci-cicatero? tal vez, pe-pero hay que fijarse en el detalle, ¡en los sentimientos que he puesto en la obra!, jajajajaja…Ayayayayyy, su perra madre, ¡duele-.!

Con la rodilla hincada en el suelo el muchacho pensó que no todo era del todo malo, el veneno al parecer, había mejorado en mucho su dicción. Aunque ahora estuviese a punto de morir, oye, al menos moriría dignamente y con una voz grave, lo mismo que si le hubieran pillado las pelotas entre dos ladrillos.

Su abuelo hubiera estado contento.

¿Qué es un Comegentes eh Cässim? Algo malo será, algo malo…¡La madre que lo parió!

FDI: Evidentemente pa lo que me queda en el convento...Apuraré hasta el último punto de destino. Ya aquí no hay vuelta atrás, me levanto y voy a cascarle lo suyo.
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Van Hoffman
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Re: Mannricht III: ¡Revolución!

Mensaje por Van Hoffman »

Franz Miller

- Mierda -murmuró el stirlandés.

La cosa se había complicado en un momento. El loco de Mannricht abandonaba el combate para salvar al mediano, Alan se llevaba un golpe que casi lo arrojaba por los aires, y para colmo, al cojo le había clavado el aguijón. Si querían llevarlo a las llamas, las pasarían canutas. Todo dependía de Miller. Si conseguía atrapar al monstruo, lo pondría lo suficientemente nervioso como para que se olvidase de sus compañeros y tratase de liberarse del lazo. Ahora era el momento.

Haciendo girar el lazo por encima de su cabeza a una velocidad pasmosa, Miller apuntó con cuidado a través de los árboles. El cojo estaba en el suelo, y Alan y el viejo estaban fuera de la linea de tiro, así que tendría un disparo limpio. Miller tomó aire y arrojó el lazo con todas sus fuerzas.

Sigmar, dame fuerzas para acabar con el mal de esta tierra.


FDI: Pues eso. Lanzo el lazo (valga la redundancia) y si fallase, gasto mi único punto de suerte. No es momento para el fracaso. Aunque aún me quedaría media acción más, prefiero no hacer nada más que tirar bien fuerte de la cuerda en el caso de que mi lanzamiento tuviese éxito. Y de ser posible, ya puestos, acercarlo más al fuego.
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