Prisión de Almas: Acto I (Desarrollo)

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Saratai
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Prisión de Almas: Acto I (Desarrollo)

Mensaje por Saratai »

27 de Ulricario de 2521. Invierno. Mediodia soleado.

Las nubes cubren el cielo mientras el sol se esconde miedoso detrás de ellas, como si no disfrutara con lo que viera abajo en la tierra. La poca luz no permite ver bien el interior del antro donde, un dia despues de separarse, los hombres del extraño sargento Alan se reencontraran.
Sin embargo, no están todos los que son y no son todos los que están. Uno de los milicianos no volvera nunca a recibir órdenes. Hans Efferhöld conocido como el ''muerdenarices'' no se encuentra presente. Tampoco el miliciano Pieter Azhelhof, el cual abandonó a su grupo de investigación sin dar ninguna explicación.

Los hombres que si se encuentran son Fabian Dortmund, un hombre de honor como pocos quedan en el mundo; Helien, miliciano y de origen pobre, que bien podia haberselo llevado Morr en lugar de a otros; y por último un tal Heinz Stolzer, desconocido para la mayoría, con un extraño interés en relacionarse con todo lo que tenga que ver con el misterioso asesinato de un mendigo conocido como Err, el cual era un testigo crucial para descubrir algo relacionado con la desaparición de la rica niña burguesa llamada Ariel.
En la otra punta del local se encuentran dos guardias de caminos Mannricht y Dieter. Hombres motivados por su trabajo (o al menos eso da la impresión) que no pegan nada en el ambiente. Les acompaña un carcelero, Johann Burss, el encargado de averiguar el paradero de el muchacho Hezer. Seis hombres, cada uno con sus motivaciones, descubrimientos e inquietudes, que por unas razones u otras están en el tugurio de Tuck, un enano con un humor de perros solo cambiante ante el brillo del oro.


La poca luz se agradece, pues la taberna no es un lugar agradable. Prostitutas más bien salidas de un circo que de un burdel se unen a escoria que nunca deberia haber salido de ningun vientre.
Entre toda la gentuza presente, un grupo de mercenarios rie a carcajadas, mientras mira al grupo de Heinz por el hombro. Entre ellos, el sargento y lider en la sombra de la misión de encontrar a unos niños desaparecidos, Alan Friedgsoth.
Alan no tarda en percatarse de la presencia de Mannricht, para instantes después encontrar al resto de sus subordinados en distintos puntos del bar. En ese momento, deja de reirse por completo, adoptando una postura seria y la mirada fria que le caracteriza. Susurrando algo a uno de los mercenarios, éstos se alejan sin más a una de las sucias mesas del local.



Alan Friedgsoth

Mientras se acerca a vosotros estrechando fuertemente la mano a cada uno os indica que podeis sentaros en una de las mesas y que el lugar es bastante seguro, en contra de lo que parece a simple vista

-Vaya, imaginaba que vendriais antes, llevo esperando toda la mañana. Antes de empezar con los reportes, alguien me explica dónde esta la gente que falta y el porque de la gente que sobra?
-Tengo nuevas noticias interesantes que daros, pero por favor, ¿que habeis averiguado de los niños?
Última edición por Saratai el 04 Mar 2009, 10:46, editado 6 veces en total.
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Van Hoffman
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Mensaje por Van Hoffman »

Heinz Stolzer

Heinz miró de reojo a los mercenarios que bebian en una de las sombrías mesas de un rincón. Suspiró. "En fin, con el sargento aqui, supongo que no me molestarán." Finalmente, se sentó en la misma mesa que los otros guardias. Se sentía incomodo. No le agradaba trabajar con la guardia de la ciudad, pero si no quedaba más remedio, debía hacerlo. Además, decidió que aún no era momento de revelar su autentico nombre, así que siguió con la pantomima.

- Bueno, como veo que no nos han presentado, lo haré yo. Mi nombre es Franz Miller, y soy stirlandés. Mi trabajo es sencillo. Soy cazador. Y mis presas son... -Heinz se inclinó sobre la mesa y dijo en un susurro- ...vampiros. Así es, no se que demonios están investigando, pero en esta ciudad ha habido un asesinato, un asesinato cometido por una de estas criaturas, y mi trabajo es eliminarlo.

