El Torneo
Publicado: 12 Jul 2011, 12:56
Nueve de la mañana, campo de torneos de Vallespino, cuarto día de las celebraciones
Por fin había llegado el gran día. El sol se alzaba radiante en lo que prometía ser un glorioso día. Los caballeros se habían levantado temprano y ya estaban preparados para empezar las justas. Las gradas de madera que se habían construído hacía una semana estaban llenas a rebosar, e incluso el pueblo llano se arremolinaba en torno a las vallas que separaban el campo de lides con el resto de la planicie. El asiento de honor, que presidía la grada, se encontraba vacío. Se oían rumores que decían que Lord Hawthorn había empeorado durante la noche, y que no podría asistir a las justas. Quien si estaba presente era lady Anne, sentada a la derecha del trono vacío de su padre. Muchos de los caballeros que iban a batirse esperaban ganar el torneo y prometerse con la joven mujer.
Y de pronto sonó una corneta, y todos callaron. En el campo de lides entraron los primeros ocho participantes. Para que el torneo no se alargase mas de lo debido, se había acordado que el primer enfrentamiento se haría en dos grupos de ocho contendientes, resultando en cuatro combates cada vuelta. Los caballeros fueron entrando en el campo; ser Gilbert, ser Corvus, ser Edwyn, ser Garlan, ser Emmon, lord Caron, lord Caswell, y el misterioso caballero del melocotón. Todos ellos formaron frente a lady Anne y bajaron sus lanzas en señal de respeto. Tras las palabras de cortesía siguientes y mientras un septón pedía la bondad de los Siete, los contendientes tomaron posiciones. Un heraldo bajó de golpe un banderín que había mantenido en alto y el suelo tronó.
Ocho caballos con sus jinetes corrieron al galope. Los caballeros hicieron bajar sus lanzas y apuntaron a los escudos de sus contrincantes. Un estremecedor rugido llenó el aire cuando las ocho lanzas estallaron al unísono. Cuando el polvo se posó y los cascos se silenciaron, la manzana roja, los ruiseñores negros y el centauro dorado estaban en el suelo. La multitud rugió de aprovación y los tres caballeros victoriosos se retiraron del campo de lides. Sin embargo, ni ser Corvus Varner ni ser Emmon Cuy habían logrado derribar al otro, así que se prepararon para una segunda carga. Esta vez, ser Emmon erró la lanzada y ser Corvus logró un impacto directo que hizo estallar en pedazos su lanza y que arrojó tres metros más allá al joven caballero. Ser Corvus hizo una reverencia y se retiró a su pabellón mientras los escuderos de ser Emmon se lo llevaban a él y a su caballo.
La primera ronda de combates había acabado como era de esperar, pero con una sorpresa. Ser Gilbert de Antigua era una apuesta segura, y había derribado sin problemas a su rival, del mismo modo que ser Garlan Tyrell. Ser Corvus había necesitado dos lances para derribar a su oponente, pero también se podía suponer su victoria. Lo que era una sorpresa era que el misterioso caballero del melocotón había derribado al joven señor de Puente Amargo. ¿Quien sería aquel extraño caballero? Nadie lo sabía, pero si era conocido por todos que Lord Caswell no era muy diestro en las lides, por lo que tampoco se le dio mucha importancia a aquella victoria.
Diez minutos después, los ocho últimos caballeros entraban en el campo y repetian el desfile protocolario. Ser Robyn, ser Phineas, ser Guyard, ser Imry, ser Urbin, ser Parmen, ser Bryan y ser Fathis se colocaron en sus posiciones mientras el mismo septón repetía el mismo discurso. El heraldo dio la señal, y los jinetes espolearon a sus monturas. En medio de una nube de polvo, las ocho lanzas bajaron al unísono y los golpes y los estallidos retumbaron por toda la zona. Al final de la pasada, el cuervo negro y la manzana roja habían caído. Ser Robyn había logrado desmontar a su rival de un tremendo golpe que había partido en dos el escudo de ser Bryan, y mientras el joven heredero se daba un baño de masas, ser Phineas se lamentaba por lo cerca que había estado de derribar a su rival. Ser Robyn y ser Imry se retiraron y dejaron que los cuatro caballeros restantes hicieran un segundo lance. Ser Fathis Ules era un guerrero excepcional, y un gran comandante, pero ser Parmen Crane era mucho más veterano en justas y torneos que su rival, y lo demostró al derribarlo de su montura tras un impresionante choque. Por otra parte, ni ser Phineas ni ser Urbin habían logrado nada más que romper sus lanzas, y con el sudor cayendo por la frente, se dispusieron al que esperaban fuera el último lance. Rezandole a los Siete, Phineas azuzó a su montura y bajó la lanza, apuntandola contra el ahorcado sobre campo azur con la esperanza de derribarlo de una vez por todas. Sin embargo, en el último momento, ser Urbin hizo