[Lugar] La taberna del potro

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igest
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[Lugar] La taberna del potro

Mensaje por igest »

La taberna del Potro es un cuchitril inmundo, la planta baja de una casa de madera barata mal apuntalada que ya se ha incendiado dos veces. Hay media docena de sitios similares en los Bajos, tugurios frecuentados por la peor calaña de los muelles y la zona. Estos locales tiene una reputación incluso peor que los burdeles y casas de juego del barrio. La sala apenas mide seis por ocho metros, y está comúnmente atestada desde el anochecer hasta bien entrada madrugada. El mobiliario está constituido por taburetes y barriles puestos de pie, que sirven de mesas improvisadas. Los edictos del Consejo y las proclamas de los templos proscriben estos establecimientos, pero pocos tienen ganas de adentrarse en los bajos para quejarse. El último, un iniciado de Verena que predicaba el castigo divino para los habitantes de la zona, fue encontrado en un callejón, cosido a cuchilladas y sin bolsa.

La clientela es lo más granado del lumpen diamanterrés: matones y chulos que mojan el gaznate entre negocio y negocio, putas que hacen su agosto entre los borrachos o los conducen a un callejón donde esperan sus compinches, peristas y ladrones regateando por mercancía robada. Un par de veces al mes se organizan luchas de pozo en el subterráneo del establecimiento, que el difunto anterior propietario usaba como bodega. En realidad estas luchas son más parecidas a combates de boxeo que a enfrentamientos de gladiadores, pues es difícil encontrar luchadores que arriesguen la vida en un combate con armas, y suelen cobrar mucho por combate. En ocasiones muy especiales, se llevan a cabo luchas entre luchadores profesionales y algún ciudadano secuestrado, o un moroso que en un momento de brillantez decidió liquidar así sus deudas. Estos enfrentamientos sí son sangrientos, y suelen acabar con uno o dos muertos por noche. Se dice que hay miembros de la alta sociedad diamanterresa que pagan mucho por asistir de incógnito a este brutal deporte.

El Potro paga impuestos a las bandas de la zona, para prevenirse de “accidentes”, y tiene también a un par de mozos en condiciones de ocuparse de alborotadores, borrachos, gentes que quieren irse sin pagar y demás gentuza. Es sabido que algunos clientes del local suelen emboscar a aquellos visitantes de paso que parezcan presa fácil, o iniciar pendencias con cualquier excusa dentro de la taberna para asesinar y desplumar a algún desgraciado. El Potro suele hacer la vista gorda, sobre todo si los criminales le dan una parte jugosa del botín.

Nadie sabe qué guarda el Potro en la segunda planta del edificio, que también es de su propiedad, pero circulan rumores descabellados. Uno de los más fiables dice que se ha visto a enmascarados entrar de tapadillo, para no se sabe qué asuntos, aunque los más pragmáticos opinan que probablemente se trate de un almacén. De todas formas, al Potro le van bien los negocios, y no es improbable que un grupo de chorizos intenten un golpe. Teniendo en cuenta la reputación del potro y sus contactos con el hampa, una intentona de desvalijarle tiene visos de acabar con derramamiento de sangre.
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