Tras disfrutar de la reacción de los oyentes, Heinz se acerca al sargento y le habla a la oreja en un susurro.

- Por cierto sargento; ¿le dice algo el nombre de Ivein?
Van Hoffman, pastor de garrapatos por gloria y gracia de Igarol

Nuevos cometidos:
Sacar a pasear al garrapato, limpiar caca de garrapato, cepillar al garrapato, limpiarle las muelas por dentro al garrapato...
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Jacques el arcabucero
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Mensaje por Jacques el arcabucero »

Mannricht

Quien diantre es este tipo y de que diablos está hablando? - se pregunta el joven patrullero con los brazos cruzados al oir hablar al desconocido que se acaba de presentar. - Franz Miller? Vampiros?

Dejará que el resto hable, puesto que de lo sucedido en su investigación el sargento estaba al tanto, al estar presente. Por cierto, ¿soy capaz de escuchar el comentario que le ha dicho a la oreja al sargento?
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valafor
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Mensaje por valafor »

Fabian Dortmund

Escuchar de nuevo la palabra “vampiro”, hizo que el guarda rememorara la cruda imagen del cadáver horrorosamente mutilado del mendigo. No obstante, lejos de permitir perder la compostura en una situación como aquella, Fabian se aproximó a su superior y, aparentemente obviando lo que acababa de salir de la impaciente boca de Miller, empezó a poner al día al sargento, el cual, por mucho que se mezclara con rufianes, no dejaba de ser su respetado superior.

“Buenos días, sargento. Le presento a Franz Miller. Según su testimonio, cuenta con información presuntamente útil para la investigación del caso. Por ello, el sargento Jaran – el guarda remarcó el nombre de su superior - ha considerado valiosa su colaboración.”

Aquellas palabras, pese a estar cargadas de intencionalidad, no encontraban apoyo en la expresividad del rostro del guarda. Fabian era una roca parlante.

“Respecto a Azhelhof,
– Fabian hizo una pausa– le perdimos de vista en medio de la investigación.”

Fabian calló y, antes de dar detalles sobre la infructuosa búsqueda de la niña, esperó a que el otro grupo de investigación aclarara también su situación.
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Jacques el arcabucero
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Mensaje por Jacques el arcabucero »

Mannricht

Viendo que se ha formado un silencio incomodo, es el patrullero de Streissen quien se decide a hablar.

- El Mayor y yo fuímos a la casa de los Fahen, una gran mansión con una elaborada balanza grabada sobre el dintel de la entrada. Al llegar nos recibió la ama de llaves, o asistenta... alguien del estilo. Nos invitó a entrar y nos llevó hasta su señora, Madam Fahen. En el interior de la casa, el Mayor y yo descubrímos que la familia había apostado por contratar mercenarios. Verdaderos gorilas sin cerebro, que solo tienen ojos para el oro y oídos para su tintineo. Herta Fahen nos recibió finalmente de muy malas maneras, pero no tanto como las del primogenito Fahen que nos acusó de gandules y corruptos. El Mayor pidió quedarnos a solas con Madam Fahen y así descubrímos que Eva desapareció al ir a ver a una amiga de la misma zona, la familia Bacher, importantes comerciantes de vino y bebidas. Le pregunté si ultimamente se comportaba de forma extraña o si había cambiado sus hábitos cotidianos. Ella contestó que era cierto, que se comportaba de manera extraña, siempre estaba muy irritada y con prisas a todas partes, pero no le daba importancia a eso... - Mannricht niega con la cabeza y sigue - le preguntamos sobre los Bacher pero ella insistió en que son amigos de la familia y que están libres de toda sospecha. Al menos, para ella. Acto seguido pues... - Mannricht mira de reojo al Mayor, como dudando de seguir con su historia - bueno! eso fue todo. Después, tuvimos que irnos. Si tiene usted algo que añadir, Mayor... - dice Mannricht con todo respeto.

Mannricht da un trago al vino que le acaban de servir y observa al Mayor.

Si no han traído vino, lo pido, claro.