un extraño movimiento que provocó que su lanza fallara y que la lanza de ser Phineas se quebrara contra el escudo ya casi despintado sin ningún peligro. A punto de perder los nervios, los dos contrincantes se lanzaron otra vez el uno contra el otro, con identico resultado. La lanza de ser Urbin falló, pero esta vez Phineas logró un impacto que casi derriba al ahorcado y que provocó un grito de dolor; una astilla se había introducido entre la armadura de ser Urbin y se le había clavado en el hombro. Ser Urbin entregó a su escudero la lanza y el escudo y se arrancó la astilla sin ningún tipo de cuidado, tras lo cual reclamó de nuevo sus armas y se dispuso a continuar luchando. Ser Phineas estaba agotado, pero aquello no podía durar más. Ser Urbin estaba visiblemente magullado, y su estado influía en su manera de cabalgar, lo que le costó el torneo. Por fin, y tras esquivar sin problemas la lanza, Phineas logró golpear con fuerza contra el escudo de su rival, y ser Urbin, cansado y dolorido, cayó al suelo, manchando la arena de sangre. Rápidamente, se llevaron al caballero a que lo atendiese a un maestre, mientras la multitud aplaudía y aclamaba al joven valiente que había roto cinco lanzas en su primer enfrentamiento. Por fin había terminado el primer lance, y el maestre Orwin se adelantó en el estrado.
- La primera ronda de justas da a su fin. Los contendientes tienen una hora para prepararse para la siguiente ronda.
Los asistentes se dispersaron y se reunieron para comentar detalles que habían visto o apostar por unos y otros en la siguiente ronda, o quizá para tratar temas privados. Por su parte, los caballeros se retiraron a sus pabellones junto con sus escuderos para estar listos para el proximo combate.
FDI: Bueno, por fin ha empezado. Como se que es un post largo en espacio y tiempo, podeis poner en vuestro primer post cualquier cosa que querais hacer y que creais importante durante la noche anterior al torneo, durante la primera ronda, y durante la segunda ronda. Cualquier duda que tengais, me encontrareis en el msn para cualquier consulta. Si quereis saber como serán los emparejamientos de la proxima ronda, no teneis mas que mirar el post del banquete.
EDIT: Ah, se me olvidaba. Phineas y Robyn, os doy a cada uno 1 punto de Gloria por la justa
Por fin había llegado el gran día. El sol se alzaba radiante en lo que prometía ser un glorioso día. Los caballeros se habían levantado temprano y ya estaban preparados para empezar las justas. Las gradas de madera que se habían construído hacía una semana estaban llenas a rebosar, e incluso el pueblo llano se arremolinaba en torno a las vallas que separaban el campo de lides con el resto de la planicie. El asiento de honor, que presidía la grada, se encontraba vacío. Se oían rumores que decían que Lord Hawthorn había empeorado durante la noche, y que no podría asistir a las justas. Quien si estaba presente era lady Anne, sentada a la derecha del trono vacío de su padre. Muchos de los caballeros que iban a batirse esperaban ganar el torneo y prometerse con la joven mujer.
Y de pronto sonó una corneta, y todos callaron. En el campo de lides entraron los primeros ocho participantes. Para que el torneo no se alargase mas de lo debido, se había acordado que el primer enfrentamiento se haría en dos grupos de ocho contendientes, resultando en cuatro combates cada vuelta. Los caballeros fueron entrando en el campo; ser Gilbert, ser Corvus, ser Edwyn, ser Garlan, ser Emmon, lord Caron, lord Caswell, y el misterioso caballero del melocotón. Todos ellos formaron frente a lady Anne y bajaron sus lanzas en señal de respeto. Tras las palabras de cortesía siguientes y mientras un septón pedía la bondad de los Siete, los contendientes tomaron posiciones. Un heraldo bajó de golpe un banderín que había mantenido en alto y el suelo tronó.
Ocho caballos con sus jinetes corrieron al galope. Los caballeros hicieron bajar sus lanzas y apuntaron a los escudos de sus contrincantes. Un estremecedor rugido llenó el aire cuando las ocho lanzas estallaron al unísono. Cuando el polvo se posó y los cascos se silenciaron, la manzana roja, los ruiseñores negros y el centauro dorado estaban en el suelo. La multitud rugió de aprovación y los tres caballeros victoriosos se retiraron del campo de lides. Sin embargo, ni ser Corvus Varner ni ser Emmon Cuy habían logrado derribar al otro, así que se prepararon para una segunda carga. Esta vez, ser Emmon erró la lanzada y ser Corvus logró un impacto directo que hizo estallar en pedazos su lanza y que arrojó tres metros más allá al joven caballero. Ser Corvus hizo una reverencia y se retiró a su pabellón mientras los escuderos de ser Emmon se lo llevaban a él y a su caballo.