Mannricht. Patrulla de caminos
Saratai
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Mensaje por Saratai »

Alan Friedgsoth

El Mayor te hace un gesto negativo, mientras observa al resto.
-No me agrada el hecho de perder hombres incluso antes de empezar la verdadera misión. Y los sustitutos que me traeis son, cuanto menos curiosos. ¿Cazador de vampiros? Te seré sincero muchacho, yo también tengo mis fuentes de información, pero no hay pruebas concluyentes que me lleven a pensar que los niños han desaparecido por culpa de una sanguijuela. Y mucho menos despúes de la información que he recibido. Para vuestra información, hay más de un interesado en encontrar el paradero de los niños, imagino que ya muertos, y el origen y autor de su desaparición.

Justo antes de venir aqui recibi la informacion de uno de mis hombres que no ha tenido más remedio que arrestar a un hombre influyente procedente de la capital. Dicho hombre, cuyo nombre no revelaré aún por diversos motivos y que pertenece al clero, actuaba sin jurisprudencia en el caso que nos atañe. Sus agentes infiltrados arrebataron pruebas cruciales de la escena de un crimen, el de los conocidos asesinatos de guardias de caminos, y de dichas pruebas lograron sacar valiosisima información de los asesinos de dichos patrulleros, información que por supuesto no compartieron con el cuerpo oficial del estado ni con el ejército.
Es por ello que ese hombre ha sido arrestado. Sin duda pretendia resolver el caso y sus intenciones no eran malas, pero obviarnos a nosotros, los encargados oficiales de la seguridad de Averheim, no sólo es una falta de respeto sino además constituye un grave crimen.

Pero lo bueno viene ahora, sus agentes eran MUY numerosos.
En este punto Alan os mira a cada uno con cuidado. Uno de sus hombres logro infiltrarse con los asesinos de patrulleros. Os digo ésto porque lo sabe mucha gente en la ciudad, los rumores vuelan y mis compañeros tienen los modales cortos y la lengua muy larga. No pienso deciros información confidencial, porque no confio en vosotros. En este punto comienza a hablar más lentamente, sin ninguna emoción en sus palabras Y si me preguntais el por qué, os dire que entre los muchos hombres infiltrados que servian a dicho hombre, uno de ellos estaba en la última reunión que tuvimos en ''La Espada Mellada''. Desconozco si sois alguno de los presentes o de los ausentes, aunque por eliminación los dos nuevos no son. Dicho infiltrado, si es que está aqui, le recomiendo encarecidamente que se levante de su silla, nos regale una disculpa y nos explique detalladamente todo lo que sabe.
Hasta que eso no ocurra no os daré informacion privada. Sólo recordarle al doble agente que su jefe se encuentra arrestado y no merece la pena seguir con la farsa, eso sólo seria una estupidez y un agravante de su asqueroso crimen.

Por último, y una vez que el infiltrado se muestre ante nosotros, os relatare la carta que le fue interceptada al religioso de Altdorf en la que se muestran los nombres y rasgos de los asesinos de patrulleros, los cuales parecen relacionados con un par de niñas y a los cuales debereis apresar
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Jacques el arcabucero
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Mensaje por Jacques el arcabucero »

Mannricht

- Os dire que entre los muchos hombres infiltrados que servian a dicho hombre, uno de ellos estaba en la última reunión que tuvimos en ''La Espada Mellada''. Desconozco si sois alguno de los presentes o de los ausentes, aunque por eliminación los dos nuevos no son.

Las palabras del Mayor caen como una piedra.
Mannricht frunce el ceño y mira de reojo a Fabian, el joven de pelo negro como el carbón, que conoció en "La espada mellada", y único de los presentes, además de Mannricht, que estuvo allí. Si las palabras del Mayor son ciertas, y por descarte... Fabian acaba de ponerse en cabeza en su lista de "Tipos a los que no quitarle el ojo de encima".
Mannricht desliza su mano lentamente a la empuñadura de su espada.

- Que demonios...? - piensa el joven patrullero algo confundido.
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valafor
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Mensaje por valafor »

Fabian Dortmund

Instintivamente, los ojos de Fabian se deslizaron furtivos hacia las figuras de los patrulleros y, acto seguido, hacia Helien. Fue allí, sobre el miliciano, donde la mirada del guarda se posó durante más tiempo. Tras el reconocimiento ocular, el averlandés volvió la vista al frente.