La primera ronda de combates había acabado como era de esperar, pero con una sorpresa. Ser Gilbert de Antigua era una apuesta segura, y había derribado sin problemas a su rival, del mismo modo que ser Garlan Tyrell. Ser Corvus había necesitado dos lances para derribar a su oponente, pero también se podía suponer su victoria. Lo que era una sorpresa era que el misterioso caballero del melocotón había derribado al joven señor de Puente Amargo. ¿Quien sería aquel extraño caballero? Nadie lo sabía, pero si era conocido por todos que Lord Caswell no era muy diestro en las lides, por lo que tampoco se le dio mucha importancia a aquella victoria.
Diez minutos después, los ocho últimos caballeros entraban en el campo y repetian el desfile protocolario. Ser Robyn, ser Phineas, ser Guyard, ser Imry, ser Urbin, ser Parmen, ser Bryan y ser Fathis se colocaron en sus posiciones mientras el mismo septón repetía el mismo discurso. El heraldo dio la señal, y los jinetes espolearon a sus monturas. En medio de una nube de polvo, las ocho lanzas bajaron al unísono y los golpes y los estallidos retumbaron por toda la zona. Al final de la pasada, el cuervo negro y la manzana roja habían caído. Ser Robyn había logrado desmontar a su rival de un tremendo golpe que había partido en dos el escudo de ser Bryan, y mientras el joven heredero se daba un baño de masas, ser Phineas se lamentaba por lo cerca que había estado de derribar a su rival. Ser Robyn y ser Imry se retiraron y dejaron que los cuatro caballeros restantes hicieran un segundo lance. Ser Fathis Ules era un guerrero excepcional, y un gran comandante, pero ser Parmen Crane era mucho más veterano en justas y torneos que su rival, y lo demostró al derribarlo de su montura tras un impresionante choque. Por otra parte, ni ser Phineas ni ser Urbin habían logrado nada más que romper sus lanzas, y con el sudor cayendo por la frente, se dispusieron al que esperaban fuera el último lance. Rezandole a los Siete, Phineas azuzó a su montura y bajó la lanza, apuntandola contra el ahorcado sobre campo azur con la esperanza de derribarlo de una vez por todas. Sin embargo, en el último momento, ser Urbin hizo un extraño movimiento que provocó que su lanza fallara y que la lanza de ser Phineas se quebrara contra el escudo ya casi despintado sin ningún peligro. A punto de perder los nervios, los dos contrincantes se lanzaron otra vez el uno contra el otro, con identico resultado. La lanza de ser Urbin falló, pero esta vez Phineas logró un impacto que casi derriba al ahorcado y que provocó un grito de dolor; una astilla se había introducido entre la armadura de ser Urbin y se le había clavado en el hombro. Ser Urbin entregó a su escudero la lanza y el escudo y se arrancó la astilla sin ningún tipo de cuidado, tras lo cual reclamó de nuevo sus armas y se dispuso a continuar luchando. Ser Phineas estaba agotado, pero aquello no podía durar más. Ser Urbin estaba visiblemente magullado, y su estado influía en su manera de cabalgar, lo que le costó el torneo. Por fin, y tras esquivar sin problemas la lanza, Phineas logró golpear con fuerza contra el escudo de su rival, y ser Urbin, cansado y dolorido, cayó al suelo, manchando la arena de sangre. Rápidamente, se llevaron al caballero a que lo atendiese a un maestre, mientras la multitud aplaudía y aclamaba al joven valiente que había roto cinco lanzas en su primer enfrentamiento. Por fin había terminado el primer lance, y el maestre Orwin se adelantó en el estrado.
- La primera ronda de justas da a su fin. Los contendientes tienen una hora para prepararse para la siguiente ronda.
Los asistentes se dispersaron y se reunieron para comentar detalles que habían visto o apostar por unos y otros en la siguiente ronda, o quizá para tratar temas privados. Por su parte, los caballeros se retiraron a sus pabellones junto con sus escuderos para estar listos para el proximo combate.
FDI: Bueno, por fin ha empezado. Como se que es un post largo en espacio y tiempo, podeis poner en vuestro primer post cualquier cosa que querais hacer y que creais importante durante la noche anterior al torneo, durante la primera ronda, y durante la segunda ronda. Cualquier duda que tengais, me encontrareis en el msn para cualquier consulta. Si quereis saber como serán los emparejamientos de la proxima ronda, no teneis mas que mirar el post del banquete.
EDIT: Ah, se me olvidaba. Phineas y Robyn, os doy a cada uno 1 punto de Gloria por la justa