“Señor, lo único que puedo decir al respecto es que mi trabajo es velar por la seguridad de la ciudad y de ello me enorgullezco. Así lleva siendo dos años y así lo será hasta que Morr decida llevarme a su reino.”
Última edición por valafor el 13 Oct 2008, 02:27, editado 1 vez en total.
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Mensaje por Saratai »

Helien

-Esperar que el infiltrado se levante es muy loable, pero no creo que ocurra.

Una larga pausa se hace eco en la mesa mientras el alboroto de alrededor continua al mismo nivel acostumbrado
-Eso sin contar que en aquella reunión habian dos personas más, el grandullón y el que no bebió nada.

¿Qué demonios pasa aquí? ¿Porqué meterá este tio cizaña entre compañeros cuando tenemos que hacer un trabajo entre nosotros, y más sabiendo que ningun infiltrado confesaria en un sitio asi?



Las miradas se suceden unas a otras, las acusaciones del mayor atacan a cuatro de los presentes: Fabian, Helien, Mannricht, Johann.
La situación es tensa, y más al unir el caso principal con casos de brutales asesinatos a patrullas y actos de espionaje entre provincias. Demasiado como para trabajar con tranquilidad y firmeza...
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Mensaje por Jacques el arcabucero »

Mannricht

El joven patrullero se peina el flequillo hacia delante con la palma de la mano mirando a los presentes con desconfianza...
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Mensaje por Saratai »

Alan Friedgsoth

-Veo que nadie se muestra como el chivato, algo bastante estúpido por su parte, pues le recuerdo que su jefe está bajo arresto (y él pronto le acompañará).

-Bien, si asi son las cosas, pasaré a entregaros vuestras próximas órdenes. Dado que hablamos de órdenes oficiales y que el intento de ser discretos es mejor que ni nombrarlo, los miembros oficiales de los cuerpos del orden podeis utilizar todo el poder que teneis, esto es, arrestar, interrogar o usar cualquier método que considereis apropiado dentro de la ley.
A todos aquellos miembros no oficiales, como milicanos y voluntarios, podeis marcharos, vuestro cometido ya no es necesario.

Una vez dicho esto, Helien se levanta con gesto hosco preguntando por su paga y perjurando que no volverá a colaborar de esta manera. El sargento le dice sin mirarlo que el oficial Jaran le entregará sus honorarios.

Alan sólo mirará al vigilante Fabian y a los 2 patrulleros de caminos, entregándoles sobres con sus ordenes firmadas.

Pasemos a las ordenes.
1ª Orden: El Cuerpo de Seguridad de Averheim, por la presente misiva, informa a sus agentes de la orden de encontrar y capturar a los miembros de la familia Quober, conocidos rateros, para que reciban interrogatorio, pues se les considera sospechosos de los crímenes de: secuestro, asesinato, contrabando de nárcoticos y sustancias ilegales, robo a mano armada, perjuria, crímenes contra la Provincia, deserción y un largo etcétera.


-No os engañeis, si no hay testigos oculares de sus crímens es por la sencilla razón de que los Quober son gente rastrera y asesina. Matarian a quien fuera necesario para salvarse el culo. La familia la componen el padre de familia y supuesto cabecilla, y sus tres hijos, los cuáles le cubren las espaldas. Por nuestra información, suelen ir acompañados de un primo suyo de la misma calaña y un tal Vergamont, un estranjero con el que se les ha sido visto.

-Tambien tengo otras dos ordenes, estas extra oficiales. La primera es que mientras buscais a estos tipejos, intentad encontrad cualquier pista que os pueda llevar a encontrar el paradero de los niños. Usad la información que sabeis entre vosotros, o lo que querias (ya teneis experiencia y no os voy a decir cómo teneis que trabajar) Es vital encontrarlos. La segunda es averiguar quien de vosotros es el que paso informacion de nuestras investigaciones. No quiero acusaros a ninguno de vosotros tres, ni a estos dos (señalando a Johann y a Heinz), pero quiero asegurarme de que este punto esté claro. Quien encuentre al chivato tiene asegurado un ascenso o una recomendación para el ejército.


-No os entretengo más. Cuando tengais algo interesante de verdad, buscadme en la comisaria. ¡Buena suerte hombres del Imperio!
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Mannricht

- La familia Quober y un tal Vergamont... - piensa en voz alta el joven patrullero mientras ve como el mayor abandona el local, y seguidamente en tono mas alto añade - yo no soy de aquí. Alguno de vosotros sabe algo de estos tipejos?

Mannricht irá dando cortos tragos a su bebida mientras dure la conversación, y de vez en cuando mirará alrededor a ver si detecta algo especialmente extraño. En su Streissen natal no hay tugurios como este, y no se siente comodo.
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Weiss
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Heinrich Messner

Heinrich caminó por las calles de Averheim, en busca del local donde supuestamente el tal Sargento Alan estaba reunido con sus hombres. Al final se encontró delante de un tugurio, un antro en el que nunca se le habría ocurrido entrar, pero ahora eran órdenes. Se colocó bien el abrigo de cuero negro, que llevaba encima de las ropas negras de la Fiscalía, y se puso el sombrero que hasta entonces había llevado en la mano. Semejante antro no era un sitio bueno para que le reconociesen. Puede que la mitad de los parroquianos hubiesen acabado en prisión por su culpa...

Después, empujó la puerta y entró. El local cumplía con todas sus espectativas. Era tan cutre como imaginaba...

Ahora tendría que encontrar al Sargento Alan. No tardó mucho en ello porque él mismo se reveló.

-No os entretengo más. Cuando tengais algo interesante de verdad, buscadme en la comisaria. ¡Buena suerte hombres del Imperio!-

Messner se acercó al hombre, y le saludó con un:

-Saludos Herr Friedgsoth. Mi nombre es Heinrich Messner, y me envían desde la Fiscalía-

Solo quedaba esperar la respuesta del Sargento...
"Ninguno de vosotros lo entiende. Yo no estoy encerrado aquí­ con vosotros. Sois vosotros los que estáis encerrados aquí­ conmigo"
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Mientras Alan se dirigia fuera del local, los azules ojos de un hombre de la Fiscalia se entrechocaron con los suyos.
Heinrich Messner
-Saludos Herr Friedgsoth. Mi nombre es Heinrich Messner, y me envían desde la Fiscalía

La palabra Fiscalia resonó por la sala del sórdido tugurio, creando susurros y risas en cada esquina

Alan Friedgsoth
-¿Y que le trae por aqui señor Messner? ¿A qué se debe su visita?


Mientras la conversación entre el sargento y el recien llegado comienza, el dueño del tugurio, un enano fornido tras haber pasado años llevando pesadas cargas sale de detrás de la barra para charlar con un mercenario que se encontraba en una de las mesas, un hombre al que Heinz puede recordar claramente.

Al mismo tiempo, otro grupo de hombres sale del local, quedandoos solo los dos patrulleros, Heinz, Fabian Dortmund y el carcelero en una mesa; el dueño Tuck y el mercenario en otra y el sargento y el enviado del Fiscal en la puerta
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Weiss
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Mensaje por Weiss »

Heinrich Messner

-Verá, Herr Friedgsoth. Herr Jaran, ante la impresión de que el caso se estaba alargando más de lo necesario, decidió cominicárselo al Fiscal de la ciudad, que respondió a su petición de ayuda enviándome a mí. Estoy aquí para supervisar sus acciones y las de sus subordinados, además de ayudar en lo que pueda con el fin de que los responsable sean llevados ante la Justicia lo antes posible. El Fiscal no está nada contento con la actuación de las fuerzas policiales hasta el momento... Sin más, espero contar con toda su colaboración y la de sus hombres.-

Messner le explicó todo esto al Sargento mientras la taberna se vaciaba, quedando solo el Sargento, sus hombres, el tabernero y un mercenario. Al final, los hombres de Friedgsoth no parecían ser malos sel todo, ya que por lo menos dos de ellos, parecían ser Guardias de Caminos.

Ahora tendría que saber cuál de ellos era en el que supuestamente podía confiar...
"Ninguno de vosotros lo entiende. Yo no estoy encerrado aquí­ con vosotros. Sois vosotros los que estáis encerrados aquí­ conmigo"
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